LOS TIEMPOS CONTEMPORÁNEOS
(Parte final)
Uno de los partidos vigentes, orgánicos y activos en Celendín es el APRA. En el panorama nacional, los avances, retrocesos y claudicaciones de esta agrupación política son estudiados por analistas y politólogos, pero es evidente que sus principios primigenios, que enarbolaban una lucha frontal por la reivindicación de las masas obreras, campesinas y clases medias, se fueron diluyendo a medida que la alta dirigencia aprista se coludió con gobiernos dictatoriales (Manuel Odría) y conservadoras de derecha (Manuel Prado y Luis Bustamante).
En el presente periodo de gobierno (2006 – 2011), el Apra se ha aliado con los seguidores del gobierno más corrupto y violador de derechos humanos en la historia peruana: el fujimontesinismo. Y, además, es evidente su derechización.
En el Celendín de hoy, mantienen también cierta presencia política Acción Popularr, y el Partido Nacionalista de Ollanta Humala.
Surgieron en Celendín en la década de 1990, como en todo el territorio patrio, caudillos improvisados, sin programas definidos y con un afán personalista o de servir a grupúsculos, emulando a Fujimori. Así, la masa electoral, defraudada por la traición e ineficacia de los partidos políticos de derecha, eligieron como alcalde al fujimorista Mauro Siles Arteaga García en dos periodos no consecutivos. Por su lado, el profesor Adolfo Aliaga Apaéstegui, de las filas de Acción Popular, ocupó el sillón municipal en tres periodos.
Actualmente, el sillón municipal lo ocupa Juan Tello Villanueva, que también postuló como "independiente" y cuya gestión burocratizada, envuelta en el clientelismo, se encamina al fracaso.
A estos personajes y aglutinaciones "independientes" no podemos considerarlos realmente como emanaciones digans del quehacer político -estrictamente hablando-, porque carecen de principios y doctrina establecidos, y de un aparato orgánico. Son consecuencia de la banalización en que ha devenido la praxis política en el país.
El fin supremo de la actividad política es servir al pueblo con rectitud, honestidad, sacrificio y humildad, con la participación directa y democrática de la población en la decisión de los proyectos necesarios y con acceso permanente a los manejos económicos. Nada de esto se da en los gobiernos locales clientelistas que hemos sufrido y sufrimos.
Lima, setiembre 2008
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