jueves, 17 de junio de 2010

OPINION: El criminal más sanguinario del mundo

Por Crispín Piritaño
A raíz de la aparición de un grupo de confundidos jovenzuelos manifestando en la Universidad de San Marcos a favor de una amnistía para los condenados por terrorismo, se ha desatado una especie de cacería de brujas, y la aparición, como ya es costumbre, de altos funcionarios de este gobierno, de altos personajes que satanizan cualquier asunto que consideren pone en peligro su democracia, la que les permite navegar en el lujo que regala la corrupción y la impunidad.
Esto ya sucedió en el caso del presunto asesino en serie holandés, que motivo la aparición ante cámaras del propio ministro del interior Gustavo Salazar y de los más altos jefes policiales y militares, quienes un poco más y hacen de un vulgar asesinato un asunto de Estado. Similar tratamiento se viene dando al caso de los manifestantes despistados que piden la amnistía de Abimael Guzmán y otros líderes senderistas encarcelados.

Como en la Roma antigua, el emperador manipula a las masas.

Nosotros creemos que el asunto de la cacareada manifestación, que es de una relativa gravedad, es de absoluta competencia del Rector de la Universidad, Luis Izquierdo, quién en uso de sus facultades y dentro de lo que permite la autonomía universitaria, debe actuar y hacer lo necesario. Para nosotros, que alguna vez hemos pisado los claustros universitarios, el asunto de la intervención de los estudiantes en asuntos cívicos es algo normal y necesario, no sólo una especie de comezón que les da oportunidad a los jóvenes de ingresar en la escena política pretendiendo cambiar el mundo. Siempre ha sido así, desde que la universidad tomo ese nombre que deriva precisamente de universo. Por esa especie de transición iniciática han cruzado el paso de la adolescencia a la madurez la mayor parte de los políticos de hoy y no sólo en el Perú. El mismo Haya de la Torre hizo de la universidad un ágora, donde expuso los lineamientos de su doctrina, que entonces se oponía diametralmente a la política impuesta por Leguía. Y lo mismo hizo el presidente Alan García.
En principio estamos contra cualquier forma de terrorismo, venga de donde viniere, y lo hemos manifestado más de una vez, pero relevar, hinchar un asunto casi folklórico, para propiciar la toma de las universidades por parte del Estado, tal como lo ha manifestado el ínclito Crazy Horse, es demente, por decir lo menos. El mandatario ha dicho que no necesitará de ningún permiso para intervenir la universidad si el caso lo requiere, propiciando ex profeso una cacería de brujas en la que caerá cualquier estudiante que se oponga a la democracia sui genéris que él y Fujimori han montado, un sistema de corte entreguista de nuestros recursos a las empresas transnacionales que reditua bien, no al país sino a los entreguistas.
Es ingenuo pensar que, en la democracia del gordo presidente con que Dios nos ha castigado, todos los peruanos nos estamos bañando en esa especie de thimolina que es el progreso y riqueza que él tanto pregona. Las manifestaciones de los peregrinos estudiantes demuestran que en el paraíso de García existen desarrapados –la mayoría de los peruanos- que vivimos con sueldos miserables, como los jubilados, los miles de maestros que no nos hemos sometido a los chantajes de la evaluación censal y los que no tienen un trabajo seguro o viven en el subempleo y encima deben enviar a sus hijos a la universidad estatal.
La desigualdad económica y social es el caldo de cultivo de brotes como el que se ha manifestado en la universidad de San Marcos. En el Perú de hoy existen senderólogos, emerretólogos y toda suerte de charlatanes que proclaman la derrota ideológica y militar de Sendero Luminoso y del MRTA, pensando que el asunto es de carácter policial o represivo, cuando el problema es netamente socioeconómico y de vida de todos los días. Mientras persista la desigualdad, la corrupción generalizada en las altas esferas del gobierno, y el pacto infame de las élites con el gobierno más corrupto de la historia: el fujimontesinismo, como ocurre ahora en el seno del APRA, siempre surgirán aspirantes a Quijotes que pretendan cambiar este ominoso estado de cosas. Esto inclusive dejándose tentar por cantos de sirena siniestros como los de Abismael Guzmán. Esto lo sabemos los peruanos hasta la saciedad.
En cuanto a la expresión del gordo Crazy acerca del “criminal más sanguinario del mundo”, nos preguntamos si la habrá dicho mirándose al espejo...

(La caricatura es de "Carlín")

¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Crispin, parece o es ultra izquierda, tendiente a dar la razón a los estudiantes de San Marcos, no paisanito si eres de Celendín, tus posiciones para ti nomas, Celendín es muy tranquilo, creo para apoyarte, ni creo conviene, estamos hartos de los terroristas o es que te gusta vivir en medio de bombas; sea cualquiera los comentarios negativos o positivos no estamos para vivir lo de antes; así que no eches leña al fuego, estamos tranquilos en vivir en paz.

Anónimo dijo...

Creo que la confusión es el mal entendimiento que existe entre "autonomia universitaria e inviolabilidad de los claustros universitarios". Si por el segundo aspecto -inviolabilidad- se entiende que se puede hacer en la universidad lo que no esta permitido por la ley y que ponga en peligro la integridad y seguridad de la ciudadanìa, entonces caemos en el error de que no existe la ley para todos los que viven y forman parte de la comunidad universitaria, como si fuese extraterritorial dicho espacio... y ello no es así. La ley impera en todo el territorio nacional y las autoridades tienen la obligación de aplicarla.

Anónimo dijo...

ooorrriiiiible toda la pagina aburridisama encima un asco las imagenes

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