Por Jorge A. Chávez Silva, “Charro”
Esta hermosa fotografía que hoy presentamos, si mal no recordamos, la tomó Ezequiel Cueva Díaz, “Cuevita”, en 1958. En ella se aprecia al público de la corrida, tal como originalmente fue, antes de que se instalara la mafia que desnaturalizó la fiesta y la convirtió en el pandemonio de confusión que es hoy, para satisfacer su sed insaciable de lucro.
En esos años solo había barrera, chaque y palco y estos eran individualizados para cada familia, estaban separados unos de otros mediante, lonas, colchas, sábanas, etc., y entre toros se servían riquísimas viandas en las que menudeaban los cuyes, el escabeche, los juanes, tamales y, por supuesto, las delicias del amasijo: panes shimbados de manteca,bizcochuelos, galletas, rosquitas y panecitos de harina de maíz y el infaltable queso.
Para espectar la corrida había que trasladar parte del mobiliario ligero del hogar; bancas, sillas y hasta los tapetes para mayor comodidad. Cada palco era la prolongación del hogar y, claro, no había el hacinamiento ni la mezcolanza que campean hoy.
En nuestro palco familiar figuran de izquierda a derecha en primera fila, con “las piernas colgando” como dicen los propagandistas de hoy, mi hermano Luis Humberto, “Clavi”, Julita Pita Chávez, Marujita Chávez, Victorita Pita Chávez (junto con Julita, hermanas de nuestro escritor Alfredo Pita), Selmita Chávez, Nancy Chávez, la prima Elsa Díaz Mori y Celmira Merino Collantes.
Atrás: Consuelo Pimentel Collantes, Bertha Pimentel Collantes, Esther Silva Mori, Orfa Noemí Silva Mori, Esperanza Chávez Pereyra y mi padre, Antonio Chávez Pereyra, “Charro”, Guillermo Pereyra Rodríguez, “Panamo” y Zoila Collantes Díaz.
El palco que nos antecede es de la familia Medina Arrué y en él se puede apreciar a Francisco Medina Arrué, Esther Arrué Vásquez, Susana Medina Arrué y detrás de ella su padre, Moisés Medina.
En el palco posterior al nuestro está la familia Díaz Zegarra, en primer término el hoy arquitecto Nelson Díaz Díaz, la Sra. Carmela Díaz y a Yone Díaz Zegarra. El niño debajo de ella es el ingeniero Jorge Díaz Díaz, “Coshita”, muerto en Ayacucho en una emboscada aleve de Sendero Luminoso.
¿Y yo, dónde estaba que no aparezco en la foto? Pues, nada más y nada menos que jugándome la propina de la fiesta en los tapetes pintados con figuras del "Chulo, chulo, que pica con disimulo", o en el maraquero que tenía su culebra. Cosas de la vida.
¡ SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
Esta hermosa fotografía que hoy presentamos, si mal no recordamos, la tomó Ezequiel Cueva Díaz, “Cuevita”, en 1958. En ella se aprecia al público de la corrida, tal como originalmente fue, antes de que se instalara la mafia que desnaturalizó la fiesta y la convirtió en el pandemonio de confusión que es hoy, para satisfacer su sed insaciable de lucro.
En esos años solo había barrera, chaque y palco y estos eran individualizados para cada familia, estaban separados unos de otros mediante, lonas, colchas, sábanas, etc., y entre toros se servían riquísimas viandas en las que menudeaban los cuyes, el escabeche, los juanes, tamales y, por supuesto, las delicias del amasijo: panes shimbados de manteca,bizcochuelos, galletas, rosquitas y panecitos de harina de maíz y el infaltable queso.
Para espectar la corrida había que trasladar parte del mobiliario ligero del hogar; bancas, sillas y hasta los tapetes para mayor comodidad. Cada palco era la prolongación del hogar y, claro, no había el hacinamiento ni la mezcolanza que campean hoy.
En nuestro palco familiar figuran de izquierda a derecha en primera fila, con “las piernas colgando” como dicen los propagandistas de hoy, mi hermano Luis Humberto, “Clavi”, Julita Pita Chávez, Marujita Chávez, Victorita Pita Chávez (junto con Julita, hermanas de nuestro escritor Alfredo Pita), Selmita Chávez, Nancy Chávez, la prima Elsa Díaz Mori y Celmira Merino Collantes.
Atrás: Consuelo Pimentel Collantes, Bertha Pimentel Collantes, Esther Silva Mori, Orfa Noemí Silva Mori, Esperanza Chávez Pereyra y mi padre, Antonio Chávez Pereyra, “Charro”, Guillermo Pereyra Rodríguez, “Panamo” y Zoila Collantes Díaz.
El palco que nos antecede es de la familia Medina Arrué y en él se puede apreciar a Francisco Medina Arrué, Esther Arrué Vásquez, Susana Medina Arrué y detrás de ella su padre, Moisés Medina.
En el palco posterior al nuestro está la familia Díaz Zegarra, en primer término el hoy arquitecto Nelson Díaz Díaz, la Sra. Carmela Díaz y a Yone Díaz Zegarra. El niño debajo de ella es el ingeniero Jorge Díaz Díaz, “Coshita”, muerto en Ayacucho en una emboscada aleve de Sendero Luminoso.
¿Y yo, dónde estaba que no aparezco en la foto? Pues, nada más y nada menos que jugándome la propina de la fiesta en los tapetes pintados con figuras del "Chulo, chulo, que pica con disimulo", o en el maraquero que tenía su culebra. Cosas de la vida.
¡ SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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