Las fotos que nos ha enviado ahora corresponden a la Promoción 1974 del Colegio "Nstra. Sra. del Carmen" y al coro que conformaron algunas de sus integrantes.
viernes, 31 de agosto de 2007
ESTUDIANTINA: Col. del Carmen, Prom. 1974 y coro
Las fotos que nos ha enviado ahora corresponden a la Promoción 1974 del Colegio "Nstra. Sra. del Carmen" y al coro que conformaron algunas de sus integrantes.
jueves, 30 de agosto de 2007
ESTUDIANTINA: Escuela 81, Prom. 1963 "Federico Villarreal"
lunes, 27 de agosto de 2007
PERSONAJES: José A. Bazán Silva,
El "Maestro Pepe", en compañía de su hija Albina y su yerno Guillermo Pereyra Silva, en la Plaza de Celendín.
El maestro Pepe paseó su calidad humana, su capacidad magisterial y don de gentes por la Escuela Nº 86 de Sorochuco, luego en la Escuela Nº 81 y finalmente en la Escuela Normal Mixta de Celendín. Ya en el retiro, ha seguido desplegando fructífera labor social como Presidente de Asociación de Celendinos Residentes en Trujillo, siendo fundador de ella y gestor de la compra y construcción del local de dicha Asociación.
jueves, 23 de agosto de 2007
ESTUDIANTINA: Prom 1965 I.P.R.C.
miércoles, 22 de agosto de 2007
LA FERIA TAURINA 2007: Balance provisorio.
Sin pena ni gloria transcurrió la Feria Taurina de la Virgen del Carmen 2007 en la plaza La Feliciana de Celendín. Si hemos de hacer un balance a vuelo de pájaro podríamos darle el veredicto de Regular. Vamos a analizar por partes, como es nuestra costumbre, las diferentes aristas que tuvo la fiesta.
Empezaremos por el ingrediente principal de la corrida: los TOROS, que respondieron a los antecedentes de su ganadería de procedencia. Regulares y bien presentados los de San Simón y de San Pedro, aunque bajos de peso. Pésimos, con peligrosos resabios y con evidente falta de casta los de Punta Hermosa, corroborando las presunciones de nuestro entendido colaborador Walter Chávez Tejada. Lo insólito del caso es que el único toro indultado de la feria procediera de esa ganadería.
Un asunto que debe movernos a reflexión es el referente a los toreros que asistieron a la feria. Realmente no entendemos la actitud de los toreros. Sabemos que la fiesta brava tiene un sin fin de detractores, desde los ecologistas que no dudan en arrojar la cáscara de plátano en una plaza pública hasta los defensores de los animales, que suelen ser los más crueles con sus semejantes.
Lo que no sabíamos era que entre los enemigos estaban los diestros. En el Perú se han constituido en seudo empresas y van junto con los saltimbanquis y suerteros de feria en feria sorprendiendo a las incautas comisiones taurinas, solicitando adelantos y ofreciendo desde ganado hasta banderilleros y al final no cumplen o, en el mejor de los casos, nos dan gato por liebre. ¿No se darán cuenta que están matando a la gallina de los huevos de oro? La “empresa” montada por el “Diablo” Montenegro, un banderillero jubilado de ínfima categoría, es la más delincuencial. En complicidad con su socio Castro de Cajamarca habría estafado a los encargados de la Comisión por un monto que los escarbadores de las noticias basura andan dimensionando.
David Gil, el matador en quien teníamos confianza por sus antecedentes, llegó en mal estado a la corrida y nos brindó una las peores actuaciones que le viéramos en los ruedos. El “Maravilla” estuvo en lo suyo, con alardes de condición física, y los demás toreros de a pie, cumplieron. Lo que no entendemos es la presencia del “Tata” Arrieta en el coso. Ya no es ni siquiera una figura decorativa, lo mismo la de su hijo El Santi, que persiste en sus pérfidas maniobras de echarse sobre el toro para hundirle más el estoque y solicitando con gestos destemplados orejas para los matadores ¿Dónde estamos?
El más rescatable fue Ángel Ruiz en el rejoneo. Nos ofreció performances nunca vistas en La Feliciana. Deleitó al público, sobre todo al femenino, en el manejo de sus caballos, uno de ellos, un zaino lustroso, que demostró estar perfectamente adiestrado para estos lances y mostró ciertas galas de cortesía que encandilaron al público.
Con respecto a la plaza de toros no nos cansaremos de repetir que, CELENDIN NECESITA UNA VERDADERA PLAZA DE TOROS, acorde con su tradición taurina, el ruedo de palos, incómodo, anacrónico y peligroso, no debe continuar. Este año se tornó definitivamente siniestra tras la caída de uno de los palcos sufrida por la esposa de nuestro amigo Jorge Aliaga Ortiz, que la dejó en peligroso trance de sufrir fracturas mayores. ¿Será necesario que alguien se inmole para que nuestras autoridades tomen cartas en el asunto? Las posturas populacheras encaminadas a conseguir clientelaje político entre los “pobres que quieren ver la corrida gratis” deben desterrarse. Nunca seremos un destino turístico si persistimos en estas prácticas.
Dentro de los malo que resulta la plaza de palos debemos destacar que esta vez sí hubo limpieza: el ruedo estuvo bien presentado todas las tardes: regado, apisonado y bien trazado. La bárbara costumbre de tirar desperdicios al ruedo y su consiguiente acumulación tarde tras tarde se vio paliada por la acción de una cuadrilla de muchachitos que limpiaban la arena entre toros de manera eficaz, tanto que en parte frenó el impulso de la gente de tirar basura al redondel.
El público estuvo más educado que de costumbre, ya no arrojaron muchos proyectiles al pìcador, ni a las bellas muchachas portadoras del cartel que eran realmente un regalo para los ojos masculinos.
Uno de los mayores desaciertos de la comisión fue el nombramiento del Juez de Plaza. No atinó una. Totalmente errado en sus decisiones, propició un gran escándalo al indultar a un toro, a todas luces manso y falto de casta, que de ninguna manera puede servir como semental de una ganadería que pretenda llegar a más. No lo afirmamos, pero, al parecer, se dejó influenciar por el ganadero, inexplicablemente sentado a la diestra de dios padre. Otro error mayúsculo fue permitir la lidia del último toro de la feria, un becerro que debió regresar a chiqueros por falta de peso y presencia en el ruedo.
Por lo demás la feria permitió el reencuentro, siempre emocionante de los celendinos de todo el mundo que, con el pretexto del toro, se dieron cita para caminar de nuevo por las calles añoradas y sentir el sol celendino, vivificador y fraterno.
Hasta el próximo año, ojalá que en una verdadera PLAZA DE TOROS.
lunes, 20 de agosto de 2007
HISTORIA: Los toros en Celendín.
domingo, 19 de agosto de 2007
ESTUDIANTINA: Prom. 1964 C.N."Javier Prado"
LA DANZA GUAYABINA
Esta agrupación se originó en la desaparecida hacienda El Limón, de propiedad de don Juan Abanto Araujo. Mucho antes el hacendado fue un tal Pedro Mejía, un descreído que intentó quemar las imágenes de Santa Rosa de Lima y San Francisco de Asís, pero Rudecindo Alva Muñoz se las ingenió para ocultarlas y más tarde se convirtió en uno de los más destacados bailarines de la danza.
Poco después, don Oscar Merino arrendó la hacienda y reclamó las imágenes. Temeroso, Rudecindo entregó las imágenes de Santa Rosa a Indalecio Bazán y la de San Francisco a Salomé Marín, quienes las ocultaron en una casa del barrio de La Feliciana, pero finalmente las entregaron al arrendatario con la condición que si las reclamaba el pirómano Pedro Mejía, tendría que devolverlas y ellos serían dueños de las mismas. Como no reclamara nada el antiguo hacendado, empezaron los moradores a ensayar diferentes pasos, ya como danzas, pallas, contradanzas, cashuas, etc., para su veneración.
"Guayabina" Oleo de Jorge A. Chávez Silva "Charro". Colección Dr. Moisés Chávez Velásquez.
Cuenta la tradición que Santa Rosa no deseaba que la venerasen así y cada vez que el maestro tocaba el violín las cuerdas se le arrancaban. Entonces, doña Martina Figueroa, que sabía tocar caja y flauta, creó la música y el baile tal como se estila hasta ahora. La danza formaba en dos columnas de diez hombres cada una. Una disfrazada de “shingos” y otra de buitres, además, dos toros sagrados, un viejo y una vieja.
Indalecio Bazán, heredero del arte de doña Martina, animaba con su flauta de aluminio la fiesta en el caserío “La Tranca”, que luego, por consenso, tomó el nombre de Santa Rosa, ubicado al pie del cerro tutelar de Jelig. Por entonces, a la vestimenta se había agregado los maichiles, que son trozos de cuero en el que van atadas semillas sonoras de maichil y un cuerno o “cacho polvora” en el que llevaban chicha o aguardiente para avivar el ánimo durante la danza y tener coraje en los enfrentamientos con las danzas de otros caseríos.
Al cabo de cinco años de la muerte de Indalecio Bazán, el incansable flautocajista que tocaba con tal ímpetu que hasta los labios se le reventaban, su hijo Jorge Bazán Rojas Tomó la flauta convirtiéndose en otro de los peculiares músicos con las mismas características de su padre. La música es en base únicamente de caja o redoblante y flauta y sus notas son tan singulares que se pegan fácilmente a quien las escucha. No tiene verso, con matices diferentes entre paso y paso. Se toca y baila también en ciertas reuniones sociales poniéndose actualmente a la altura del famoso cilulo celendino.
Los toros de forma de prisma están formados de fuertes varas y forrados de telas con parches rojos y negros que simulan las pintas del ganado y llevan una cabeza de toro con cuernos originales y también una cola auténtica o “rabo” que el cargador hace chicotear cuando , mugiendo, las emprende contra chicos y grandes o cuando va al ataque a los toros de otras danzas como las llanguatinas de San Sebastián, los cluclalasinos y malcatinos de San Francisco, los cashaconguinos de la Virgen de las Mercedes o los poyuntinos de la Virgen de Candelaria. Los ojos de los toros son de espejos circulares y en el hocico llevan la lengua roja afuera.
Los danzantes van detrás de la procesión de la imagen que generalmente va en una urna de vidrio profusamente adornada de flores. Los pasos de la danza guayabina originalmente fueron nueve, ahora están reducidos a seis, debido a que su intervención en el consenso resultaba demasiado prolongada. Los pasos , que aún persisten son:
LA RUEDA: Consiste en dar una vuelta por cada lado de los toros.
PASACALLE: Se utiliza al pasar las calles en la procesión.
CULEBRA: Se intercalan ambas columnas imitando el reptar de las serpientes. Cada danzante da media vuelta a intervalos y emite el grito característico de ¡UAJAA! mientras el músico repiquetea en el aro de madera.
PUNTEO: Es el zapateo ágil y sostenido que demuestra la gran condición física de los danzantes.
GAVILAN: Los danzantes bailan al son de El Gavilán.
TOREO: Formando un ruedo, “torean” el viejo y la vieja separadamente a cada uno de los toros. Es el número final de la danza.
La vestimenta actual de los danzantes se complementa con finos sombreros de factura celendina, camisa blanca, pañones de diferente color en cada columna, pantalón oscuro con los maichiles atados a las pantorrillas y rematando en llanques de jebe. La vestimenta del viejo y la vieja caricaturizan a la usual de los campesinos celendinos. El viejo lleva la tradicional soga para atar a los toros y su báculo de madera y es cómica y s característica su barba de capacho de cuero de carnero. La vieja, que es un hombre disfrazado, lleva su rueca con guango de lana y, a veces, carga a su hijo a la espalda. Lleva pollera de vivos colores y pañolón oscuro encima.
jueves, 16 de agosto de 2007
HISTORIA:Docentes fundadores del C.N."Javier Prado"
viernes, 10 de agosto de 2007
ANALISIS: Celendín y el turismo
LA CIUDAD DE CELENDÍN ANTE EL RETO TURISTICO
Sin duda es un circuito ambicioso, atractivo y expectante, y para Celendín una gran oportunidad y tal vez una gran suerte formar parte de él. Sin embargo la ruta que involucra a nuestra provincia aún es poco transitada o frecuentada, de abril a diciembre solo alrededor de 60 visitantes por mes pasan por Celendín, no obstante y lo debo afirmar con conocimiento de causa, que sí existen condiciones necesarias para darle empuje y viabilidad turística a nuestro espacio dentro del CTN.
En efecto, en el ámbito provincial tenemos valiosos recursos naturales, arqueológicos y costumbristas de uso actual y potencial. Allí están el valle y aguas termo medicinales de Llanguat, el sitio arqueológico la Chocta en Oxamarca, el valle José Gálvez – Sucre – Jorge Chávez, la festividad taurina de la Virgen del Carmen en Celendín y la noche de fuegos artificiales de San Isidro en Sucre, la majestuosa catarata “El Cornelio” en Jerez, Huasmín, el sitio arqueológico Las Portadas en Chumuch, las cavernas de Múyoc en Miguel Iglesias; el sitio arqueológico “La Lechuga, en Sucre; las formaciones rocosas de Huangashanga en Huasmín, y la hoya del Marañón y el puente Chacanto entre el Utco y Balzas.
Pero en el ámbito local, nuestra propia ciudad, o esta nuestra urbe, regia y tradicional, dotada de una halo turístico envidiable, atraviesa lamentablemente por un proceso de pérdida de tan especial característica no obstante las eximias condiciones físicas naturales sobre la que se asienta. Nuestra ciudad, ya no es la villa hermosa y acogedora de hace 4 décadas, de calles armoniosamente empedradas, de colorido tejado hecho en el lugar, de vistosas puertas y balcones de madera, de esmerado orden y limpieza. Hoy, la modernidad con sus ventajas y desventajas ha trastocado dicha realidad, y las autoridades y familias dueñas de viviendas no hemos sido capaces (y aún no lo somos) para hacer algo por preservar nuestra identidad arquitectónica y prestancia como ciudad.
Aún así, creo firmemente que debemos persistir en presentar a nuestra ciudad como importante destino (producto) turístico, no solo por contar con la extraordinaria bondad de su plano y el inigualable diseño físico de sus calles, sino, porque es posible hacer algo para detener acciones que la deforman y quitan identidad, y para rescatar o reconstruir parte de aquello que en su momento le dieron luz y pulcritud. Los puntos que, a manera de crítica franca, señalo a continuación tienen que ver con lo último.
· Las nuevas edificaciones de ladrillo y cemento (casas vivienda o comerciales) parecen ajenas a todo diseño arquitectónico y al buen sentido común, muchas de ellas se muestran como simples mamotretos que deslucen la identidad tradicional.
· La “plaza de armas” o nuestro parque principal denota excesivo sembrado de cemento, mármol y rejas metálicas. En torno a la pileta hay una suerte de “cachos” o puntas sin sentido e inexplicables, amén de algunos árboles, no oriundos, vetustos y antiestéticos; con aleros del techado del entorno de calamina, oxidados, corroídos y disonantes.
· Las veredas y asfaltado de las principales avenidas y calles, además de encontrarse deterioradas, son hechos añicos y deformadas por cualquier parroquiano que quiera dar acceso a cocheras u otros servicios.
· El hermoso mirador o colina de San Isidro que arteramente fue descuartizado ha dejado un vergonzoso “boquerón” que debe ser rellenado o rehabilitado, como condición indispensable para cualquier proyecto. (debo rendir homenaje al escritor y maestro Alfonso Peláez, cuya voz solitaria se opuso a esta afrenta)
· En el frontis de la iglesia “La Purísima”, cuya culminación aún suena a “eternidad”, se sigue construyendo casuchas y cocheras, desproporcionadas y desagradables, que desencajan con una buena presentación eclesial y urbana.
· El mercado de abastos local, de tanta importancia y en el propio corazón de la ciudad, que por mezquindades políticas no se lo concluye, se presenta como caótico, desordenado y generador de tanta basura que daña la imagen de la urbe celendina.
· El parque del barrio La Alameda, casi ya no es tal, solo se visualiza un cercado de madera propio de corrales de ovinos, plantaciones y estructuras físicas casi destruidas por el tiempo y abandono, dando una imagen antiestética y de dejadez. Al respecto, sería bueno que la pampa La Breña se lo convierta en un bello y atractivo parque ecológico, buscando otra área para el hospital.
· Los servicios de movilidad, hotelería, restaurantes, recreos y otros, aún están lejos de corresponder a exigencias del desafío de una gran corriente turística, tampoco contribuyen a dotarle de prestancia y elegancia al rostro físico de la ciudad.
Ciertamente los puntos señalados no son todos, pero tratan de tocar esa faz a la que debemos cubrirla de belleza que hoy se la extraña. Tener el privilegio de contar con importantes recursos no basta. Hay que hacer algo, pero hacerlo ya, que solo así seremos actores y beneficiarios del CTN y no una ciudad únicamente de paso. El asfaltado de la carretera Cajamarca - Celendín – Balzas, que debe concluirse, asoma como el gran desafío para la provincia y en especial para la ciudad celendina.
* Publicado en la revista celendina Milenium en julio 2006, lamentablemente de circulación bastante restringida.
jueves, 9 de agosto de 2007
NSTRA SRA. DEL CARMEN:Equipo de Voley 1963
Figuran en cuclillas de izquierda a derecha: Clara de Piérola Canales, Neldy Díaz Araujo (+), Nelly Quevedo Chávez y Bertha Escalante Ocampo.
Paradas de izquierda a derecha: Dora Inga del Cuadro, Norma Escalante Ludeña, Hilda Rojas Chávez y Dora Castañeda Quispe.
FERIA 2007: A propósito de un insulso indulto
El toro indultado de Punta Hermosa. (Foto Javier Chávez Silva)
CARTA ABIERTA A LA AFICION TAURINA DE CELENDIN.
Hasta las tres de la tarde del día de ayer, creí, inocentemente, que el vergonzoso indulto al toro manso de la ganadería de Punta Hermosa, fue producto de la ignorancia o el desconocimiento. Pero, luego de escuchar el comunicado que el señor juez de plaza mandó publicar a través d los parlantes de la misma, ya no lo creo más, y su contenido me obliga a escribir y publicar la presente para defender la Fiesta de los Toros, la verdad y la honestidad que deben primar en esta hermosa tradición de nuestro pueblo de Celendín y para, en mi calidad de aficionado a las corridas de toros y de celendino, porque yo si lo soy, desmentir los argumentos y falacias con que se pretende cubrir un hecho tan lamentable.
El señor juez miente, cuando afirma que cumplió con el Reglamento Taurino al momento de indultar al referido toro, pues el mencionado documento, que no es de obligatorio cumplimiento en otras plazas del país, condiciona este premio a la bravura del toro, en primer lugar y por sobre todo. Si esto es así, ¿El toro de marras fue excepcionalmente bravo? No; todo lo contrario, manseó desde que salió al ruedo, escapando de todos los capotes que le presentaron, tuvieron que “cazarlo” en las tablas y en forma antirreglamentaria, para darle la pica, de la que salió escupiendo y rebrincando como caballo de rodeo. Al primer par de banderillas protestó doliéndose escandalosamente y, gracias a que encontró a un torero como Angel Romero, que mimándolo y templando su embestida lo acomodó y fue enseñando a embestir hasta que se entregó finalmente. Esto último, que fue mérito exclusivo del matador, no le quita su calidad de manso y, a un manso, señor juez, no se lo indulta nunca, por más trapío que tenga.\u003cbr\>Finalmente, señores de la comisión taurina 2007, NUNCA, EN NINGUNA PLAZA DEL MUNDO, el ganadero está sentado a la vera del juez de plaza. Ojalá que esto no haga pensar, por otro lado con justicia, que ayer hubo influencia extraña en la sorprendente decisión del indulto
Celendín 1 de agosto de 2007.
(Firma) Walter Chávez Tejada.
DNI 18143426
martes, 7 de agosto de 2007
PROMOCION : Escuela Nº 82 - 1935
FERIA TAURINA 2007: A PROPOSITO DE UN INSULSO INDULTO.
No hay duda que nuestro amigo y colaborador Walter Chávez Tejada es un real entendido en asuntos de tauromaquia. Lo prueba el hecho de que supo adelantarse a los acontecimientos en una carta que anteriormente publicáramos en esta misma sección, en la que daba cuenta de la falta de calidad de los toros provenientes de Punta Hermosa de Cajamarca. Lo insólito de la situación dada en la feria fue el indulto, a todas luces errado, del toro “El Luchador”, tercero de la segunda tarde, proveniente de esa ganadería, manso de solemnidad, que de ninguna manera merecía tal premio. El hecho ha desatado una ruidosa censura al juez de plaza Agustín Zegarra Marín, quien demostró no estar a la altura de su función, creando más de una duda y suspicacia en el respetable. A continuación transcribimos la protesta de nuestro colaborador. (Nota de la redacción)
CARTA ABIERTA A LA AFICION TAURINA DE CELENDIN.
Hasta las tres de la tarde del día de ayer, creí, inocentemente, que el vergonzoso indulto al toro manso de la ganadería de Punta Hermosa, fue producto de la ignorancia o el desconocimiento. Pero, luego de escuchar el comunicado que el señor juez de plaza mandó publicar a través d los parlantes de la misma, ya no lo creo más, y su contenido me obliga a escribir y publicar la presente para defender la Fiesta de los Toros, la verdad y la honestidad que deben primar en esta hermosa tradición de nuestro pueblo de Celendín y para, en mi calidad de aficionado a las corridas de toros y de celendino, porque yo si lo soy, desmentir los argumentos y falacias con que se pretende cubrir un hecho tan lamentable.
El señor juez miente, cuando afirma que cumplió con el Reglamento Taurino al momento de indultar al referido toro, pues el mencionado documento, que no es de obligatorio cumplimiento en otras plazas del país, condiciona este premio a la bravura del toro, en primer lugar y por sobre todo. Si esto es así, ¿El toro de marras fue excepcionalmente bravo? No; todo lo contrario, manseó desde que salió al ruedo, escapando de todos los capotes que le presentaron, tuvieron que “cazarlo” en las tablas y en forma antirreglamentaria, para darle la pica, de la que salió escupiendo y rebrincando como caballo de rodeo. Al primer par de banderillas protestó doliéndose escandalosamente y, gracias a que encontró a un torero como Angel Romero, que mimándolo y templando su embestida lo acomodó y fue enseñando a embestir hasta que se entregó finalmente. Esto último, que fue mérito exclusivo del matador, no le quita su calidad de manso y, a un manso, señor juez, no se lo indulta nunca, por más trapío que tenga.
Finalmente, señores de la comisión taurina 2007, NUNCA, EN NINGUNA PLAZA DEL MUNDO, el ganadero está sentado a la vera del juez de plaza. Ojalá que esto no haga pensar, por otro lado con justicia, que ayer hubo influencia extraña en la sorprendente decisión del indulto.
HISTORIA: Juan Basilio Cortegana, semblanza y documentos
UN HIJO ILUSTRE DE CELENDÍN: JUAN BASILIO CORTEGANA Y VERGARA Por Nazario Chávez Aliaga El día 12 de noviembre de 1877, en su domicilio ...
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