A propósito de una celebración auténtica del 1ro de Mayo, como quiere nuestro amigo Jorge Horna, otro amigo, poeta también, chileno, nos envía el siguiente mensaje:
Distribuir a las amistades aún cuando no hayan trabajado nunca, o poco.
Feliz Día de los Trabajadores
(No Día del trabajo, como quieren los patronos y los propatronales)
En el Día del Trabajador, tengamos presentes las palabras que van abajo. Es el escueto y descarnado texto de la última carta escrita por Bartolomeo Vanzetti, emigrante italiano y líder sindical anarquista. Un día antes de ser fusilado en Estados Unidos, el dirigente obrero le escribió a su hijo estas líneas emocionadas pero sin llanto. Bartolomeo Vanzetti fue sentenciado a la pena de muerte, junto con su camarada Nicola Sacco, tras ser inculpados por un crimen que al final resultó ser una manipulación de los empresarios, del gobernador del estado y de la policía para socavar el movimiento sindical norteamericano.
Querido hijo mío:
He soñado con ustedes día y noche. No sabía si aún vivía o si ya estaba muerto. Hubiera querido abrazarlos a ti y a tu madre.
Perdóname, hijo mio, por esta muerte injusta que tan pronto te deja sin padre. Hoy podrán asesinarnos, pero no podrán destruir nuestras ideas. Ellas quedarán para las generaciones futuras, para los jóvenes como tú.
Recuerda, hijo mío, la felicidad que se siente cuando juegas: no lo acapares todo para ti. Trata de comprender con humildad al prójimo, ayuda a los débiles, consuela a quienes lloran, ayuda a los perseguidos, a los oprimidos. Ellos serán tus mejores amigos.
Adios, esposa mía, hijo mío, camaradas.
Distribuir a las amistades aún cuando no hayan trabajado nunca, o poco.
Feliz Día de los Trabajadores
(No Día del trabajo, como quieren los patronos y los propatronales)
En el Día del Trabajador, tengamos presentes las palabras que van abajo. Es el escueto y descarnado texto de la última carta escrita por Bartolomeo Vanzetti, emigrante italiano y líder sindical anarquista. Un día antes de ser fusilado en Estados Unidos, el dirigente obrero le escribió a su hijo estas líneas emocionadas pero sin llanto. Bartolomeo Vanzetti fue sentenciado a la pena de muerte, junto con su camarada Nicola Sacco, tras ser inculpados por un crimen que al final resultó ser una manipulación de los empresarios, del gobernador del estado y de la policía para socavar el movimiento sindical norteamericano.
Querido hijo mío:
He soñado con ustedes día y noche. No sabía si aún vivía o si ya estaba muerto. Hubiera querido abrazarlos a ti y a tu madre.
Perdóname, hijo mio, por esta muerte injusta que tan pronto te deja sin padre. Hoy podrán asesinarnos, pero no podrán destruir nuestras ideas. Ellas quedarán para las generaciones futuras, para los jóvenes como tú.
Recuerda, hijo mío, la felicidad que se siente cuando juegas: no lo acapares todo para ti. Trata de comprender con humildad al prójimo, ayuda a los débiles, consuela a quienes lloran, ayuda a los perseguidos, a los oprimidos. Ellos serán tus mejores amigos.
Adios, esposa mía, hijo mío, camaradas.
Bartolomeo Vanzetti
Bartolomeo Vanzetti (izquierda) y Nicola Sacco (derecha).
Luchadores obreros ejecutados el 23 de agosto de 1927 al ser declarados culpables del asalto y homicidio del pagador de una fábrica, Frederick Parmenter, y su escolta, Alessandro Berardelli, en el pueblo de South Braintree, Estados Unidos, el 15 de abril de 1920. Fueron exonerados de culpa, en forma simbólica, 50 años después, el 23 de agosto de 1977, por el entonces gobernador de Massachusetts, Michael Dukakis.
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