En 1974, aún se desempeñaba como director del Instituto Pedagógico Regional del Celendín el profesor Orestes Tavera Quevedo, y profesores como Manuel Paredes Gávez y Manuel H. Silva Rabanal, en la especialidad de Historia y Geografía, significaban plena garantía de calidad en la formación de los futuros docentes.
Estaban además profesores de otras especialidades como Moisés Ortiz Huamán, Celedonio Vera Araujo, Baltazar Linares Quiroz, Luis Díaz Araujo, Oraldo Jara Rodríguez, César Díaz Dávila, Ranulfo Castañeda Tasilla y otros más, que le dieron renombre a esa recordada casa de estudios.
Por entonces los docentes que egresaban del “Pedagógico” eran sinónimo de calidad y tenían éxito en cualquier lugar donde trabajasen.Esos docentes que contribuyeron decisivamente en la formación de muchos profesionales hacían gala de verdadera vocación de servicio a la juventud celendina y amor por la tierra.
Lamentablemente, los años al pasar, los volvieron inactivos a algunos y otros emigraron en busca de mejores horizontes, la mayoría a la Universidad de Cajamarca, lo que habla bien de la calidad del docente celendino.
Desgraciadamente este nivel no se supo mantener y nuestra primera casa de estudios fue bajando de categoría hasta derivar en el Instituto Pedagógico Superior “Arístides Merino Merino” que está próximo a fenecer. La razón principal fue que no hubo calidad, ni vocación en los profesores de recambio y como es lógico, la calidad de los egresantes dejó mucho que desear, además de otros problemas lamentables que involucraron a profesores y alumnos.
Estaban además profesores de otras especialidades como Moisés Ortiz Huamán, Celedonio Vera Araujo, Baltazar Linares Quiroz, Luis Díaz Araujo, Oraldo Jara Rodríguez, César Díaz Dávila, Ranulfo Castañeda Tasilla y otros más, que le dieron renombre a esa recordada casa de estudios.
Por entonces los docentes que egresaban del “Pedagógico” eran sinónimo de calidad y tenían éxito en cualquier lugar donde trabajasen.Esos docentes que contribuyeron decisivamente en la formación de muchos profesionales hacían gala de verdadera vocación de servicio a la juventud celendina y amor por la tierra.
Lamentablemente, los años al pasar, los volvieron inactivos a algunos y otros emigraron en busca de mejores horizontes, la mayoría a la Universidad de Cajamarca, lo que habla bien de la calidad del docente celendino.
Desgraciadamente este nivel no se supo mantener y nuestra primera casa de estudios fue bajando de categoría hasta derivar en el Instituto Pedagógico Superior “Arístides Merino Merino” que está próximo a fenecer. La razón principal fue que no hubo calidad, ni vocación en los profesores de recambio y como es lógico, la calidad de los egresantes dejó mucho que desear, además de otros problemas lamentables que involucraron a profesores y alumnos.
En primer plano, tendido, Hugo Abanto. Sentados de izquierda a derecha:Vilma Araujo, Zaida Guerra Ludeña, Leonarda Puitiza, Francisca Araujo, Oscar Domínguez, Rosa Palacios, Hormecinda ..., Segundo Germán Abanto Vera, (Jobo) y Emiterio Sánchez Vera. De pie: Emiliano Silva Díaz, Prof. Manuel H. Silva Rabanal, Luis Alberto Castañeda Pereyra, Julio Chávez Paredes, Santiago Ludeña Merino, Sixto Aliaga Zegarra, Fidel Pereyra Malca y el Prof. Manuel Paredes Gálvez. (Foto archivo de CPM)
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
1 comentario:
Estimados amigos:
¿Cómo hacen para conseguir tantas y tan hermosas fotografías? y ¿cómo hacen para reconocer a los personajes?
Realmente es admirable su trabajo, los felicito y aliento para que sigan adelante.
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