viernes, 22 de junio de 2007

CANTACLARO: Prensa basura, última mención


"Shilikos" inquisidores


Por Constante Vigil
Celendín
A raíz de un artículo que dirigiera al amigo Aliaga, director de "Karuacushma", alertando a los coprovincianos sobre la reciente aparición de una cierta prensa "basura", o "amarilla", en Celendín, y que tuvo la gentileza de publicarlo, los señores de “Shilikos” han reaccionado como lo hacen las víboras cuando por casualidad se las pisa la cola: tratando furiosamente de mordernos para inocularnos su ponzoña antes de emprender la retirada hacia su cubil.

"¡Así que querías opinar libremente...!"

Por respeto a la opinión, y no por ellos, voy a responderles. Luego me iré a darles de comer a mis cuyes, que son más importantes que estos folklóricos. Dicen que hablo “sandeces e idioteces” y argumentan que ellos no son periodistas, ni son “prensa”. Claro que no, pero desde que la tecnología puso a nuestro alcance nuevos medios de comunicación, muchos, ejerciendo nuestro legítimo derecho de libre opinión, nos hemos convertido un poco en periodistas. El problema es cómo lo ejercemos. Unos, es mi caso y el de los amigos de CPM, lo ejercemos sin abusar de este derecho sagrado. Otros, como los anónimos redactores del pasquín que nos ocupa, lo hacen para insultar, denigrar, ofender, todo a escondidas...
Hace meses dirigí una denuncia a CPM sobre los abusos del notario Solano Oyarce, porque me sublevaba ver a diario que en el sector donde vivo, en El Paraíso, Chacapampa, este señor, amparándose en triquiñuelas legales, hacía su real gana a vista y paciencia de las autoridades, que no hacían nada para remediar su flagrante violación de la ley. Lo hice en forma clara y documentada, sin insultos, movido sólo por la obligación que sentía de denunciar la corrupción y alinearme con los intereses de Celendín. Dicho sea de paso, agradezco desde aquí a la Asociación CPM por haberme considerado desde entonces como uno de sus redactores.
Entonces se podría decir que concuerdo con la redacción de "Shilikos" en el sentido de que a la corrupción hay que denunciarla, venga de donde venga, sin caer en amiguismos ni compadrerías. El problema es, lo repito, la forma, el estilo. Unos actuamos abiertamente y con argumentos, otros optan por la calumnia, el rumor, el insulto a las mujeres, la destrucción de la honra ajena. Mejor dicho, usan y abusan de los excesos de la prensa "amarilla", de la prensa "basura" que creó el fujimontesinismo. Es lo que nos diferencia. Nosotros pensamos que no se necesita caer en extremos para denunciar lo malo. Los conceptos en nuestro idioma tienen sustancia propia. No necesitamos agregar adjetivos para dramatizar una situación. La corrupción y el robo, son solamente eso y no necesitamos aderezarlos para hacerlos más contundentes. En otras palabras, para nosotros, para mí en todo caso, la corrupción es caca, sin más adornos. Se puede hablar de ella, hay que denunciarla, no hay que valerse de ella, usarla para lanzarla contra las personas, para hundir en ella ciertas honras. A no ser que tengamos otros intereses. En este sentido nos interesa el caso del pasquín "Shilikos".
En mi condición de maestro rural, he visto que algunos colegas que laboran en la ciudad nos llaman despectivamente “maestro de rangra” y, los más ilustres, “profesor rupestre”. Que sea así si quieren, pero esto no quiere decir que no estemos informados (ahora que tenemos acceso a los medios modernos de comunicación) o que no estemos atentos a cuanto acontece en nuestra ciudad. Felizmente ahora se han acortado las distancias y ya no corremos peligro de que nos absorba el medio rural, como antaño. El otro día, conversando sobre “Shilikos” con otro colega, nos preguntábamos quién podía estar detrás de la redacción del pasquín, difundido por medio del correo Hotmail de Pedro Huamán Aliaga. Teniendo en cuenta el origen de los envíos y sus características de "estilo", llegamos a una conclusión digna de Sherlock Holmes: el autor no es otro, por más que lo niegue, que el mismo Pedro Huamán Aliaga, alias Pedro el tosco, alias Pedro el malo, y ¿por qué no?, alias José Alberto Navarrete Acho, el hampón que ataca a las mujeres y esconde la mano. Que sepamos, Pedro el burro, no ha desmentido oficialmente nada, ni ha denunciado el hecho ante las autoridades, para que su nombre no siga figurando como remitente del "noticiario" en cuestión. Quien calla otorga...
¿Cuáles serían las motivaciones de Pedro el chambón? Hemos observado que en la última publicación de APAC, su nombre ha sido reemplazado en el directorio por otro personaje no menos siniestro, el profesor Eder Díaz Acuña, quien, de modo inopinado, salta de nuevo a la palestra, rastreramente. Este señor siempre trató de pasar desapercibido y ahora..., pero no es el tema que nos ocupa, ya publicaremos noticias sobre él. El hecho es que para nadie en Celendín es un secreto la expectoración de Pedro el tosco, de APAC, el grupo de "facilitadores" (por no decir otra cosa) de la minera. Eso parece haber despertado sus afanes revanchistas y, sin tener una posición clara sobre Minas Conga y APAC, por ejemplo, ahora arremete irracionalmente contra cualquier hijo de vecino. Quiere espacio, quiere existir, de cualquier modo, así sea cubriendo de estiércol a quien sea. Lo hecho por "Jose Alberto Navarrete Acho", que creemos, repetimos, no es otro que Pedro el burro, no tiene nombre. Publicar un libelo así, siempre por Hotmail, arrastrando la honra de una dama, publicando su fotografía, ofreciéndola como una prostituta, es algo tan infame y tan cobarde que no creemos que un celendino bien nacido haya hecho eso.
Que los jóvenes que están cerca de "Shilikos" (si es que hay jóvenes y no se trata sólo de Pedro el zonzo, haciéndolo todo) reflexionen. Entendemos que por razones de seguridad tengamos que valernos de seudónimos, sobre todo si criticamos a los grandazos, como Yanacocha, que no vacilan en matar, pero ello no significa tener patente de corso para tratar a la honra ajena como a una shipuna, ni a estar usando métodos inquisitoriales, terroristas, como eso de quemar en efigie, en una pira, a las personas, como se hacía en los tiempos de la colonia y del nefasto Santo Oficio.
Por último, tampoco se trata de “acecinar” (hacer cecinas) al idioma como lo hacen los ñaños de “Shilikos”, que “disque”, ¿o quieren decir dizque?, no son prensa. ¿Qué maestros les habrán enseñando ese su peregrino castellano? Si yo fuera uno de ellos los pondría a copiar diez veces los artículos que sobre los "analfabetos funcionales" ha publicado, en CPM II, el maestro Ulises Marañón.
Con esto quiero dejar zanjada mi posición respecto a la prensa "amarilla", a la prensa "basura", que parece querer brotar en Celendín. En adelante no me referiré más a la redacción de ese supuesto "noticiario" y más bien invoco a su(s) animador(es) a la cordura y a sumar esfuerzos en pro de la integridad celendina. Tenemos mucho que hacer, mucho que defender.

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