sábado, 23 de junio de 2007

PERSONAJES: Mario A. Chávez Gil

Por Jorge A. Chávez Silva, “Charro”.
Hace poco he escuchado en la radio y la televisión que Casma ha sido designada como la capital del apodo. Evidentemente los organizadores de tal concurso no conocen Celendín, de hacerlo tendrían otro concepto de lo que verdaderamente es un apodo. Pero ahora no se trata de reivindicar nada, sino en poner de relieve que las chapas que más se nos pegan, a veces nos las ponemos nosotros mismos. Eso sucedió con nuestro amigo Mario.

"¡Yo soy marrón, señorita!"

Eran los tiempos de nuestra dorada infancia y asistíamos por primera vez a la Transición en la Escuela Nº 81, bajo la tutoría de la recordada maestra Rosa García de Bazán. Aquella soleada mañana nos hacía formar en la cercana plazuela de la Alameda en tres columnas y nos indicaba:
-Los de la izquierda son los rojos, los del centro son los azules y los de la derecha blancos.
Mario, que recientemente había llegado de la capital y estaba esa mañana pulcramente vestido de marrón, levantó la mano para protestar con claro acento limeño:
-¡Yo soy marrón, señorita!
Desde ese día todos lo conocimos como "Marrón" y ese colorido apodo lo acompaña durante toda su existencia, así lo conocieron durante la secundaria en el Colegio Nacional “Javier Prado”, en donde destacó como un muchacho de alocada travesura, pero siempre con el corazón en la mano para ayudar a los demás. Cómo olvidar aquella tarde en que íbamos a bañarnos en la poza de “Las tres sillas”, en el río Grande, una de las más profundas de nuestra niñez. Todos corríamos, mientras nos despojábamos de nuestras ropas, al grito de:
-¡ A ver quien rompe el queso!
Mario, larguirucho como era, llegó primero, y sin preguntar quién vive se lanzó en vistosa zambullida y, cuando nos disponíamos a hacer lo mismo, emergió con la cabeza sangrante, agarrándose la frente y advirtiéndonos:
-¡No se tiren, hermanitos, hay un tronco sumergido!
Al terminar la secundaria, Mario estudió Medicina en la Universidad de Trujillo, graduándose en 1974 en la especialidad de Urología, ejerciendo luego su profesión en el Hospital Militar de Lima y, posteriormente, en el Hospital del Seguro Social en la ciudad de Trujillo, donde muchos paisanos atestiguan agradecidos su trato preferencial y desinteresado. Médico de honda emoción social, ha promovido muchas acciones de ayuda para los que menos tienen en nuestra provincia, sobre todo en lo que al aspecto de salud se refiere.
Aparte de su quehacer médico, Mario ha sido tocado por el don artístico de la música: nadie como él para amenizar una noche inolvidable con el suave bordonear de su guitarra y la manera personalísima como dice y canta sus versos.
Apasionado de la investigación científica, Mario ha obtenido dos veces el Premio Nacional de Medicina Kaelin, en 2000 y en 2002. Actualmente se desempeña como catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Trujillo y por su labor social fue premiado con la Medalla de Oro de nuestra ciudad, con ocasión de celebrarse el Bicentenario de Celendín. Como si con sus obligaciones profesionales no le bastaran, es el actual presidente de la ACRET (Asociación de Celendinos Residentes en Trujillo), desde donde desarrolla proficua labor en beneficio de la provincia.

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