Celendin
No comprendemos el criterio del alcalde Juan Tello para nominar al nuevo Comité de Toro$, después de los estrepitosos fracasos cosechados en las ferias de sus dos primeros años de gestión edil. Nos preguntamos, ¿los habrá escogiudo por el conocimiento de los toros y de la organización de los nuevos miembros?
Sobre la afición del presidente del comité, el abogado Olinto Araujo Vera, poco podemos decir. Aparte de las corridas pueblerinas de la muy venida a menos plaza de La Feliciana, que los huachafos persisten en llamar “Sevilla”, no lo hemos visto en los tendidos de ruedos de mayor cuantía. Cajamarca es el departamento más taurino del Perú, pero hay tres lunares en donde la afición no ha calado: San Ignacio y Jaén, con fuerte presencia de piuranos y lambayecanos; y la propia Cajamarca, en donde hay corridas a la muerte de un obispo. Radicando en esta ciudad, no vemos como Araujo Vera ha podido desarrollar una afición que garantice el éxito en su gestión.
Por otro lado, para desazón del ingeniero Luis Díaz Mori, el “ruedo de palos más grande del mundo” que él tanto publicita, no conseguirá su anhelado récord Guinnes. Gracias a las maniobras de Gustavaro, quien ha lotizado los terrenos del antiguo bosque de los señores Pereyra, la plaza de toros sigue achicándose pues los nuevos propietarios están construyendo casas con los horrendos “volados” a la moda en desmedro de la plaza. De los demás miembros no podemos decir nada mejor. Sí, bueno, son graciosos. Se les ha colado de polizón un tránsfuga que hasta hace poco decía ser antitaurino.
¿Qué pretende el alcalde Tello al nombrar a esta falange anticelendina? Su propósito subliminal salta a la vista: presentar a Minas Conga como la empresa que puede solucionar los problemas de Celendín y que empezará su campaña regalando seguramente miles de polos y gorritos con su logo a los campesinos que irán gratis la corrida. Esta era en todo caso la plataforma que el abogado Olinto Araujo Vera pregonaba a los cuatro vientos en su fallida postulación a la alcaldía.
Ahora ya nadie menciona al decreto de intangibilidad y es normal ver en la oficina del alcalde y en las oficinas de la Municipalidad a representantes de la mina realizando supuestas labores de asesoría. En el último Cabildo Abierto en el que el Alcalde rindió cuenta de los gastos de su gestión, y que llenó de dudas a los concurrentes, quedó flotando sin respuesta una pregunta hecha a Juan Tello por el profesor Luis Chávez Silva, miembro del SUTECEL, sobre de si persistía o no en su promesa electoral de decir NO a la mina. Al ser interpelado, el burgomaestre calló en todos los idiomas. Como quien calla otorga, la respuesta es obvia: puente de plata a la mina que dizqué nos va a traer oro. Que la Virgen proteja a Celendín de sus enemigos.
Sobre la afición del presidente del comité, el abogado Olinto Araujo Vera, poco podemos decir. Aparte de las corridas pueblerinas de la muy venida a menos plaza de La Feliciana, que los huachafos persisten en llamar “Sevilla”, no lo hemos visto en los tendidos de ruedos de mayor cuantía. Cajamarca es el departamento más taurino del Perú, pero hay tres lunares en donde la afición no ha calado: San Ignacio y Jaén, con fuerte presencia de piuranos y lambayecanos; y la propia Cajamarca, en donde hay corridas a la muerte de un obispo. Radicando en esta ciudad, no vemos como Araujo Vera ha podido desarrollar una afición que garantice el éxito en su gestión.
Por otro lado, para desazón del ingeniero Luis Díaz Mori, el “ruedo de palos más grande del mundo” que él tanto publicita, no conseguirá su anhelado récord Guinnes. Gracias a las maniobras de Gustavaro, quien ha lotizado los terrenos del antiguo bosque de los señores Pereyra, la plaza de toros sigue achicándose pues los nuevos propietarios están construyendo casas con los horrendos “volados” a la moda en desmedro de la plaza. De los demás miembros no podemos decir nada mejor. Sí, bueno, son graciosos. Se les ha colado de polizón un tránsfuga que hasta hace poco decía ser antitaurino.
¿El nuevo Comité de Toro$ hace su paseillo por cuenta de Minas Conga? Es lo que se pregunta Celendín.
Entonces, si no los ha escogido por afición, una siniestra idea ronda la mente. Examinando la lista de miembros del Comité, caemos en cuenta que están casi todos los de APACC, la organización creada y pagada por la Newmont Minning Co., alias Yancocha, para propiciar el ingreso de Minas Conga a las tierras Celendín, tras el decreto de la alcaldía que declaraba intangible a la provincia. Ahora veremos como la minera echa el oro y el moro durante la fiesta para conseguir la mayor publicidad posible.¿Qué pretende el alcalde Tello al nombrar a esta falange anticelendina? Su propósito subliminal salta a la vista: presentar a Minas Conga como la empresa que puede solucionar los problemas de Celendín y que empezará su campaña regalando seguramente miles de polos y gorritos con su logo a los campesinos que irán gratis la corrida. Esta era en todo caso la plataforma que el abogado Olinto Araujo Vera pregonaba a los cuatro vientos en su fallida postulación a la alcaldía.
Ahora ya nadie menciona al decreto de intangibilidad y es normal ver en la oficina del alcalde y en las oficinas de la Municipalidad a representantes de la mina realizando supuestas labores de asesoría. En el último Cabildo Abierto en el que el Alcalde rindió cuenta de los gastos de su gestión, y que llenó de dudas a los concurrentes, quedó flotando sin respuesta una pregunta hecha a Juan Tello por el profesor Luis Chávez Silva, miembro del SUTECEL, sobre de si persistía o no en su promesa electoral de decir NO a la mina. Al ser interpelado, el burgomaestre calló en todos los idiomas. Como quien calla otorga, la respuesta es obvia: puente de plata a la mina que dizqué nos va a traer oro. Que la Virgen proteja a Celendín de sus enemigos.
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