Por Constante Vigil
Celendín
Celendín
Tal como en el juego infantil en que una ronda imitaba a los corderos preguntando por el lobo, ocurre ahora con la Minera norteamericana Newmont Mining Corp, alias Minera Yanacocha, alias Minas Conga y ahora alias Proyecto Conga, que, supuestamente, hace un par de meses, abandonó sus exploraciones en la zona de Sorochuco por considerar que la existencia de mineral no justificaba la inversión. Ahora reaparece patrocinando un concurso de los que más saben en las que resultaron ganadoras nuestras paisanas del Colegio del Carmen frente a las alumnas del San Ramón de Cajamarca, en una reñida final, resultado que, lógicamente, ha provocado el alborozo de todo Celendín y desde luego el “alborozo” interesado de Cajamarcaopina, caja de resonancia de la minera, que, con bombos y platillos, anuncia la noticia.
Y no es que nosotros no nos alegremos o dudemos de la capacidad e inteligencia de nuestras carmelitas: como reza uno de nuestros lemas, nosotros exaltamos el espíritu y el talento proverbiales de los celendinos. Quien nos preocupa es el patrocinador, la minera, que de modo tan taimado renueva sus incursiones en el ámbito de Celendín. Tal como ocurre en la ronda infantil, a la pregunta habitual, adivinamos la respuesta del “lobo”:
-¡Estoy poniéndome los guantes de seda sobre mis largas uñas...!
Celendín atraviesa un momento coyuntural de su existencia y debe afrontar la avalancha minera que se avecina en medio de dos situaciones encontradas; por un lado están los conflictos de los pueblos contra las mineras, que en abril sumaron 26 en todo el país, derivados principalmente de la oposición de las poblaciones por el temor de la contaminación, al incumplimiento de los acuerdos por parte de las compañías extractoras y a la percepción de que más del 99% de las ganancias por la explotación no recaerán en ellos, lo que es un crimen mayúsculo. Por otro lado están los cientos de miles, y hasta millones, de dólares que por concepto de canon reciben algunos gobiernos regionales y locales, amén de otras cantidades que circulan bajo la mesa. Para citar un sólo caso están los más de 400 millones de dólares que recibirá La Encañada por la licitación de Michiquillay. Ver para creer y, sobre todo, ver que no se desvíe ese dinero, si es que llega...
Esto último constituye un peligroso cebo en que pueden caer fácilmente los espíritus endebles y las autoridades proclives a la venalidad, pues so pretexto que con esas cantidades se podrían hacer realidad muchos proyectos de envergadura que aperturen el progreso de la región, podrían tomar decisiones apresuradas y, en aras de enriquecimiento propio, sacrificar el futuro de Celendín. Esperamos que nuestro alcalde Juan Tello, a quien sus opositores califican de “ávida dólars”, esté a la altura de las circunstancias y defienda los verdaderos intereses de Celendín, porque para eso lo hemos elegido.
Lo primero que se tiene que respetar es el medio ambiente, dado que la mayoría de la población de la cuenca del Sendamal-Llanga vive de la agricultura y destruir su habitat sería mortal para su subsistencia. Está claro y patente el espejo de lo que Yanacocha ha hecho de Cajamarca, y dado que Yanacocha y Conga son lo mismo, tenemos la obligación de desconfiars de sus futuras acciones en nuestra provincia. Por lo tanto, debe formarse una comisión compuesta por todos los alcaldes de la provincia y buscar el asesoramiento de técnicos y peritos en la materia para defender a Celendín y, además, eventualmente conseguir ventajas para nuestro pueblo.
La Asociación CELENDIN PUEBLO MAGICO, que no es una ONG, ni pertenece a ninguna organización ambientalista rentada, ni es un "pasquín antimina" como nos motejara cierto ingeniero minero, muy interesado por lo demás. Por principio, estamos contra cualquier forma de alteración de la naturaleza, pero comprendemos las necesidades que apremian a nuestra población. Es cierto, la gente necesita trabajo y oportunidades no hay: pero esto no significa, de ningún modo, que debamos hipotecar la integridad de nuestro suelo y el futuro de la provincia. Tenemos que ser muy cuidadosos y sumamente cautos antes de firmar ningún contrato, y, desde luego, por supuesto, velar por que se cumplan los acuerdos.
No queremos pecar de agoreros, pero estamos seguros que los gonfaloneros y heraldos de la Newmont están al acecho de lo que va a ocurrir pronto para enriquecerse sin recato. Son los "vivos" que pregonan las virtudes y ventajas de la inversión privada y no vacilan en repartir volantes a favor de la minera en plena procesión de la Virgen del Carmen y utilizan cualquier medio para torcer la voluntad de los celendinos.
Ojo, pues, paisanos, que no nos coja el lobo, tenemos que ser responsables y mantenernos vigilantes. Instamos a todas las organizaciones defensoras de los derechos del pueblo y otros grupos de avanzada a deponer actitudes subalternas, mezquinas, personalistas, que atenten contra la unidad. Debemos estar a la altura de la consigna suprema, que es que Celendín está por sobre todo. Y no olvidar que los “progresistas” de nuevo cuño, los pro mineros irresponsables, los que disfrazan de “progresismo” sus verdaderos e inconfesables apetitos, son los enemigos jurados de Celendín.
Y no es que nosotros no nos alegremos o dudemos de la capacidad e inteligencia de nuestras carmelitas: como reza uno de nuestros lemas, nosotros exaltamos el espíritu y el talento proverbiales de los celendinos. Quien nos preocupa es el patrocinador, la minera, que de modo tan taimado renueva sus incursiones en el ámbito de Celendín. Tal como ocurre en la ronda infantil, a la pregunta habitual, adivinamos la respuesta del “lobo”:
-¡Estoy poniéndome los guantes de seda sobre mis largas uñas...!
Celendín atraviesa un momento coyuntural de su existencia y debe afrontar la avalancha minera que se avecina en medio de dos situaciones encontradas; por un lado están los conflictos de los pueblos contra las mineras, que en abril sumaron 26 en todo el país, derivados principalmente de la oposición de las poblaciones por el temor de la contaminación, al incumplimiento de los acuerdos por parte de las compañías extractoras y a la percepción de que más del 99% de las ganancias por la explotación no recaerán en ellos, lo que es un crimen mayúsculo. Por otro lado están los cientos de miles, y hasta millones, de dólares que por concepto de canon reciben algunos gobiernos regionales y locales, amén de otras cantidades que circulan bajo la mesa. Para citar un sólo caso están los más de 400 millones de dólares que recibirá La Encañada por la licitación de Michiquillay. Ver para creer y, sobre todo, ver que no se desvíe ese dinero, si es que llega...
Esto último constituye un peligroso cebo en que pueden caer fácilmente los espíritus endebles y las autoridades proclives a la venalidad, pues so pretexto que con esas cantidades se podrían hacer realidad muchos proyectos de envergadura que aperturen el progreso de la región, podrían tomar decisiones apresuradas y, en aras de enriquecimiento propio, sacrificar el futuro de Celendín. Esperamos que nuestro alcalde Juan Tello, a quien sus opositores califican de “ávida dólars”, esté a la altura de las circunstancias y defienda los verdaderos intereses de Celendín, porque para eso lo hemos elegido.
Lo primero que se tiene que respetar es el medio ambiente, dado que la mayoría de la población de la cuenca del Sendamal-Llanga vive de la agricultura y destruir su habitat sería mortal para su subsistencia. Está claro y patente el espejo de lo que Yanacocha ha hecho de Cajamarca, y dado que Yanacocha y Conga son lo mismo, tenemos la obligación de desconfiars de sus futuras acciones en nuestra provincia. Por lo tanto, debe formarse una comisión compuesta por todos los alcaldes de la provincia y buscar el asesoramiento de técnicos y peritos en la materia para defender a Celendín y, además, eventualmente conseguir ventajas para nuestro pueblo.
La Asociación CELENDIN PUEBLO MAGICO, que no es una ONG, ni pertenece a ninguna organización ambientalista rentada, ni es un "pasquín antimina" como nos motejara cierto ingeniero minero, muy interesado por lo demás. Por principio, estamos contra cualquier forma de alteración de la naturaleza, pero comprendemos las necesidades que apremian a nuestra población. Es cierto, la gente necesita trabajo y oportunidades no hay: pero esto no significa, de ningún modo, que debamos hipotecar la integridad de nuestro suelo y el futuro de la provincia. Tenemos que ser muy cuidadosos y sumamente cautos antes de firmar ningún contrato, y, desde luego, por supuesto, velar por que se cumplan los acuerdos.
No queremos pecar de agoreros, pero estamos seguros que los gonfaloneros y heraldos de la Newmont están al acecho de lo que va a ocurrir pronto para enriquecerse sin recato. Son los "vivos" que pregonan las virtudes y ventajas de la inversión privada y no vacilan en repartir volantes a favor de la minera en plena procesión de la Virgen del Carmen y utilizan cualquier medio para torcer la voluntad de los celendinos.
Ojo, pues, paisanos, que no nos coja el lobo, tenemos que ser responsables y mantenernos vigilantes. Instamos a todas las organizaciones defensoras de los derechos del pueblo y otros grupos de avanzada a deponer actitudes subalternas, mezquinas, personalistas, que atenten contra la unidad. Debemos estar a la altura de la consigna suprema, que es que Celendín está por sobre todo. Y no olvidar que los “progresistas” de nuevo cuño, los pro mineros irresponsables, los que disfrazan de “progresismo” sus verdaderos e inconfesables apetitos, son los enemigos jurados de Celendín.
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