miércoles, 28 de febrero de 2007

HISTORIA: Ciro Alegría renació en Celendín

La revolución aprista de Trujillo, en 1932, triunfal en sus inicios, liberó al joven Ciro Alegría el día 7 de julio. Fracasada la revuelta se inició una brutal persecución de los militantes apristas, en toda la región, por parte del ejército y la policía. Entre los perseguidos se encontraban el futuro gran escritor y su hermano Néstor, quienes huyeron buscando la cuenca del Marañón, en un vano intento por ganar la frontera con Ecuador.
Tras mucho caminar y con los cancerberos siguiéndoles los pasos, llegaron a las alturas de Celendín, a la hacienda de Tinkat (Huauco) en donde recibieron la ayuda de tres celendinos que cubrieron la huida de los Alegría; ellos fueron el hacendado de Tinkat, don David Reyna Rojas, Máximo Aliaga, que ofició de mensajero y guía y el agricultor Hipólito Malaver Calla, que alojó a los fugitivos en su choza de la jalca.
La guardia civil que tenía sospechas que los fugitivos andaban en la zona, capturaron al mercachifle Melquíades Horna, quien manifestó que, efectivamente, a su paso por esa hacienda había visto a dos hombres que se ajustaban a las características de los buscados. Con la certeza de capturar a los prófugos, el subprefecto Vásquez que participaba en la persecución se dirigió a Celendín en donde solicitó como refuerzos al cabo Manuel Roncal y a los guardias Eduardo Quea, Víctor Pajares y Anaximandro Cáceres.
Los policías llegaron sigilosamente, ocultándose en los matorrales hasta rodear la casa de Hipólito Malaver en el sitio denominado Guangazanga y luego de convencerse que los personajes que buscaban estaban allí, dispararon a matar sin dar la voz de alto. La confusión y el nerviosismo fueron bien aprovechados por los hermanos Alegría que sabían de los que se trataba y huyeron hacia la quebrada “Suiturumi”, mientras el campesino Hipólito, por cubrirlos, fue herido de bala en una pierna, a consecuencia de la cual quedó cojo por el resto de su vida.
La expresión de su rostro, la desesperación de su familia, su herida sangrante y sus argumentos que “dando comida y hospedaje al prójimo solo cumplía con su deber cristiano, ya que de política no sabía nada”, convencieron a los guardias de su inocencia e impidieron que se lo llevaran como cómplice.
Finalmente capturados los fugitivos, se despidieron de quien tan humanamente les había ayudado y fuertemente atados fueron caminando rumbo al Huauco, a donde llegaron a la medianoche y luego a Celendín a las tres de la madrugada del día siguiente, en donde el subprefecto dispuso que se los fusilara sumariamente.
Allí se puso de manifiesto el tradicional espíritu solidario de los celendinos que movieron influencias y argumentos a fin de que no los mataran. A raíz de esta captura Ciro Alegría fue deportado a Chile en donde escribió su galardonada novela El mundo es ancho y ajeno.
Esta versión, por supuesto, difiere del parte oficial que firmó el Cabo Julio Cáceres Montalbán el 26 de setiembre de 1932 y que tenemos en archivo, pero, como en todo tiempo y lugar, los policías tuvieron razones de peso para ocultar la verdad de los hechos.
Esta circunstancia motivó que nuestro gran escritor Alfonso Pelaéz Bazán dijera de Ciro Alegría: “No es celendino, pero volvió a nacer allí” y el gran escritor dejó constancia de ello en su autobiografía que tituló "Mucha suerte con harto palo".
La experiencia vivida a través de todo el tiempo de persecución y su conocimiento de la zona en momentos tan álgidos, lo llevaron a describir magistralmente los valles de la “Serpiente de oro” y sus gentes, de suyo tan hospitalarias, y por supuesto, teniendo como personajes característicos a los celendinos como comerciantes reputados en todo el norte: “Los más fregaos son los celendinos. ¡Ah, condenaos cristianos! Esos shilicos po vendele sus sombreros a tuel mundo siandan más sea con tuel invierno encima”

martes, 20 de febrero de 2007

CANTACLARO: Lágrimas de felipillo

Por Constante Vigil
Celendín

Evidentemente, el felipillo Marcos Valdez Cadenillas, menos mal "past" presidente de la cámara de comercio de Cajamarca, suda la camiseta de Yanacocha y trata de justificar el sueldazo que recibe de la Newmont para sembrar el desconcierto en la población cajamarquina en su papel de pájaro de mal agüero.
Lo que no dice Valdez es que Yanacocha se va de Cajamarca (si es que alguna vez se va...), no porque los ecologistas rabiosos, enemigos del “progreso”, o los campesinos, víctimas de la contaminación, o los trabajadores, que reclaman sus derechos, la hostiguen, sino porque el oro, como todo en la vida, se agota. De otro modo jamás se iría.
Se iría la mina porque ya no tendría más oro que explotar; esto ocurre en cualquier lugar del mundo en donde hay explotación minera; jamás se quedan por sentimentalismo o porque el pueblo les gustó. Simplemente van a donde puedan obtener el lucro a que les obligan su codicia y sus ambiciones. No importa lo que dejan atrás. Se va la minera y los que verdaderamente van a sufrir no son los taxistas, hoteleros, copiadores y todos aquellos que causan la condolencia hipócrita de Valdez, porque siempre han tenido trabajo como impulsores del turismo en una ciudad histórica como Cajamarca. Los que van a sufrir realmente son los dueños de cantinas, prostíbulos, los dueños de services y los gacetilleros patibularios como él. ¿Qué publicación o diario serio contrataría a Marcos Valdez, que escribe con los pies?
Es lógico que el valor de las propiedades disminuirá por el estado de contaminación en que quedarán después del método de lixiviación con cianuro que utilizó la Newmont en su explotación de Yanacocha. ¿Ha pensado el Sr. Valdez que los que verdaderamente sufrirán serán los agricultores? Ellos se verán mermados en su producción y la poca que obtendrán no podrán venderla, porque ¿quién quiere consumir productos contaminados?
Históricamente, y Mariátegui lo analiza con propiedad en sus “7 Ensayos”, los gobernantes del Perú, lejos de cimentar una economía de desarrollo industrial basado en la existencia de sus ingentes recursos, optaron por el fácil expediente de ser productor de materia prima, que otros países, tecnológicamente más desarrollados, vinieran a explotar a cambio de enriquecer a unos cuantos.
Basta echar una mirada a la historia para darnos cuenta de que este tipo de economía extractiva, del oro y la plata durante la colonia, del guano y el salitre a inicios de la república, del caucho en las primeras décadas del S. XX y nuevamente del oro y el petróleo en la actualidad, jamás significaron cambios de progreso integral para la nación y solamente enriquecieron a una oligarquía que es la que detenta el poder desde entonces.
La bonanza de los trabajadores de Yanacocha a quienes alude Valdez, no alcanza ni siquiera al 3 % de la población total de Cajamarca y seguimos siendo uno de los departamentos más pobres del Perú, conjuntamente con otros que, curiosamente, tienen recursos mineros.
El temor de que Yanacocha no pueda expandir sus tentáculos hacia las provincias vecinas en donde la existencia de oro está probada, es que, dentro de nuestra "estupidez" -como dice el felipillo llorón- nos hemos dado cuenta que el accionar de Yanacocha en Cajamarca, es, precisamente, el espejo de lo que no queremos para nuestros pueblos.

jueves, 15 de febrero de 2007

SOCIEDAD: Sombrero nuestro de cada día

¿Qué celendino no conoce, hasta la saciedad, el drama que envuelve la vida de la mujer celendina pobre, que trenza la paja toquilla día a día, noche tras noche, para procurarse unas cuantas monedas cada que entrega, al acabar la semana, "un sombrerito" al vampiresco intermediario de esta industria?
Todos lo conocemos, pero pocos se han dedicado a la solución de este tremendo drama social; uno de ellos fue el pintor Alfredo Rocha Zegarra quien, poco antes de su muerte agrupó a un gran número de tejedoras para formar la que pudo haber sido una floreciente y redentora Cooperativa. Lamentablemente este intento acabó a poco de nacer porque hubo intereses creados que maniobraron en la sombra para que este romántico, pero sobre todo honrado proyecto abortara.

Heroicas mujeres celendinas. En sus miradas está la explotación que han sufrido toda su vida.

Desde entonces nada se ha hecho para solucionar este oprobio que pesa sobre nuestras desvalidas mujeres proletarias, pese a que muchos celendinos esclarecidos descollaron en el quehacer político administrativo del país y aún más, algunos brillaron en el firmamento mundial por su carga intelectual, pero nadie acometió con franqueza y decisión esta tragedia que desdice de la valía de los celendinos nacidos en tierra de Juan Basilio Cortegana.
Esta palma debemos recogerla todos: la redención de la víctima es una tarea que nos atañe a todos. No está bien que permitamos que el frío intermediario se capitalice con el producto de esta manufactura casera que no tiene tipificación, pero cuyos elementos concurrentes son muchos y es además abierta para el mercado ajeno nacional y extranjero.
La fabricación de sombreros se realiza sin intervención del estado, invirtiéndose el producto de la primera venta en las necesidades propias de las manufactureras. El estado debe extender su acción protectora de esta industria legislando y subsidiando en su favor; con la formación de seguros y otros beneficios sociales; mucho más ahora que escuchamos proclamar diariamente al presidente que “se acabaron los tiempos de exclusión”.


"Cinco soles le doy, señora..." (oleo de Jorge Chávez Silva, Charro)

Debemos propiciar la formación de una Cooperativa, con planificación que evite las vivezas de la oferta y demanda, con la conquista de mercados donde se pueda colocar el producto en condiciones ventajosas para la manufacturera: mejorando la técnica de fabricación y protegiendo a la industria de los contrabandos operados desde tierras ecuatorianas con productos similares.
Tenemos que catalizar las bondades de nuestra industria; es fácil advertir que nuestro sombrero en comparación con los que se producen en el departamento, dígase Chota, Bambamarca es de mejor calidad y elegancia; solamente tenemos que modernizar los modelos para que sean atractivos y salgan en el mercado. No olvidemos que el estar actualizados en la moda del momento es vital para cualquier industria.
Ha llegado la hora de pensar seriamente en la solución de este problema regional que encarna la miseria de nuestras silenciosas tejedoras, que suspiran amargamente en el fango de su pobreza, teniendo muchas veces en brazos al fruto de sus entrañas que llora pidiendo que comer; y allí, el sombrero en fabricación, remojado de rato en rato por la clásica “tusa”, a la luz tenue de un lamparín puesto sobre la horma acompañando a esta huérfana en sus noches de desdicha.
¿Hasta cuando, mujer celendina, sufrirás resignada la amargura de tu vida?
¿Cuándo será cercenada de un tajo la alimaña de tu miseria?

miércoles, 14 de febrero de 2007

CANTACLARO: Las rapiñas de Mauro

Por Constante Vigil
Celendín
En mérito a la Resolución de Contraloría 391-2006 se autoriza al Procurador Público a iniciar acciones legales contra el ex alcalde de Celendín Mauro Siles Arteaga y contra todos los que estuvieren implicados en la sobrevaluación (léase rapiñas) en las siguientes obras:

* Techo del Coliseo Cerrado ........ S/. 66.984,33
* Construcción del templo de San Sebastián, Llanguat ........ S/. 33.905,84
* Pavimentación Jr. 2 de Mayo Cuadra 1 ........ S/. 11.339,12

Lo que hace un total S/. 112.229,29 (Ciento doce mil doscientos veintinueve nuevos soles con veintinueve céntimos) que fueron a parar a los bolsillos del inefable ex alcalde y sus cómplices.

Ex alcalde en compañía de dos conocidos saqueadores...

Sin embargo, para la Casa de la Cultura, que se está cayendo por descuido de sus dirigentes y por falta de presupuesto, Arteaga apenas dio 10.000 soles en sus dos gestiones.
¿Es esto sólo la punta del iceberg? Nos preguntamos, por ejemplo, ¿cuánto costaron realmente la malhadada carretera y el remedo del Cristo de Rio de Janeiro que el ex alcalde hizo construir en la colina San Isidro, y cuánto facturaron por ambas malas obras sus servicios? Celendín despierta recién ahora del engaño.
Y esta triste realidad nos muestra que en el Perú, las reelecciones no son aconsejables porque generan corrupción. Las ansias de perpetuarse en el cargo fueron funestas para el país a través de toda la historia. Como es fácil de imaginar, siempre se requiere un nuevo plazo para tapar los huecos de la gestión anterior.
Las lecciones de la mafia fuji-montesinista nunca fueron aprovechadas por el pueblo, una parte del cual, extrañamente, cree en la inocencia de estos angelitos con cuernos y tridentes. El ex alcalde Arteaga, digno miembro del partido del infame y ladrón Kenya Fujimori, no podía traicionar el legado doctrinario y, como el jefe, aguzó las garras.
Esta situación nos lleva a pensar que el famoso decreto 020 de intangibilidad ante las acciones mineras no fue sino un "bluf" para negociar con ciertas ventajas ante la minera en provecho propio. Es lógico suponer que una persona vulnerable a la corrupción sea objeto de tentaciones por parte de los que detentan el poder y el dinero.
Todos los ex alcaldes que se reeligieron por más de dos periodos se vieron envueltos en escándalos de este tipo, y ahora, retirados a la vida civil, como diríamos, exhiben enormes signos exteriores de riqueza ¿De dónde michis si la gata no ha parido?
Ojalá que saquemos provecho de estas lecciones y no nos dejemos llevar por algún entusiasmo inexplicable y, obnubilados por la amnesia que parece ser un mal nacional, olvidemos las “hazañas” de estos malos dirigentes, que por el bien de nuestro pueblo (ya que ética personal no tienen) deben abstenerse de nuevas aventuras políticas.
Por supuesto que entre los montos que se llevaron la dupla Fujimori-Montesinos y Arteaga hay un mundo de diferencia, pero es claro que su conducta tienen el mismo pelaje y las mismas garras.

lunes, 12 de febrero de 2007

PERSONAJES: Arístides Merino Merino


El gran visionario


¿Quién en Celendín puede olvidar la figura inconfundible del gran maestro Arístides Merino Merino? Su andar de grillo cojo era parte del paisaje en las calles rectilíneas del pueblo, de la ciudad que tanto amó, capital de la provincia a la que dedicó su vida y sus energías.

AMM, sentado, con pantalón color claro, con la Promoción PARTA del colegio
al que le dedicó su vida, el "Javier Prado"


¿Cómo no recordar la amenidad de sus clases de Historia Universal? La conocía de memoria y narraba como si se tratara del guión de una película en la que podíamos sentir el paso y hasta el aliento de personajes como Milcíades, Homero, Alcibíades, El Archiduque Francisco Fernando y su audaz asesino Gavrilo Princip, Stalin, Churchill, Roosevelt y toda la galería de personajes que movieron el mundo , a quienes describía como si hubieran sido sus conocidos.
En esa época en que las metodologías educativas se basaban en el dictado de clases, lo hacía como si estuviera hablando en soliloquio, lo que hacía difícil seguirlo y muchas veces, cuando ya sonaba el timbre del cambio de hora, lo perseguíamos por el patio, preguntándole:
-¿Qué fue lo último que dictó, profesor?
-¡Ma!...¿Qué desde que se conoció el petróleo el mundo anda sobre ruedas, hombre! Y allá iba rumbo a otra aula a proseguir su trabajo.
Personaje respetadísimo por toda la población, todo era saludos y venias de cortesía a su paso, homenajes a los que respondía con toda humildad, inquiriendo por la salud de los familiares del ocasional transeúnte ,interesado como estaba por el bienestar de todos.
Nasho colosal, era un inveterado asistente al cinema. No se perdía una película. Tanta era su afición que tenía un asiento favorito desde el cual podía espectar la obra con comodidad. Todos los que lo conocían se cuidaban de ocupar el dichoso asiento: pero si algún despistado lo hacía sin intención, aparecía de pronto el profesor Arístides y lo conminaba:
-¡Ma!... ¡Ya te sentaste en mi sitio!...¡Quita, quita, hombre!
El interpelado, rojo de vergüenza, tenía que hacer sentido abandono de su lugar en medio de las disculpas del caso. Cuando la película no colmaba las espectativas del ínclito profesor, salía farfullando:
-¡Ma! ¡Este "Coche" Jave nos acabó de engañar, hombre!
Don Arístides Merino nació en Celendín en 1905 y desde joven tuvo grandes ideas y anhelos para Celendín. Se inició en la docencia en el entonces Colegio "Celendín" del cual fue docente fundador. Luego, ya con carácter oficial, pasó a llamarse "Javier Prado" y posteriormente GUE "Coronel Cortegana" en donde se jubiló luego de sobrepasar en mucho su tiempo de servicios.
Don Arístides era un convencido del potencial intelectual de los celendinos y le preocupaba que muchos intelectos se perdieran por falta de medios o de oportunidades, eso lo motivó a una labor incesante de conseguir para los jóvenes centros educativos en donde pudieran formarse. Fue gestor de la creación del INA Nº 38 en 1959; de la Escuela Normal Mixta en 1060 y del IPRC en 1065. De esta manera logró que muchos jóvenes desarrollaran su intelecto y dieran renombre a Celendín.
Aparte de su quehacer educativo integró diversas comisiones de celendinos que buscaban mejoras en la población como el agua potable y desagüe, la electrificación, etc.
Formó parte del grupo de estudio de factibilidad de creación del Departamento Nor Oriental del Marañón con su capital Celendín, extendiendo su jurisdicción a las provincias de Bolívar en La Libertad y en otros distritos de Amazonas, de clara influencia celendina. Desgraciadamente sus proyectos fueron bloqueados por los parlamentarios cajamarquinos, amazonenses y liberteños que vieron con mucho recelo los afanes de crecimiento celendinos: sobre todo los primeros que siempre lucharon por predominar sobre Chota y Celendín.
Era proverbial su camaradería con sus alumnos. Se cuenta que en una oportunidad estaba realizando evaluación oral y le preguntó al “Coche” Diego Merino:
-¿Quién descubrió América antes que Cristóbal Colón?
El interpelado, que estaba en la luna, inmediatamente miró a las vigas y aguzó los oídos esperando que alguien le soplara la respuesta. Un compañero le dijo en voz baja : “Erick el Rojo”
El "Coche", que apenas había oído el soplo, contestó:
-Ariche, el Cojo.
-¿Ah? Muy bien, hombre, tienes 20 -luego, meditando un poco, prosiguió-: ¡Ma! Creo que este me está engañando...
Le preocupaba la apariencia física e intelectual de Celendín, por ello lo mortificaba el hecho de que el corresponsal del diario "El Comercio" fuese Napoleón Sánchez Urrelo, el popular "Tagaga", a quien no consideraba idóneo para el cargo y trataba de convencer a varios intelectuales jóvenes para que asuman la responsabilidad, en lugar del referido periodista que se ufanaba como pavo real de su “altísima corresponsalía”.
Fue tan importante la huella que dejó y la devoción que tenía el pueblo por este visionario ilustre, cuyo nombre ostenta hoy con justicia el Instituto Superior Pedagógico "Arístides Merino Merino" de Celendín.

domingo, 11 de febrero de 2007

CANTACLARO: Los Felipillos en Cajamarca

Por Constante Vigil
Celendín
Para nadie es un secreto la filiación y la fuente de financiación principal del sitio Web Cajamarcaopina. Así, la vieja Cajamarca, la mítica, prueba una vez más, pese a que el momento histórico es distinto, que siempre tuvo andando por sus calles a Felipillos que la arrastraron a la perdición. Así como tendenciosamente mintió aquel para que mataran a Atahualpa, así mienten ahora los gonfaloneros de Yanacocha.
Uno de ellos es, sin duda, un fulano apellidado Valdez Cadenillas, quien aprovecha la existencia de mineros informales (peruanos) en nuestras provincias para sacar la cara por las transnacionales y atacar a los amigos de la vida y el medio ambiente, a los "defensores de la agüita", como dice él, y de las tierras de los campesinos.
Cualquiera se da cuenta de la diferencia y de las proporciones que hay entre el daño físico y moral que causa la Newmont con el que producen los mineros nacionales informales. Los verdaderos ecologistas condenamos toda forma de contaminación, venga de donde viniere. Y lo podemos hacer porque no nos mueve ningún interés.
No es el caso de los Felipillos. Este Sr. Valdez, que seguramente es familiar del propietario de la famosa biblioteca que valía milones de dólares, pretende hacernos creer que todo lo que sucede ahora en Cajamarca contribuye a su engrandecimiento, quiere convencernos de que no nos hemos dado cuenta del progreso que ha generado la minera y dice alegremente que ningún momento pasado fue mejor.
Lo que él no quiere ver es que Cajamarca sigue entre los cuatro departamentos más pobres del Perú, que la contaminación está a la vuelta de cada esquina y que los únicos que se han enriquecido con Yanacocha son algunos comerciantes como él, los dueños de los burdeles abiertos y camuflados, así como los ayayeros y panegiristas que usan como tribuna a Cajamarcaopina y que gracias a los mendrugos de la minera se dan ínfulas de grandes.
Una prueba de como están orientados los incondicionales servicios de ese vocero dizque independiente: hasta ahora no denuncia el bloqueo y la censura que actualmente sufre el sitio Web de la asociación Celendín Pueblo Mágico, valiente página de información celendina que critica a las mineras y que desde hace un mes no llega a los internautas peruanos dependientes de la Telefónica española.
Nosotros nos solidarizamos con CPM, condenamos el intento de silenciarla, por parte de los esbirros de las trasnacionales, y los hacemos con el mismo fervor con que estos vendepatrias defienden los intereses de la gringa Newmont Mining Corporation (alias Minera Yanacocha, alias Minas Conga, como dicen los ecologistas shilicos).

jueves, 8 de febrero de 2007

PERSONAJES: Hermila Torres Oblitas

HERMILA TORRES OBLITAS nació en Celendín. Hizo sus estudios en su tierra natal en donde destacó como la primera alumna de su generación. Viendo esto, sus padres, que gozaban de medios para educarla la enviaron al prestigioso Liceo del Carmen de Cajamarca, crisol brillante de la intelectualidad femenina del norte del Perú, tras lo cual pasó a la capital de la República, donde cursó estudios pedagógicos en la Escuela Normal y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Se graduó con honores en esos principales institutos de cultura superior del país después de exitosas pruebas, optando los títulos de Normalista Urbana, Bachiller en Letras, Doctora en Letras y doctora en Educación. Para los grados doctorales presentó las tesis tituladas: “Evolución de la Poesía en el Perú, desde la Emancipación hasta los años actuales de la República” e “Intercambio educacional”, que merecieron la aprobación de los catedráticos sanmarquinos.
Poco después fue designada para presidir la delegación de estudiantes de la Facultad de Educación de San Marcos, en la gira que realizaron por Chile, Argentina y Bolivia. Lugares en los que tuvo destacadas intervenciones como expositora de la problemática y el futuro de la educación peruana.
La doctora Hermila Torres Oblitas, en su permanente periplo cultural, viajó por todo el mundo, siempre en busca del quehacer pedagógico, buscando lo mejor para la educación peruana, a la que siempre entendió como un problema que debía enfocarse desde el punto de vista nacional, con técnicos y profesionales nacionales, que son quienes en verdad conocen la idiosincrasia peruana. Su labor educacional fue vasta, profícua.
Desde joven se dedicó al magisterio. Dirigió en Lima el Liceo Vespertino para Señoritas, primer plantel de esa índole creado en esta capital por el ilustre pedagogo Dr. Luis E. Galván. También fue, en numerosas oportunidades, miembro de los jurados examinadores oficiales de los colegios secundarios por el Ministerio de Educación Pública, además de otras honrosas distinciones. Desempeñó la dirección de la Escuela de Segundo Grado Nº 390 a la par que dictaba clases en los más importantes colegios secundarios particulares.
A la Dra. Torres Oblitas le cupo el honor de ser la primera mujer de Celendín y del departamento de Cajamarca que obtuvo títulos doctorales en nuestra primera Universidad de San Marcos. Su experiencia magisterial la volcó en diversas publicaciones en diarios y revistas en donde desarrolló amplios conceptos sobre Literatura y Pedagogía.
Por otro lado, la Dra. Torres siempre prestó su más amplio concurso en todas las actividades celendinas. Fue secretaria de Cultura del Centro Celendín, Club Celendín, e impulsora de diversas organizaciones celendinas. Siempre buscó la manera como canalizar su ayuda a la lejana provincia. Su auténtico celendinismo se evidenció con frecuencia en los artículos relacionados con temas regionales y en conferencias sobre los problemas fundamentales de la provincia. Además de ello hizo patente su apoyo y preocupación por la niñez de Celendín, instituyendo un premio pecuniario para los mejores alumnos de cada promoción de los planteles de la provincia.
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Fotos: Arriba, la Dra. Hermila Torres. Abajo, la Dra. Hermila Torres, 2da. de la derecha, durante una visita en China.

CANTACLARO: Horrores y esperpentos

Por Constante Vigil
Celendín

Las de abajo son algunas muestras de los horrores arquitectónicos que se han permitido en Celendín en los últimos años y que contribuyen a la destrucción de la uniforme y singular fisonomía española de nuestra vieja ciudad. Su aspecto armonioso y apacible era su única riqueza con miras a la futura explotación del turismo en nuestra región. Ahora, los ignorantes, los irresponsables y los ambiciosos la están demoliendo. Ojalá que las nuevas autoridades edilicias hagan un credo de la protección de nuestro urbanismo.

Horrendo esperpento arquitectónico

LA CASA MAS FEA DE CELENDIN - Esta monstruosidad, construida por celendinos nuevos, oriundos de Chalán, no sólo rompe el perfil de la calle Salaverry al alzarse por encima del segundo piso característico de las construcciones tradicionales, sino que, criminalmente, avanza hacia la calle, destruyendo toda perspectiva y poniendo inclusive en peligro a los habitantes en caso de fuerte sismo. Como el mal ejemplo cunde, a su izquierda está creciendo otro engendro concebido por malos shilicos, por gente que no ha entendido que una ciudad como la nuestra tiene una personalidad propia, única, que debe ser ciudada.

El portaviandas

EL PORTAVIANDAS - Así llaman los shilicos a esta otra excrecencia. Según los entendidos, este horror es todo un prodigio de equilibrio precario, y por lo tanto un peligro, por supuesto, para los vecinos y para los simples traseúntes. Al punto que el Concejo Municipal anterior lo declaró inhabitable, ordenando su reconstrucción (por lo tanto, sin observar sus aberrantes características arquitectónicas, suponemos). El dueño de este verdadero atentado arquitectónico, sin embargo, sigue empecinado en culminarlo. ¿Lo logrará?

Los shilicos responsables y que amamos a nuestra ciudad, de todas las generaciones, esperemos de verdad que las nuevas autoridades municipales pongan coto a este verdadero urbanicidio que en Celendín están cometiendo los ignorantes y los ambiciosos.

martes, 6 de febrero de 2007

ESTAMPA: Jarabe anticolérico

Por Jorge A. Chávez Silva, Charro
En el tiempo encantado en que se amarraban a los perros con salchichas y éstos no las comían, la vida era una bendición, el amor era tan simple que apenas consistía en comer pan y cebollas; los bebés nacían con su pan bajo el brazo y aún no se había inventado muchas enfermedades. La gente moría de vejez, o porque había perdido protagonismo y tenía que pasar a un mundo mejor; o atacada de tabardillo, que era una especie de enfermedad genérica universal de la que existían diversas modalidades, de acuerdo a la coloración que presentara el semblante del paciente. Así, había el tabardillo amarillo, rojo, azul, verde y morado, que no eran de necesidad mortal. Si uno se topaba con algún prójimo que luciera un color verde alfalfa, sabía que estaba enfermo, pero que no era de gravedad; pero si a alguno lo atacaba el tabardillo negro, por ahí si estaba fregada la cosa. De nada valían los siete jarabes, ni las píldoras de éter, ni el bálsamo de buda, ni el agua de kananga, la de azahares, ni los álcalis, ni nada. El enfermo finaba sin remedio y no lo salvaba ni Cristo con ser quien fue. No existía cura para ese tabardillo.

La ruleta del Zarco: "pasa rojo, pasa verde, pasa azul..."

Pero si uno tenía una cólera de la gran siete con cualquier hijo de vecino, iba donde el zarco Dolores, tocaba una pequeña puerta charolada y aparecía una muchacha de aquellas que sólo existen en los sueños.
-¿Está ño Dolores?
-Si, ¿para qué será?
-Dígale que salga un ratito, que es muy urgente.
Mientras la muchacha iba hacia el interior dejándole el grato recuerdo de su mirada azul, del pequeño patio llegaba un denso y dulzón aroma a caramelo, luego aparecía, en mangas de camisa, el zarco Dolores en persona, menudo y de profundos ojos azules, una de las personas mágicas de las que, felizmente, está preñado Celendín.
-Buenos días, don Dolores, véndame una copita de jarabe anticolérico.
-¿Qué pu’as tenido?- preguntaba con el tono de un galeno auscultador, mientras servía la panacea.
-He tenido una coleraza con el cholo del Rulo Jave.
-Clávale esto, hom- decía alcanzando una copa con un líquido espeso, verde- Son diez centavos.
Y así, por una módica suma de diez centavos, uno le hacía la contra a la cólera, porque es malo tener cólera, envenena el corazón y mata el sentimiento; por eso es necesario y urgente que uno se aplique esa terapéutica, tan efectiva que ni el bálsamo de Fierabrás. Parecía que a la cólera la hubieran sacado con la mano.
El único que podía preparar el auténtico jarabe anticolérico era el zarco Dolores, y es que él tenía la ciencia aprendida desde que se la enseñó su hermano en una ceremonia de alquimistas en el lejano Huamachuco, que es desde antiguo tierra de gentiles. De allí vino con el arte de la dulcería para hacer la delicia de los muchachos de Celendín con la diversidad de caramelos que fabricaba: peritas, bolas, chupetes de punta, paletas, alfeñiques, turrones y de las deliciosas masas de menta con maní que comprábamos envueltas en papel de despacho e hicieron del mentero uno de los personajes más queridos de nuestra dorada niñez. Todo muy limpio, prolijo y de primera calidad, porque jamás se supo de algún rapaz que se haya puesto mal por culpa de los dichosos caramelos.
Si uno por precavido iba temprano a una fiesta como la de San Francisco de Chuclalás, la del mismo santo de Malcat, la de San Isidro del Huauco, el tan mentado Taita Ishico, la del Padre Eterno de Sorochuco, que tenía más devotos; la de San José de Pillco; la Virgen del Rosario de Huacapampa; la de la Virgen de Candelaria de Poyunte o a cualquier otra, inclusive fuera del ámbito de la provincia, podía ir a probar suerte en la ruleta de caballitos que hacía girar el mismo zarco Dolores. Se trataba de una mesa redonda en que iban pintados sobre cuchillas de colores los números sin orden correlativo, del uno al cincuenta, con algunos ceros intercalados. En torno a un eje giraban alrededor de una docena de caballitos de colores con sus respectivos jockeys. En la panza de cada animalito sobresalía una púa que señalaba al número de la ruleta. Al zarco se le podía ubicar de inmediato porque su carpita estaba rodeada de chiquillos y debajo de su mesa habían algunas latas, de esas de manteca, llenas de caramelos.
Uno debía ser precavido e ir primero en plan de observador antes de arriesgar sus centavos. Cuando los circundantes apostaban, el zarco cantaba la jugada:
-¡Y se va la bolita, se va la bolita, a la una, a las dos y a las tres... pasa rojo, pasa verde, pasa azul, pasa amarillo, pasa rosado, pasa el colorao, pasa blanco, el negro frontino, pasa el pinto, al alazán, el moro, el tordillo.... y llegaron!
Uno debía fijarse en la cara de los más felices que ganaron catorce, quince o a veces veinte- porque jamás supe de algún lechero que sacara cincuenta caramelos- para apostar al mismo caballo, porque la suerte es terca, siempre se repite; es como la circunstancia de que el asesino siempre regresa a la escena del crimen, o algo tan simple como el que pega una, pega dos. Con esta sencilla estrategia había más posibilidades de ganar.
Pero si uno por dormilón o desaprensivo llegaba tarde a la fiesta, encontraba que el zarco ya no estaba frente a su ruleta y se había perdido lo mejor del espectáculo, ello significaba que, finiquitado su negocio, el dulcero había procedido a la consabida lluvia de caramelos, en medio de un revoltijo de chiquillos y mozuelas campesinas quinceañeras, vestidas de fiesta, quienes por conseguir un par de caramelos, dejaban ver sus torneadas piernas en medio de un revuelo de fustanes.
El zarco ya se hallaba encantinado en algún toldo, brindando un buen cañazo con algunos de sus amigos. Entonces había que prestar atención a la progresión etílica del zarco. En cada trago que se zampaba su rostro se ponía más sanguíneo, los ojos más vivos y estaba cada vez más alegre. Si de pronto se escuchaba su interjección favorita dirigida a cualquier contertulio, era prueba de que estaba a punto para emprender la famosa incursión acostumbrada:
-¡Quieto, grajo!
Sólo era cuestión de minutos para verle salir totalmente eufórico en busca de su alazán albo dos, como no hay dos, y, caballero cimbreante sobre el paso airoso de su caballo picho, recorrer las calles del pueblo, gritando en cada esquina, a voz en cuello, como si fuera el heraldo de la buena nueva, para solaz y chacota de los varones y zozobra y quebranto de las cucufatas y señoras bien, que veían en el fino caballero la encarnación del demonio de la lujuria:
-¡QUE VIVA LA PUGA!
Y de esta guisa subía por La Alameda, hasta la quebrada de San Cayetano; galopaba a campo traviesa hasta La Feliciana, luego por el malecón y desembocaba en el mercado, con gran contento de los transeúntes:
-¡QUE VIVA LA PUGA!
Bajaba por la plaza de armas, de allí al hospital, subía por el mercado zonal hasta La Matanza, para rematar su periplo caballeresco en su adorado barrio de Colpacucho, corroborando su concepto con una frase irrebatible de catador exquisito:
-¡QUE VIVA LA PUGA! ¡ LA PUGA VALE EN ORO TODO LO QUE PESA!
Uno, que es avisao, sabe a lo que se refería el zarco con tanto entusiasmo, y tú, apreciado lector, si tienes un poco de malicia, adivinarás que cosa provocaba la alegre euforia de don Dolores. Pero si no quieres pasar por soez y malcriado; y por el contrario, te quieres dar de fino y educado, te informo que sí, que en Celendín, la puga es la fruta más dulce de la mujer, y en contraposición, el órgano del hombre es conocido como pishgo.
Ya imaginan ustedes el azoro de su mujer y sus bellísimas hijas cuando lo llevaban, casi en hombros, totalmente ebrio a su domicilio, con el estentóreo grito echado a la calle como un hijo ilegítimo que reclama a gritos un padre:
-¡QUE VIVA LA PUGA!
El zarco Dolores era el único valiente que se atrevía a hacer pública una proclama que, estoy seguro, ronda en la mente y en la punta de la lengua de todos los hombres. Alguno que otro osaba emularlo con un poco más de decoro y menos evidencia, farfullando medrosamente:
-¡QUE VIVA LA... NIÑA!
Seguramente por eso, y en reconocimiento de su autoría sobre la célebre frase, alguna mano anónima había escrito un graffiti con carbón de pila ray-o-vac en el umbral de su puerta: “ZARCO DOLORES QUE VIVA LA PUGA”; inscripción que quedó para la posteridad, sin que ningún profano se atreviese a borrarla, so pena de pasar por sacrílego.
Un chistoso le ha contado a uno que en una ocasión, estando el zarco en el lecho matrimonial con su esposa de toda la vida, a poco de hacer el amor, le dijo con la euforia acostumbrada:
-Hijita, no sabes lo rica que es la puga; ¡La puga vale en oro todo lo que pesa!
Su mujer, mirándole fijamente, replicó:
-Y eso que no lo has probado al pishgo, ¡Ese es más rico! ¡Ese te aloca!

PERSONAJES: Nazario Chávez Aliaga

Nació en el distrito del Huauco (hoy Sucre) de la provincia de Celendín, departamento de Cajamarca, el 22 de septiembre de 1891. Sus estudios los realizó en el Colegio Nacional San Ramón de Cajamarca. Fue maestro de escuela y profesor de Castellano y Literatura y fundador director del diario El Perú, en Cajamarca. Inflamado por la prédica innovadora de Víctor Raúl Haya de la Torre se afilió al Partido Aprista Peruano en 1931, desempeñándose como alcalde del Huauco,
Como dirigente departamental de Cajamarca dirigió la toma de la ciudad en 1932 y colaboró estrechamente con el Comandante Gustavo Zorro Jiménez en el infausto movimiento que terminó con el suicidio del militar. Develada la revolución por las fuerzas de Sánchez Cerro, sufrió prisión por dos veces en el Frontón.
Posteriormente renunció al PAP y se afilió al Movimiento Democrático Pradista, de Manuel Prado Ugarteche. Una vez éste en el poder, desempeñó diferentes cargos, entre ellos secretario y asesor del Consejo de Ministros de la Presidencia de la República, durante el primer período de Prado; diputado al Congreso por Cutervo (1950); secretario de la Cámara de Diputados. Como letrado y poeta publicó la monografía Cajamarca, y los libros Vértice, Huerto de Lilas, Parábolas del Ande, Ideario y Acción Parlamentaria, Liberación, Pensamiento en Función de vida y de Historia. Fue colaborador de periódicos y revistas nacionales y extranjeras.
En 1956 el presidente Prado lo nombró Secretario General de la Presidencia de la República.
Recibió muchas condecoraciones como la de Gran oficial de la Orden El Sol del Perú, Gran Oficial Servicio Civil del Estado de la República Peruana, Comendador de la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos del Perú, Gran Placa de la Orden del Tesoro Sagrado del Japón, entre otras.
Hombre muy discutido por sus avatares políticos y por su actuación como secretario del presidente Prado, sigue siendo considerado, sin embargo, un personaje epónimo en su distrito y líder intelectual en todo el departamento
Falleció el 14 de noviembre de 1978 en la ciudad de Lima.

CENSURA: Las transnacionales y CPM

Comunicado de la asociación Celendín Pueblo Mágico, en el que se reseña el extraño caso de la desaparición de una página Web... sólo para los abonados al servicio de la Telefónica.

Al comienzo de la agresión contra CPM, los siguientes blogs tomaron el relevo: Espina de Maram y Celendín Resistente. En ambos se publicó la grave denuncia en torno al bloqueo. Hacemos nuestras las palabras de nuestros amigos y colegas:

La desaparición del sitio Web de CPM sienta un funesto precedente en el Perú. Nos preguntamos quién tiene el poder para hacerlo. ¿Las mineras en general? ¿Yanacocha en particular? ¿La Telefónica por cuenta de alguien? Un caso a seguir...

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DENUNCIA

PRIMER CASO DE CENSURA EN INTERNET EN EL PERÚ

Celendín Pueblo Mágico

A la opinión pública:

La asociación Celendín Pueblo Mágico publica en Internet un portal cívico, social y cultural en el que ha criticado en los últimos meses a una empresa minera que, en Cajamarca, se empeña en ampliar sus actividades hacia la provincia de Celendín. Estas actividades, creemos, por los métodos y técnicas que conllevan (la lixiviación, por ejemplo), son incompatibles con el respeto del medio ambiente y la salud de los habitantes de la zona. Esto sin hablar de las mezquinas políticas de salarios y de participación en los beneficios que practican las mineras, que afectan el derecho de nuestros trabajadores y colectividades a una vida digna y con plenos y reconocidos derechos.

CPM, nuestro sitio:
http://celendin.free.fr/PuebloMagico/index.html

CPM, nuestras críticas a las mineras:
http://celendin.free.fr/PuebloMagico/page3/page18/page70/page70.html

Esta actitud crítica nos ha valido algunos ataques y la animadversión de gente vinculada, de uno u otro modo, a la principal empresa minera que actúa en la zona, la norteamericana Newmont Mining Corporation (alias Minera Yanacocha, alias Minas Conga), quienes han lanzado contra nuestro portal y contra sus animadores campañas de desprestigio en Cajamarca. Esto no nos preocupaba pues relativizábamos el alcance de los empeños de los agentes de las mineras y confiábamos en nuestra propia capacidad y en las garantías democráticas para seguir combatiendo por la verdad y los intereses de nuestra provincia.
Nos esperaban, sin embargo, algunas sorpresas: desde fines del mes de diciembre pasado, CPM desapareció del espacio Web. Al comienzo creíamos que era algo pasajero, debido a problemas técnicos de nuestro proveedor, pero luego hemos tenido que rendirnos a la evidencia. Nuestro portal ha desaparecido, PERO SOLO PARA LOS INTERNAUTAS PERUANOS, en particular para los que utilizan el servicio Internet de Telefónica del Perú. Otros internautas, que utilizan otras redes, minoritarias debido al casi monopolio ejercido por la Telefónica, sí logran entrar. Esto nos parece extraño, inexplicable y sospechoso, sobre todo porque TODOS NUESTROS OTROS LECTORES, en Estados Unidos, Europa, Asia, etc., entran sin ninguna dificultad en nuestras páginas.
Después de hacer las consultas y comprobaciones debidas con expertos hemos llegado a la conclusión de que el "atasco peruano" de nuestro sitio se debe a que alguien ha intervenido en algún punto de la actividad de las computadoras repetidoras de Internet en el Perú (que en nuestro país no son muy numerosas) y ha logrado colocar un filtro para impedir el libre acceso a CPM de los internautas peruanos interesados en Celendín y su futuro. Esto es un hecho, está ocurriendo y es muy grave.
Estamos ante un caso de flagrante censura en el ámbito de Internet en el Perú, de impedimento de la libre circulación de ideas en el cyberespacio. Lo que en Estados Unidos es tabú está ocurriendo libremente en nuestro país, donde algunos poderes fácticos, aprovechando la impunidad de hecho de que gozan, usan su capacidad económica y sus contactos para corromper e imponen sus designios, en Cajamarca y en el país entero. La voluntad de callarnos, de impedir que sigamos creando conciencia cívica, política y ecológica en nuestra zona, es evidente.
La asociación Celendín Pueblo Mágico denuncia ante la prensa, la opinión pública y los poderes del Estado peruano que alguna persona o entidad, con mucho poder seguramente, y con la complicidad técnica de especialistas muy bien situados, se está permitiendo bloquear la consulta de un sitio Internet peruano en el que se expresan libremente ciudadanos que ejercen su elemental derecho a opinar.

Lima, 10 de enero de 2007.

Jorge Chávez Silva
Coordinador cultural de CPM en el Perú

domingo, 4 de febrero de 2007

CELENDIN: Municipalidad en emergencia

El nuevo alcalde provincial de Celendín, Juan de Dios Tello Villanueva anunció hoy que declarará en emergencia esta comuna debido al caótico estado en que se encuentra por una serie de irregularidades en el uso de recursos, deterioro de la maquinaria y desaparición de algunas herramientas y material de escritorio. "La anterior gestión prácticamente ha saqueado el municipio", manifestó.
Tello, quien jurará al cargo este viernes 5, denunció que ni siquiera existe papel para el trabajo que realiza la comisión de transferencia, en ese sentido, dijo que solicitará la intervención inmediata de la Contraloría General de la República para evaluar la gestión del ex alcalde Mauro Siles Arteaga y determinar en qué situación se encuentra.
"El ex alcalde tendrá que responder a la justicia de las irregularidades cometidas en su gestión", aseveró Tello Villanueva al precisar que informará a la población de la situación en que encuentra el municipio.Ante este problema, explicó que una de sus primeras acciones será reorganizar la municipalidad y para ello pidió el apoyo de los concejales y del pueblo celendino.
En otro momento, indicó que coordinará con el gobierno regional la culminación de la carretera Cajamarca–Celendin cuya tercera etapa, de 38 kilómetros, falta ejecutar desde la comunidad Pampa El Toro hasta esta provincia.
Sobre el proyecto minero Conga, ubicado en su provincia, dijo que no se opone a la inversión privada "pero esta actividad tiene que realizarse mediante el diálogo con las comunidades, informando cómo se desarrollará la explotación y el cuidado y conservación del medio ambiente", puntualizó. (Andina)

Fuente Prensa Virtual, Eduard Lozano Julca, 1/02/2007

Municipalidad de Celendín, al fondo, con joven ciclista paseando en primer plano (Foto: Charro)

sábado, 3 de febrero de 2007

CANTACLARO: Los destructores de Celendín

Por Constante Vigil
Celendín
Fundado en 1565 por el conquistador Gonzalo Menéndez de Canzo, St. Augustine es el primer pueblo español que surgió en el actual territorio de Estados Unidos, específicamente en Florida.
Para convertirse en el destino turístico que es ahora, St. Augustine tuvo que volver los ojos a su historia, a su tradición, luchar duramente por conservar los 36 edificios de origen colonial que todavía poseía y reconstruir totalmente otros 40, entre ellos el castillo de San Marcos, que resguardaba la bahía de las incursiones piratas.
Ahora, St. Augustine puede jactarse de ser el único núcleo urbano de Estados Unidos cuyo patrón de calles y ambiente arquitectónico es de origen español y es, lógicamente, la admiración de los millones de turistas que lo visitan anualmente.
Las generaciones actuales de celendinos, en su mayoría emergentes de los distritos de la provincia, recibieron de antepasados españoles, portugueses y judíos, según parece, una ciudad única, con personalidad propia, trazada de acuerdo a moldes coloniales, pero con visión futurista, bella desde todo punto de vista y con un perfil armonizando plenamente con el hermoso paisaje circundante.
El famoso tablero de ajedrez, orgullo de los viejos shilicos, que maravilló a muchos visitantes que se prendaron de la ciudad, en el presente es víctima del ataque sin pausa de los muchos irresposables que hay entre los actuales pobladores.
Al amparo de autoridades incapaces, que extienden las licencias más estrambóticas, se altera el perfil arquitectónico de la ciudad, se construye casas de estilo costeño, remedo triste y caricaturesco de los logros de un mundo que no conoce la belleza. Y allí tenemos los resultados, los esperpentos que, pretendiendo ser "funcionales y modernos", tienden pisos voladizos y otras modas híbridas que hacen un conjunto deprimente por lo huachafo.
Y la víctima es nuestra ciudad, mejor dicho nosotros mismos. ¡Qué lejos estamos quedando del Celendín señorial, con sus calles rectilíneas, sus paredes blancas y sus techos rojos de tejas artesanales!
Los shilicos de hoy no sabemos lo que hemos heredado, no comprendemos que nuestra ciudad conservada como fue y modernizada, respetando el estilo original, puede ser una fuente de riqueza para todos.
Los ejemplos son muchos, muchas las casonas antiguas que han caído víctimas de los arrestos destructores de estos atilas dizque modernos, como sucedió con la Escuela Nº 82 que ha desfigurado completamente a esa esquina de la Plaza de Armas.
Otro crimen mayúsculo de leso urbanismo es el que consumó el infame e ignorante presidente Kenya Fujimori con el antiguo local del Colegio "Javier Prado", hermosa casona, donada por don Augusto G. Gil, crisol de muchas generaciones de javierpradinos y corteganinos, que en todo caso debió conservarse como museo de la ciudad, con su apariencia original.
Otro tanto sucederá con el viejo Hotel América, aún en pie frente al colegio desfigurado, que caerá víctima de los maniáticos del cemento y se convertirá en una atrocidad urbana más. Otras casonas podrían seguir el mismo destino, como la famosa casa roja en que funcionó por años la Caja de Depósitos y Consignaciones, hoy Banco de la Nación.
Reemplazando a las viejas casonas se han erigido horrorosos exabruptos que asombran y compieten entre sí por su fealdad, como la "portavianda" que han construido en la calle Bolognesi, entre los jirones Dos de Mayo y Gálvez.
Pero la mostruosidad que se lleva la palma por su extrema fealdad y revela el "buen gusto" de sus propietarios, es el exabrupto arquitectural construido en la cuarta cuadra del jirón Salaverry, casi al llegar al mercado. Realmente parece un engendro de otro mundo, de un mundo sin alma, sin cultura, sin respeto por el espíritu de la ciudad que los acogió.
Aplaudimos a los celendinos que tienen el tino de conservar a nuestro pueblo como fue y, en ediciones que vendrán, ilustraremos con fotos los buenos ejemplos. Naturalmente, seguiremos castigando a los horrores, publicando su sinistro aspecto, su verdadera y tenebrosa dimensión de monstrosidades anticelendinas.

viernes, 2 de febrero de 2007

URBANISMO: Un pueblo con personalidad

Celendín era un pueblo con una personalidad muy definida. Su calles rectas y sus casas blancas, sus muros hechos con adobe, sus techos cubiertos con tejas coloradas, le daban a nuestra ciudad un aire de serenidad e invitaban a una vida apacible bajo nuestro cielo azul.

Calle de Celendín

Todo esto lo están destruyendo ahora los bárbaros, los fanáticos del ladrillo, el cemento y la calamina, que no se dan cuenta que están asesinando no sólo el espíritu del pueblo sino al pueblo mismo. Y esto ante la indiferencia, o con la complicidad, de los diferentes Concejos Municipales que se han sucedido en treinta años. Ahora, esperemos que las nuevas autoridades edilicias se hagan cargo cuanto antes de este asunto y detengan el desastre.
Cualquier persona sensata sabe que, para un pueblo como el nuestro, además de las actividades agropecuarias y ganaderas, el futuro pasa por el turismo cultural y ecológico. Celendín siempre fue un punto de paso hacia el oriente y esto nos hizo importantes en una época. Lo seremos de nuevo, si queremos. Si somos conscientes de que los viajeros de hoy se dirigen, en todo el mundo, a los pueblos que han sabido preservar su personalidad, no a los que han vendido su alma y se han convertido en un mamarracho que imita malamente las feas ciudades de la costa.

ESTAMPA: Los zonzos públicos

El término “zonzo” es una deformación americana del tonto español, pero tiene un matiz significativo diferente; el tonto en España expresa un sentido peyorativo muy preciso, en cambio en nosotros conlleva un trémolo de ternura y tolerancia. Equivale más bien al “bobo” castellano, que es un tonto cuya infelicidad mental va acompañada generalmente de taras físicas e inspira más bien lástima.
Estos personajes son tipos de antigua raigambre hispana, se encuentran en la literatura picaresca y en el folclor. Fueron la materia prima de los “bufones” que el humor negro de los monarcas españoles coleccionaba para solaz de sus almas taciturnas. Nuestra literatura también registra casos de estos tontos públicos, como los llama Manuel Atanasio Fuentes, sino recordemos los casos del “letrao” en “El Mundo es Ancho y ajeno” de Ciro Alegría o de “Braulio”, el personaje misterioso de nuestro escritor Alfonso Peláez Bazán
Aparecen en la Pintura como acompañantes de sus señores en los retratos de corte como es el caso de la célebre Mari Bárbola en el genial cuadro de Velásquez “Las Meninas” y los retratos de “Sebastián, enano de Morra”, “El bobo de Coria” o el “Niño de Vallecas”, que revelan un agudo sentido de la percepción psíquica por parte del pintor. En nuestro pueblo tenemos en Javier Chávez Silva, “Charrito”, un émulo cuyo tema son estos personajes que dan a los pueblos la sal de la vida.
Pero, no se crea que el tonto, zonzo o gafo, como decimos en Celendín, ni aún los bobos de corte, lo son de manera integral; en el zonzo hay mucho de ladino, pues algunos tienen una solapada viveza que medra a costas de los que se creen superiores a ellos:

“A mí me dicen el tonto
el tonto de mi lugar.
Todos para vivir trabajan,
yo vivo sin trabajar".

Canta el romancero español. Y es verdad. En todos los pueblos, nunca falta el “tonto del lugar”como personaje público. Todos tienen derecho a burlarse de él, a vejarlo y a usarlo en pequeños menesteres. Con frecuencia es el limosnero, el cargador, el que arregla algún desperfecto en el hogar. El zonzo es objeto de la burla pública, sobre todo de los muchachos; ¡pero es sagrado! Nadie le negará el alimento ni el techo cuando solicita albergue y comida al caer la noche.
En Celendín, la presencia de zonzos o gafos fue frecuente y muchos han quedado en el recuerdo popular, como el honrado ciego Honorio, nuestro “Lagañoso” Alfonso, el Rafa “Caray caray”, el “Ingeniero Foro”, el “Chilcaconga”, “El cojo de Urquía”, “El coche Carmelo”, “El Cungash”, “El Moto”, y para que no se crea que la gafera es patrimonio masculino también hubieron mujeres como “Doña Tutana”, “La loca Rosa”, “La Efe Borracha” y otras más.
Pero, el más ilustre de todos fue sin duda nuestro “Lagañoso Alfonsí”, sumido en un eterno duelo con la chiquillería de su tiempo, en la disputa por las maletas que traían los pasajeros de la empresa Díaz, que Alfonso quería monopolizar.
Como antes el ciego Honorio, nuestro "Lagañosí, ojos de pomo gomé, patas de pan shimbao”, como le decíamos, a diferencia de los zonzos de muchos lugares, fue, pese a sus limitaciones, un hombre digno, que se ganó el pan con el sudor de su frente. Jamás cometió la bajeza de mendigar, ni la vileza de robar y encarnó durante su tiempo un cierto espíritu del pueblo.
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Ilustración: "El coche Carmelo"
Oleo de Javier Chávez Silva, Charrito

ESTAMPA: Huachafos y huachaferías

Por Jorge A. Chávez Silva, Charro
Dentro de la caracterología celendina, tenemos un tipo muy típico que aparece muy caracterizado. Es el huachafo, según el término de feliz eufonía descriptiva inventado por Jorge Miota, cuyos especimenes existen desde antiguo y en todas partes del mundo; es el símil del cursi de los españoles, el currutaco de los mejicanos o el garufa del Río de la Plata.


Nuestro huachafo presume de maneras pulidas, en el gesto y en el hablar. Recuerdo a un pariente que era sastre y vivía en las afueras de la ciudad, al que mi padre llamaba “El diccionario de Shiutute”. Era cojo y se apoyaba en un fino bastón de lloque. Cuando le preguntaban de donde venía, respondía:
-Vengo de un periplo por la “periferie” de la población.
La huachafería es un atributo humano corriente en la historia. Así como las herejías son comúnmente verdades enloquecidas, que han perdido la dimensión de las proporciones, los actos de huachafería son equilibrios desquiciados y se cae en ella cuando se adoptan modos extremos de lucimiento.
Huachafos históricos los hubo en todo tiempo. Lo fue Nerón con su trágica obsesión histriónica hasta los extremos de la piromanía criminal y espectacular. Huachafo, en cierta medida, Luis XIV y su corte, con su indumentaria pródiga en cintajos y bordados, chorreando encajes y luciendo afeites y abultadas pelucas, con lunares pintados en las mejillas como damiselas coquetas y los afectados “Beaux parleurs” que Moliere satirizó eficazmente en su teatro.
En nuestro Celendín el huachafo más insigne fue sin duda don Augusto G. Gil, con su filantropía real, pero histriónica. En el otro extremo estaba el Tagaga, con su socorrida corresponsalía de “El Comerció” y sus ínfulas de que tomaba unos “huisquies” en el Club Nacional con los Miró Quesada cada vez que se ausentaba del pueblo, y tantos otros que no mencionamos por no herir susceptibilidades.
Cuando nuestro huachafo es viajero, automáticamente se vuelve cosmopolita, con su carga de inadaptación al medio local y su decidida voluntad de que todos se enteren de ello. Cuando retorna al terruño, después de cierto tiempo de ausencia, todo le resulta extraño, mezquino, pequeño y hasta nuestro hablar se le antoja vulgar, entonces, lógicamente, copia el modo de hablar del lugar de donde viene.
César era un amigo del barrio de Colpacucho, inteligente y hábil, locuaz y afectado de maneras; tenía una noviecita en el barrio a la que visitaba discretamente por las tardes para desgranar la charla a que son afectos todos los enamorados. Viajó a Buenos Aires a estudiar medicina y regresó al cabo de tres años. Durante los cuales jamás escribió ni la más mísera letra a la gentil muchachita.
Ante tan prolongado silencio, ella, con mucho sentido práctico, había formalizado otro compromiso y ya estaba próxima al matrimonio.
César, regresó tarareando tangos, vestido como un faite porteño, cebando mate con bombilla de plata y hablando en el más pulido lunfardo del barrio de La Boca, me preguntó por ella y le respondí:
-Olvídate, se va a casar el otro mes.
-Que va, ché, si la ves, decíle que quiero verla.
Al caer la noche se encontró con ella y se entretuvo hablando como antaño. De pronto apareció por la esquina de la plaza el actual novio y yo presumí que habría un duelo de caballeros y me aprestaba a gozar del espectáculo. Ella, muy sonrojada no sabía como salir del atrenzo que se avecinaba a medida que su galán avanzaba hacia ellos.
No pude oír la discusión en que se enfrascaron, pero lo que sí pude percibir por la altura con que se dijo, fue a César, que pretendió zanjar el problema con una expresión muy típica del Río de la Plata:
-¡Ché, dejá que la piba decida...!

jueves, 1 de febrero de 2007

CELENDIN: El Aniversario

Por Manuel J. Villanueva
Trujillo
El 2 de Diciembre 1802, el Obispo de Trujillo y gran naturalista Baltasar Martínez de Compañón y Bujanda, fundó Celendín en una hermosa planicie cajamarquina. Esta bondad topográfica hace que esta ciudad sea muy plana, como un tablero de ajedrez. Celendín pose un clima muy saludable y uno de los cielos más bellos del país. Esta provincia, tiene además una serie de recursos naturales y arqueológicos, que pueden ser atractivos turísticos, para muchos visitantes extranjeros y nacionales. Por ejemplo hay una impresionante caída de agua de más de 140 metros, denominada Catarata de Cornelio, que es una de las más altas del país, restos arqueológicos de la cultura Oxamarca y aguas termales en el valle de Llanguat, cuyo atractivo adicional es que están situadas en un valle caluroso y feraz. Los pobladores de esta provincia cajamarquina, gozan de fama internacional, por ser buenos comerciantes, aventureros, trabajadores y por la singular belleza de sus mujeres. Por eso son considerados como los “judíos peruanos”. Trujillo no podía ser la excepción y en esta hospitalaria ciudad moran una considerable colonia celendina que juntos con todos los demás pobladores, alientan el crecimiento y desarrollo de la Capital de la Primavera. Sin embargo lo más saltante de Celendín sus muchos de sus hijos y descendientes, que han contribuido con sus conocimientos, esfuerzo y ejemplo a engrandecer el acervo cultural, tecnológico, económico, comercial y humanístico tanto de la región la Libertad, del País y del mundo. Citaremos algunos de estos personajes: Por ejemplo en la medicina, destacan el Doctor Pedro Ortiz Cabanillas, eminente neurólogo, reconocido internacionalmente, con una gran producción innovadora en su especialidad y que fue Decano Nacional del Colegio Medico. Otro medico famoso es el Doctor Horacio Cachay Díaz, primer director del Hospital del Niño de Lima y maestro de la medicina. En el ámbito militar destacan el Coronal Juan Basilio Cortesana, prócer de la Independencia del Perú y gran historiador. El General José del Carmen Marín, estratega de la Batalla de Zarumilla y fundador del CAEM del Perú, el General Dionisio Merino Collantes, uno de los mejores especialistas del arma de artillería del Ejercito Peruano. En la rama de la Ingeniería, destacan los Ingenieros Rosendo Chávez Díaz, celebre por sus estudios hidráulicos de casi todos los proyectos de irrigación del país, incluidos Chavimochic, el Ingeniero Javier Díaz Chávez, pionero e innovador en el desarrollo y explotación de minas a tajo abierto, el Ingeniero Horacio Díaz Chávez, que creo la tecnología, para el aprovechamiento industrial del bagazo de la caña de azúcar el Ingeniero Felipe Villanueva, Ph.D, especialista en circuitos electrónicos que ha trabajado en la NASA, el Ingeniero Fidel Francisco Torres, alto ejecutivo en el ámbito global de una Corporación Internacional, la Ingeniero Rosario Bazán de Aranguiri, exitosa empresaria y gerente general de una de las mas grandes empresas exportadoras de la región La Libertad, y el físico Dr. Enrique Solano, investigador en electrónica quántica, en el Instituto Max Planck de Alemania. En la rama comercial han destacado Don Augusto G. Gil y Felipe Villanueva, quienes vincularon comercialmente a Celendín con el mundo y con todo el país, en las primeras décadas del siglo XX. En el ramo de la Educación destacan los profesores Prospero Díaz, Zulema Cachay, Marcelino Díaz Zamora, Baldomero Villanueva, Pedro Ortiz Montoya, Telmo Horna Díaz, Marcial Castañeda, Odilia Villanueva de Tirado y José Bazán Silva. En el mundo de la literatura, citaremos a Jorge Díaz Herrera, Alfredo Pita, Alfonso Peláez Bazán, David Sánchez Infante, Julio Garrido Malaver y Julio Villanueva Chang, creador de la mundialmente famosa revista Etiqueta Negra. Creemos que conocer la trayectoria de los hijos y los descendientes del pueblo de Celendin, es una forma de afianzar nuestra identidad y motivarnos a seguir su ejemplo especialmente a los celendinos y a los amigos que viven en Trujillo y así conformar un mejor país.

(Tomado del diario Correo - Trujillo)

HISTORIA: Juan Basilio Cortegana, semblanza y documentos

UN HIJO ILUSTRE DE CELENDÍN: JUAN BASILIO CORTEGANA Y VERGARA     Por Nazario Chávez Aliaga El día 12 de noviembre de 1877, en su domicilio ...