miércoles, 9 de septiembre de 2020

JUSTICIA: La larga lucha de Cajamarca

Publicamos a continuación uno de los primeros documentos que CPM publicó, en 2008, al lanzar su primer blog (cuyos materiales comenzamos a transcribir al presente para archivarlos mejor). El testimonio del ingeniero Seifert ilustra bien las artimañas de la minera en los años 90 y a comienzos de los 2000, momento en que comienza a articularse el movimiento de resistencia que ha impedido que el pulpo extienda sus tentáculos al norte del departamento.

INVESTIGACIÓN

UN CASO "EJEMPLAR" DE CORRUPCIÓN EN CAJAMARCA


Escribe Reinhard Seifert


(En el contexto creado por Minera Yanacocha -propiedad de Newmont Mining Corporation, Denver, Colorado, EEUU- en Cajamarca, Perú)

El Inicio

El día 26 de Marzo de 1999, quien suscribe, ingeniero Reinhard Seifert, por entonces presidente del Patronato Cultural de Cajamarca, denunció por primera vez públicamente la contaminación del agua potable de la zona. Fue durante una sesión del Concejo Municipal Provincial, en presencia del alcalde provincial Jorge Hoyos Rubio y otras autoridades edilicias y políticas, y en un acto que contó con la asistencia de muchos conciudadanos.
En la sala se observó caras de desconcierto y desaliento. Algunas personas no sabían como reaccionar ante el destape. De otros, se apoderó la desazón.
La denuncia, sin embargo, motivó la acción judicial de la abogada Esperanza León Deza de Malca, en ese momento Fiscal Superior de Cajamarca, encargada de la gestión, quien de oficio lanzó una investigación fiscal del caso.
De inmediato no pasó nada, pero dos meses después, la empresa Minera Yanacocha,[i] en una sumilla fechada el 7 de mayo de 1999 y dirigida a la misma Fiscal Superior, manifestó su "extrañeza" (sic) de que el abogado Julio Cabrejo Delgado y la abogada María Fernández Sivory hubieran solicitado un permiso para poder ingresar al área de las operaciones mineras con el fin de tomar muestras de agua. El documento también menciona un artículo periodístico del suscrito, que ilustraba la contaminación de las aguas y que según los funcionarios de la empresa había motivado la investigación fiscal.[ii] De hecho, el tono y el tenor de la carta eran amenazantes (una copia de la misma fue enviada a Blanca Nélida Colán, ex fiscal de la Nación, hoy presa por actos de corrupción y persona de absoluta confianza de Vladimiro Montesinos) y claramente dejaban traslucir la intención de Yanacocha de influir o al menos presionar a las autoridades locales para que el resultado de la investigación no le fuese desfavorable.

La Presión

Para Yanacocha, una inteligente manera de promocionar fructíferas relaciones humanas son las "visitas guiadas" a la mina. Del 14 al 18 de Junio de 1999, miembros de la Fiscalía Suprema del Control Interno del Ministerio Público de Lima (entre ellos, su jefe, doctor Dante Augusto Oré Blas), visitaron las áreas de explotación en compañía de los fiscales de la ciudad.[iii] Así fue el enganche para uno de ellos, como veremos.
El 5 de Octubre de 1999, finalmente se instruyó la investigación sobre la contaminación de las aguas, quedando la tarea a cargo del abogado y Fiscal Julio Cabrejo Delgado.[iv]
Globalmente, se actuó demasiado rápido - técnicamente hablando -, en forma demasiado apresurada, como quien quiere zafarse de un bulto pesado, aún cuando se trataba de un asunto grave: de investigar seriamente en búsqueda de pruebas en relación a una probable contaminación de las aguas. En todo caso, lo menos que puede decirse es que se necesitaba más tiempo para profundizar la investigación. Un periodo prudencial se imponía para estudiar el largo proceso de lixiviación a tajo abierto (un proceso que utiliza ingentes cantidades de cianuro tóxico para extraer el oro y que, adicionalmente, usa mucha agua no reciclada, que simultáneamente reduce la cantidad del agua) y para poder establecer con exactitud científica que la mal llamada "tecnología limpia" en la práctica no existía. Todo esto pese a que en aquel tiempo ya se contaba con algunas pruebas al respecto. Me refiero a pruebas de contaminación sobre los límites máximos permisibles (LMP).
El día 14 de enero del 2000 la presión ejercida surtió su deseado efecto y el Fiscal ya mencionado archivó definitivamente el caso. El Fiscal apenas había tomado cinco muestras de agua, las que habían sido enviadas a Lima para ser "analizadas" en laboratorios de dudosa reputación (SGS, ECO y CARE). En resumen, y a la fecha actual, y según la historia vivida, sufrida y todavía no escrita en Cajamarca, hay muchas sombras sobre la veracidad de los resultados finales de esos análisis de las famosas muestras de agua, análisis "finiquitados" por laboratorios que en algunos casos estaban vinculados a las empresas mineras. La fracasada participación fiscalizadora de quien suscribe - como partícipe activo y crítico entre otros actores - desde 1999 hasta 2001, en la Comisión Técnica Científica del Análisis del Agua - Concejo Provincial de Cajamarca, así lo confirmó. Era difícil ponerse de acuerdo sobre cuáles valores y límites concordaban con las exigencias internacionales. Y era casi seguro que los resultados finales nunca arrojaban niveles por encima de estos límites, por lo que aquí cabría precisar que los metales pesados lamentablemente descansan por miles y miles de años en la naturaleza y que no son biodegradables ni desaparecen solos, y que son, sobre todo, por antonomasia, nocivos para la salud pública. Este hecho inherente al concepto de la contaminación entraba en abierta contradicción con las mineras que propalaron a los cuatro vientos que su tecnología no contaminaba o era inocua. Todavía en Cajamarca no se ha logrado que el concepto científico aceptado mundialmente, que se basa en la razón, parta de las pruebas instrumentales presentadas para que sean utilizadas y difundidas por los órganos competentes y para poder conseguir mayores inversiones en el cuidado intensivo del medio ambiente.

Los Favores

Con fecha 24 de Enero del 2000, Marcos Valdez Cadenillas de la empresa Minera Yanacocha, que en ese momento era responsable de la oficina de relaciones públicas, es el primero en recibir - hecho curioso - la notificación de la resolución fiscal. Este hombre no tenía porqué recibirla, dado que no se había especificado en la denuncia inicial al responsable de la contaminación de las aguas. Estaba claro que el Fiscal ya quería congraciarse con la minera y mantenerla informada. Recién en el año 2001 (en el mes de mayo o junio), gracias a la gestión y sutil presión de la Defensoría del Pueblo de Cajamarca, quien suscribe pudo recibir en definitiva, pero no de manera oficial, una copia de dicha resolución, que, hasta el día de hoy nunca le fue notificado oficialmente.[v] Paralelamente, la prensa rabona de Yanacocha se dedicó a celebrar con mucha algarabía la supuesta "No contaminación".
¿Por qué Yanacocha tenía que recibir inicialmente y de manera exclusiva la resolución fiscal final? Allí estaba el quid del asunto. Allí se tenía una clara respuesta a la cuestión de la red de influencia que la minera ya había tejido sigilosamente y a propósito en Cajamarca. Cuando se indagó con más profundidad sobre esta situación - a todas luces irregular - resultó que de pronto Sandy Cabrejo Villanueva, la hija del Fiscal, nada menos, apareció laborando tranquilamente en la misma oficina de Marcos Valdez Cadenillas, con el cargo de "asistente de imagen institucional".[vi]
Después, cuando se examinó y profundizó aún más en este hecho doloso, una fuente confidencial afirmó que el abogado y fiscal Julio Cabrejo Delgado había negociado el trabajo bien remunerado de su hija a cambio del archivamiento definitivo del caso de la contaminación de las aguas. A buen entendedor pocas palabras.
Cuando alguien, en particular si es una autoridad política, le pide algo, Yanacocha responde, o exige: "Yo te ayudo pero no me muerdas la mano". Lamentablemente, esta larga y accidentada historia de favores mutuos, esta cadena de tráfico de influencias, de falta de transparencia y de "relaciones amicales" entre la empresa transnacional Newmont Mining Corporation y el Poder Judicial de Cajamarca, no termina aquí, para mala suerte de nuestro pueblo. Hoy ya se sabe que algunos favores se cobran a posteriori y se cancelan entre "caballeros", al mejor estilo Montesinos.
Después de varios años de haber permanecido aparentemente silencioso, para algunos, Julio Cabrejo Delgado salió finalmente de su bien pensada discreción y anonimato para cobrar esos favores, que hasta la fecha estaban escondidos para el gruso del público. Lo hizo en el Banco Wiese de Cajamarca, y, por supuesto, como lo veremos más adelante, con un cheque de gerencia muy bien camuflado. Este es un caso tan clamoroso que debería ser materia de un juicio penal
Recordemos el caso de la contaminación en Choropampa (actualmente en su fase final). En EEUU, una vez denunciada y probada la contaminación de las aguas, el caso podría costar a la Newmont Mining Corporation millones y millones de dólares en compensaciones. En esta lógica, a la transnacional, la compra de una frágil conciencia cajamarquina le resultaba mucho más barata.

El Negocio

Con fecha 15 de Marzo del 2004 en la notaria pública del doctor Julio Cabanillas Becerra en la ciudad de Cajamarca, se asentaba una escritura pública (páginas 6168 - 71) de compra - venta de un terreno rústico, que otorgaban Artidoro Bustamante Guevara, identificado con DNI No. 18098278, casado, ingeniero industrial; su esposa, María Nelly Cabrejo Delgado de Bustamante, con DNI No. 18098254, casada, asistente social; Julio César Cabrejo Delgado, identificado con DNI No. 17400040, casado, abogado; y su esposa, Rosa María Villanueva de Cabrejo, identificada con DNI No. 17400041, casada, de ocupación quehaceres de su casa, y con domicilio común en el Jirón Los Cedros 160, Urb. Santa Rosa - Cajamarca, en calidad de vendedores. Por la otra parte, en calidad de comprador, suscribía también el documento el señor Brant Elmer Hinze, gerente general de la Empresa Minera Yanacocha, de nacionalidad estadounidense, casado, con pasaporte No. 701195512 y con domicilio en el Jirón Amazonas No. 725, Cajamarca, en representación de la citada empresa.
Según consta en esta acta notarial, los vendedores percibieron dos cheques de gerencia por la suma total de $ 637.650 (seiscientos treinta y siete mil seiscientos cincuenta dólares americanos) por la venta de la parcela No. 21127, predio Los Negritos, ubicado en el caserío Las Lagunas - San Cirilo, en el distrito de La Encañada, Provincia de Cajamarca. Esta parcela estaba inscrita en la ficha 1623 del registro de la propiedad inmueble de los registros públicos de Cajamarca.[vii]
Obviamente, una pregunta crucial salta a la vista de cualquiera. ¿Cómo fue posible que un ex Fiscal, en 2004, mal pagado como todos, con poca capacidad de ahorro, pudiera adquirir un terreno rústico? ¿Cómo lo había conseguido? Una primera respuesta podría haber sido que lo heredó o que algún potentado se le regaló. Lamentablemente para él no fue así. La turbia historia que se narra a continuación, comprobada de manera fehaciente, torna aún más negro este relato.
El 8 de Marzo de 1999, el campesino Óscar Vásquez Benavides vendió a Julio Cabrejo Delgado (quien todavía se encontraba en plena actividad "judicial") su fundo, con una extensión total de 354.25 hectáreas, por el precio irrisorio de S/. 65.000 (sesentaicinco mil nuevos soles), o sea, aproximadamente, por un equivalente, en dólares, de $ 52/ha.[viii] ¿Cuál fue la necesidad del campesino de venderle a ese precio su fundo? Misterio.
Yanacocha, en 1999, había penetrado ya bien en Cajamarca - sobre todo en las zonas aledañas a sus operaciones - y era ya conocida como una empresa minera de alta rentabilidad económica, merced a la venta siempre pujante de los millones de onzas de oro que sacaba de las montañas. Vale agregar que al inicio de las explotaciones, en 1992, se pagaba precios sumamente bajos por las tierras y que estas muchas veces eran expropiadas a los campesinos mal informados y engañados. Es entonces absolutamente increíble, nada plausible, que, en 1999, una persona en sus cabales, dueña de su entendimiento y de sus decisiones, no tuviera acceso a una información más exacta sobre los precios reales de la tierra, sobre el valor de una hectárea en esa futura zona de expansión minera.
Dicho de otro modo: ¿Por qué Óscar Vásquez Benavides no le vendió directamente sus parcelas a la mina? ¿Qué factor determinante impidió tal decisión? ¿Qué relaciones familiares u otras, si este hubiera sido el caso, habrían atado en forma ineludible a los dos protagonistas? ¿Era convincente que un campesino pobre y siempre necesitado, y sólo por ser "buena gente", vendiera su chacra a un Fiscal provisional? Era algo incomprensible. Históricamente, en el Perú. la relación campesino - Poder Judicial es tirante, para no decir conflictiva, dado que, y esto cruza toda la historia republicana, los hombres del campo muchas veces fueron víctimas de la rampante corrupción judicial. Por ello, algo nada claro tenía que haber pasado para que tan fácilmente un campesino reacio vendiera su tierra. ¿Cuál fue, entonces, la razón de fondo?
Desde luego, hubiera sido raro confirmar que el acuerdo surgió de una decisión civilizada y desinteresada. En algún momento, en 1998, Óscar Vásquez Benavides fue denunciado ante el Ministerio Público de Cajamarca por la violación sexual de una menor de edad. A cargo de la investigación estuvo justamente Julio Cabrejo Delgado.[ix] Éste, al enterarse de que el denunciado tenía una cierta fortuna en tierras (es probable ello sucediera durante la investigación fiscal), de que poseía terrenos que iban a ser aún más valiosos en la medida que estaban en la futura zona de expansión de la minera, tramó un ardid. Al parecer, Julio Cabrejo Delgado lo chantajeó y "hábilmente" logró que a cambio del archivamiento definitivo del caso, Óscar Vásquez Benavides accediera tristemente a la venta de su predio rústico.[x]
En la siguiente etapa, está claro, es de suponer que un funcionario público en actividad y con una transacción ilegal en las manos, no quisiera levantar muchas olas. Vista de cualquier modo, la acción que había cometido lindaba con el delito de inconducta funcional.
La exigencia de una discreción absoluta y, a la vez, la necesidad de pensar seriamente, más adelante, en una venta a Yanacocha, permitió el surgimiento de un nuevo personaje: Guillermo Arenaza Morales. Con él, Julio Cabrejo Delgado celebró unos contratos iniciales para la venta de dicho predio. Pero frente al escenario de los suculentos negocios que se perfilaban ante el profesional angurriento pronto estuvo claro que se necesitaba un nuevo contrato, condicionado, que le permitiera cumplir sus planes. Así es como se firma y se celebra un último Poder Especial[xi], irrevocable, que otorgaba potestad a Guillermo Arenaza Morales para que, exactamente hasta el día 5 de marzo de 2004, realizara la venta, a favor de la mina,[xii] del terreno fraudulentamente adquirido. Se sospecha que Julio Cabrejo Delgado, con este último poder otorgado, simplemente quería deshacerse de Guillermo Arenaza Morales como socio, y sin pagarle los beneficios acordados.

La Traición

Diversas son las actitudes y reacciones que provoca la codicia del dinero fácil y en abundancia. La perspectiva de gran cantidad de plata amasada en base a la especulación o el fraude deja - a veces - mal parados a ciertos personajes, incluso si previamente han entablado una relación de confianza.
Como ya se mencionó, la venta se consumó el día 15 de Marzo y, limpiamente, sin ninguna participación directa de Guillermo Arenaza Morales. ¿Qué había pasado? Rota la amistad y rota la relación personal interesada, Julio Cabrejo Delgado, abruptamente pasó a acusar de necio e incapaz a su ex socio, casualmente en la misma fecha del vencimiento del Poder notarial.[xiii]
El ex comisionado se sintió traicionado por Julio Cabrejo Delgado y con fecha 20 de mayo de 2004 le interpuso una denuncia penal por los delitos de corrupción de funcionarios, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad, colusión, concusión y aprovechamiento indebido de su cargo, cohecho propio, negociación incompatible con el cargo, apropiación ilícita, estafa, contra la fe pública y posible lavado de dinero.[xiv] Como es sabido, en la actualidad este caso penal se está ventilando en la Corte Superior de Justicia de Cajamarca. En este proceso Guillermo Arenaza Morales alega que debido al contrato y el poder que le unía a su ex socio, le habría correspondido la suma de $ 283.400 (doscientos ochenta y tres mil cuatrocientos dólares americanos) y no los $ 40.500 (cuarenta mil quinientos dólares americanos) que - según consta en los documentos - le pagaron por su trabajo de apoderado. En este convenio se había establecido que lo máximo que podía recibir Julio Cabrejo Delgado sería del orden de $ 1.000/ha (mil dólares americanos/hectárea) y que cualquier precio superior pactado y vendido a la empresa minera se entregaría al intermediario. Desde luego y, como figura en el documento oficial, en la venta total del terreno se alcanzó un valor de $ 1.800/ha (mil ochocientos dólares americanos/hectárea).
Volviendo a la mayor víctima de este caso, esta suma es 3.461 % superior al precio inicial pagado por el ex fiscal al campesino propietario, un aumento verdaderamente astronómico en apenas cinco años.

La Conclusión

Julio Cabrejo Delgado, con esta transacción comercial fabulosa - no cabe la menor duda -, ha hecho el negocio de su vida. Es difícil agenciarse una fortuna así en tan poco tiempo y con un trabajo profesional serio y honesto. Esta es una muestra más de la "vocación patrimonialista"[xv] que está estampando con su sello indeleble casi todas las instituciones públicas de Cajamarca, principalmente aquellas que tienen que ver con la toma de decisiones que podrían afectar a los intereses mineros. Como ya se ha dicho, algunos son virtuosos en marcar caminos empedrándolos sin fin de malas actitudes. Otros están de rodillas sin rubor y sin dignidad. En todo caso, bien se puede hablar de que en Cajamarca hay una desbordante energía criminal que es sumamente perjudicial para la enclenque institucionalidad democrática y que los gérmenes de la podredumbre y la destrucción brotan por doquier. Y todo esto en un contexto creado por la empresa Minera Yanacocha y con su aceptación tácita. El caso del ex Fiscal Julio Cabrejo Delgado puede ser visto, muy de veras, como emblemático, como un "buen" ejemplo de la dominación atmosférica y global que pretende ejercer la minera para defender sus intereses económicos y salir siempre absolutamente impune, en particular en la esfera jurídica de Cajamarca.
Hoy en día, el personaje pérfido que protagoniza esta historia se desempeña "gloriosamente" en el Gobierno Regional aprista que preside Felipe Pita, en el cargo de asesor de la procuraduría y en el de asesor jurídico (sic) de los 13 consejeros regionales que exhibe el departamento de Cajamarca. Así, vanamente se busca una justicia "ejemplar" en el país.

Comentario Final

Para mayores detalles sobre el mal accionar de la Newmont Mining Corporation en Cajamarca ver el artículo de Reinhard Seifert, publicado en la prestigiosa revista limeña Que Hacer No. 155, Julio/Agosto 2005 y titulado: Yanacocha y los conflictos sociales en Cajamarca. También puede consultar el libro Yanacocha ¿el sueño dorado?, de Reinhard Seifert, 2003, 206 p., Tomo I.
En octubre del 2005, en el diario norteamericano New York Times fueron divulgados varios artículos sobre Yanacocha. Paralelamente a estos reportajes existe un documental fílmico, ya exhibido en las salas de cine y en la TV norteamericana, de aproximadamente 30 minutos de duración: La maldición del oro Inca, producido por la estación televisiva FRONTLINE - EEUU y donde aparece como testigo presencial Larry Kurlander, el ex No. 3 de Newmont Mining Corporation, quien además de mencionar una auditoría interna aplicada en abril de 2001 a las operaciones mineras de Newmont en Yanacocha, denuncia - entre otras cosas - la falta del cumplimiento de los estándares internacionales en el cuidado responsable del medio ambiente.
Muy pronto se publicará el documento: Contaminación de las aguas y otros casos provocados por la transnacional Newmont Mining Corporation (Yanacocha) en Cajamarca, Perú, de 1994 hasta la fecha.

Cajamarca, 20 de Noviembre del 2006

Autor: Ing. Reinhard Seifert
Presidente del Frente Único en Defensa de la Vida, del Medio Ambiente y de los Intereses de Cajamarca

C. E. 278095

Jirón del Comercio 464 - Cajamarca - Perú
Correo electrónico: reinhardseifert@gmx.net
Teléfono: 076 - 342403


[i] Firmada por Carlos Santa Cruz, Gerente General y Peter Orams Cassinelli, Superintendente del Medio Ambiente
[ii] Carta Minera Yanacocha, 7 de Mayo de 1999
[iii] Yanacocha ¿el sueño dorado? Reinhard Seifert, 2003, p.136
[iv] Oficio No 448 - 99 - MP - 1FPP - , 5 de Octubre de 1999
[v] Resolución Fiscal No.003 - 2000,14 de Enero del 2000, Julio Cabrejo Delgado
[vi] Carta Minera Yanacocha, 3 de Octubre 2002
[vii] Escritura Pública 15 de Marzo 2004, Notaría Pública Julio Cabanillas Becerra - Cajamarca
[viii] Ficha Registral 1623 SUNARP - 16/03/04 - Copia Literal
[ix] Denuncia Penal, Fuente : Un abogado de Cajamarca y Guillermo Arenaza Morales con
DNI No.09542922, Av. La Paz No. 333 - Cajamarca
[x] Archivamiento Causa Penal Resolución Fiscal, Julio Cabrejo Delgado
[xi] Anteriormente habían venido renovándole el poder en forma sucesiva
[xii] Primer Testimonio Escritura Pública, Notaria Miguel Ledesma Hinostroza, 4 de Febrero del 2004
[xiii] Carta Notarial 5 de Marzo del 2004, JCD
[xiv] Denuncia Penal Ministerio Público, 20 de Mayo del 2004
[xv] Término acuñado en "Los primeros cien días de García", Sinesio López, Nov. 2006, p.6


lunes, 18 de mayo de 2020

LITERATURA: Poetas celendinos fundadores


Publicamos un muy ilustrativo artículo del profesor Jorge Horna sobre la poesía celendina en el siglo XIX. Inicialmente fue publicado en el blog Chungo y Batán. (CPM)


LUCEROS MADRUGADORES DE MAYO
 
 
Por Jorge Horna

Cobijados bajo el sugestivo cielo de nuestra tierra, en el siglo XIX nacieron don Pedro Ortiz Montoya, don Pedro García Escalante “El Búho”, don Nazario Chávez Aliaga y don David Sánchez Infante, quienes se dieron a la tarea de escribir, de versificar los torrentes de imaginación e ideas para traducirlas en palabra embellecida.
Teniendo en cuenta la cronología de las fechas de nacimiento de estos poetas, aquí estos breves apuntes.

Pedro Ortiz Montoya (Celendìn, 1853) es el primer poeta shilico del que se tiene noticia; dedicado a la docencia en su tierra fue uno de los impulsores de la creación del colegio particular “Celendín”, que años después dio origen al colegio “Javier Prado” (hoy IE. “Coronel Cortegana”).
De su inspiración, un fragmento del poema "A Celendín".
El poeta Pedro Ortíz Montoya. Documento tomado del muro Facebook del doctor Julio César Muñoz Sánchez.


A CELENDÍN

Lirio gentil que floreces
en las hermosas praderas,
que extiende a sus riberas
el coloso Marañón.
¡Celendín!, patria amada,
precioso edén encantado,
por ti siempre enamorado
latir siento el corazón

Del inca en la tierra clásica
formas la mansión querida,
preciosa perla escondida
en la región andina;
y un porvenir luminoso
te sonríe, patria amada,
en la tierra afortunada
el Perù septentrional.

Pedro García Escalante
(Huacapampa, José Gálvez, 1886), solía usar el seudónimo “El Búho”. También fue docente y director de educación primaria en su lugar de origen. Dirigió publicaciones periódicas: “El Cometa”, “El Progreso” y otras.
Aquí dos estrofas de su poesìa:

PRELUDIO (Canto épico)

Yo, ante el recuerdo de tu patria historia
templar mi lira con fervor quisiera
si de la musa el cantar tuviera
el ritmo dulce que eterniza gloria.

Mi pobre musa con su ignota lira
apenas puede preludiar su canto,
y sólo la fuerza del deber levanto
mi voz escasa que sin eco expira.

Y sólo acepta por su hazaña el canto
que es un poema que a tu historia adhiero,
y el recuerdo de tus glorias quiero
sublime lira mi poder no es tanto.

Nazario Chávez Aliaga (Huauco, Sucre, 1891). Se abocó al periodismo y dirigió el periódico “El Perú” en la ciudad de Cajamarca; ensayista y cronista de su época, devino en la actividad política, sus fluctuaciones al respecto son controversiales y polémicas. Publicó varios libros de poesía y abrazó la corriente vanguardista.
De don Nazario aquí un fragmento de su poema:

HORA GRIS


Es tarde. La lluvia cae lenta
Las sombras se acuestan muellemente en los llanos
La luz va muriendo en mi propia presencia
Y en mi alma ha clavado sus garras la tristeza…

Es tarde. La lluvia cae lenta,
el dolor golpea mi casa como un mendigo
el silencio grita como ganso en mi pecho
y una noble amargura se hospeda en mi alma.


Es tarde. La lluvia cae lenta,
no sé que soledad me ha invadido,
que al querer protestar de esa amargura,
agonizan mis palabras
como cisne en la sangre.

David Sánchez Infante (Sorochuco, 1895); este gran sorochuquino, para gloria de todo Celendín, desplegó en su corta existencia una actividad fructífera en aras de la justicia social y las reivindicaciones y las esperanzas populares. Fue docente en el colegio “Celendín” de aquellos años; propició en la ciudad un espacio educativo-cultural denominado “Asambleas Sabatinas”. Una de sus producciones literarias más logradas es El Nuevo Evangelio de Celendín. Dirigió con coraje, en Lima, la revista Integridad.
De Sánchez Infante esta muestra poética:

MI ANHELO

Si tú me preguntaras patria mía
cuál es única gloria que anhelo,
para que tú con amoroso celo
me la concedas, como madre, un día.

Emocionada el alma de alegría,
a ti que eres mi amor y mi consuelo,
con filial devoción y sin recelo
sólo de morir por ti, te pediría.

Morir, por defender tu sacrosanto
e inmaculado honor, en cruento duelo,
para que, en premio de que amo tanto

Y al brindarte mi vida toda entera,
me des por tumba tu bendito suelo,
y por mortaja tu feliz bandera.

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lunes, 11 de mayo de 2020

VIDA DE PUEBLO: "Nashos" y "Nashacos" en Celendín

En el viejo Celendín había dos categorías bien definidas entre las personas que pretendían tener sentido del humor: los Nashos y los Nashacos. Muchos en el Celendín actual no saben con certeza de qué están hablando cuando utilizan uno u otro término. Rescatamos hoy, para aclarar e ilustrar el tema, una nota que publicamos en el primer blog que lanzó nuestro colectivo, Celendín Pueblo Mágico. (CPM)

Los "Nashos" y los "Nashacos

Por Jorge Chávez Silva, Charro


Hay otros personajes del pueblo que no son héroes ni artistas destacados, pero siempre ayudaron y ayudan a vivir a sus paisanos. Son los del espíritu travieso, los cultivadores de la palabra precisa y adecuada, don que identifica tanto al celendino y que se manifiesta en aquellos que salpican la existencia con gracia e ingenio haciendo más llevadera la monotonía de la vida provinciana. El eco de sus risas aún resuena en las calles rectilíneas, en los velorios, en las fiestas y en cuanta ocasión que se necesite que salte lo bufonesco para recordarnos que lo que somos, seres humanos que sabemos relativizar la vida.

Celendín, Calle del Comercio, 1950. Óleo de Jorge Chávez Silva, "Charro".
 
Este rasgo, esta capacidad de buen humor hicieron célebres, con razón, a los “nashos” como personajes únicos y caracrtériscos de Celendín. Pero, cuidado, "nasho" nunca y de ningúb modo quiere decir "nashaco"...
El término “nashaco” en algunos lugares de la provincia es una derivación despectiva del nombre Nazario. En Celendín tiene otras connotaciones; allí ser nashaco es más bien ser necio, petulante y muy pagado de si mismo. La fatuidad del nashaco lo lleva frecuentemente al snobismo y a lo antinatural. La pose fingida y su seudo elegancia huachafa llevan el sello inherente de lo ridículo; en una tertulia de amigos el nashaco produce escozor; sus malos sarcasmos y su afectación son insufribles.
El “nasho”, en cambio, es un filósofo de la vida; un diletante que ríe de sí mismo y de todo lo demás; un excéntrico que encuentra tema en donde otros nada ven. Es la expresión máxima del espíritu ingenioso y socarrón del celendino; su afán satírico discurre por cauces plenos de ingenio y travesura. El auténtico nasho sería incapaz de perder los estribos en un esgrima de ingenio con otro nasho; de ocurrir esto, estaría cayendo en la categoría de nashaco. Su ingenio suele no tener límites y, llegado el caso, puede crear las situaciones más descabelladas, que el nashaco no comprenderá porque jamás estarán enmarcadas dentro de lo que él tiene por bueno, justo o normal.
Nashos grandiosos los hubo en Celendín en toda época, fueron de esta progenie don Eleuterio Ache, el alcalde que encarceló a la imagen de San Sebastián; don Augusto G. Gil Veláquez, tacaño y a la vez gran manirroto, exhibicionista y gran benefactor; don Arístides Merino con su butaca propia en el cine; el “gringo” Osías Agustí y su compadre “Charro” Antonio Chávez, con su afán de ponerle sobrenombres a la gente buscando la pincelada perfecta; don César “Copocho” con su enjundiosa bohemia y su acordeón; el extraordinario “Loco” Alfredo Rocha, ciudadano universal que nunca renunció a la querencia, siempre inmerso en un delirio artístico que lo llevó a auscultar todas las vertientes de la creación; el “Mime” Manuel Sánchez Aliaga, con sus maneras histriónicas; el “Coche” Diego, con su hablar shilico; el “Gasha” Guillermo Pereira, con sus verba y sus impromptus ingeniosos; y muchísimos más que sería una nashería enumerar.
Si cabría una aproximación literaria a ambos personajes, tendríamos que recurrir a la óptica de nuestro querido maestro argentino Julio Cortázar. Los nashos, con su imaginación desbordante y su ironía encuadran perfectamente en las dimensiones de los “cronopios”, mientras que, desde luego, los nashacos no serían sino los tristes “famas”, personajes “lambac”, desabridos... 
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sábado, 8 de febrero de 2020

LITERATURA: Celendín y la literatura nacional

El profesor César Aliaga Díaz también nos acerca al fenómeno singular que es la presencia del celendino y de lo celendino en la literatura contemporánea del Perú. (CPM)

El shilico
en la literatura peruana 

Por César Aliaga Díaz

La discusión sobre la identidad de los celendinos puede ser enriquecida si se acude a la literatura nacional que ha sabido recoger en sus páginas uno que otro personaje "típico" de Celendín.

Ciro Alegría, por ejemplo, en su magnífica La serpiente de oro nos muestra una imagen típica, aunque ya antigua para estos tiempos. Allí podemos toparnos con un grupo de "shilicos" cargando sus abultados fardos de sombreros intentando cruzar el río Marañón, en camino a alguna feria local en la "otra banda".
Manuel Scorza, por su parte, nos recrea en su extraordinaria novela Garabombo el invisible, otra imagen típica aunque todavía muy presente entre nosotros, la de la bella maestra "celendina", referencia obligada en las conversaciones de solteros y casados del pueblo de Yanahuanca.
Ciro Alegría, José María Arguedas, Manuel Scorza y Roberto Reyes Tarazona, algunos de los escritores peruanos que se han ocupado de Celendín y de los celendinos.
José María Arguedas en Todas las sangres nos trae una imagen menos típica del celendino, entendiéndose como tales la del "comerciante trotamundos" y la de la "mujer-hermosa". En efecto, Arguedas trabaja un celendino singular. Le atribuye fama de bandolero y le hace oficiar de administrador de la hacienda de un "cholo" ascendido a rico, amparado en la impunidad de su fusil apuntado contra las comunidades de indios.
 
Las características que Arguedas asigna al celendino lo vuelven relevante dentro del complejo mundo de castas y clases sociales que empieza a "caotizarse", con ocasión de la expansión del capitalismo en la economía feudalizante de la sierra peruana a comienzos de los sesenta.
 
Parece entonces que, en ese contexto, la elección del personaje celendino no es casual, sino todo lo contrario. Así lo demuestran la serie de notas marginales, que aparecen en sus Obras completas, escritas según indican sus editores, "con la intención de ser desarrolladas en conferencias".
 
En esas notas marginales se comprende el propósito de Arguedas: mostrar los valores sociales, culturales y morales que encarnan cada una de las castas y clases sociales (los indios, comuneros y colonos, los mestizos, los cholos, los señores venidos a menos y los nuevos ricos, comerciantes y mineros) interrelacionadas en la realidad social de la época.
 
En ese mundo complejo, el celendino destaca por contraste. "Allá todos somos como mestizos" le hace decir Arguedas, revelando su posición de "castellanista" o hispanohablante y también su posición de hombre libre y con conciencia de ello. Por eso lo muestra como amante de la verdad y de la justicia ("hombre de palabra") y como tal capaz de comprometer a su propio patrón, quien esperaba que su empleado le cubra sus delitos y vergüenzas, creyéndole un siervo más. Circunstancia que determina el ruptura entre el celendino y su patrón.
 
Un reciente libro de cuentos, En corral ajeno, de Roberto Reyes, nos vuelve a traer dos "shilicas" como personajes del cuento que da nombre al citado libro. Una de ellas es una bella maestrita rural y la otra una vieja "adivina", quien termina siendo muerta por un subprefecto abusivo y costeño, que no entiende ni el quechua de su víctima ni las razones por las que se negaba a atender a los forasteros. En el cuento, el matador termina siendo muerto por la maestra, que con mano fría efectúa un acto de venganza justiciera. Un sólo detalle no cuadra con las celendinas verdaderas, ambas son quechuahablantes.
 
Llama la atención, finalmente, la existencia de un detalle común de las novelas revisadas. Todos los "celendinos" son vistos en lugares alejados de su tierra natal. Lo cual destaca su vocación andariega y ratifica el juicio popular que no hay lugar del mundo dónde no haya algún shilico.
 
Publicado en Eco Sucrense, el 10 de noviembre de 2010
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