EL PATRIMONIO OLVIDADO, QUE NO DEBEMOS PERDER
Víctor S. Chávez Velásquez
Era previsible que tal despropósito tarde o temprano se iba a consumar, en este caso en las mismísimas narices de los funcionarios del municipio de Celendín, y es una pena que los organismos competentes sean los últimos en enterarse, o en el peor de los casos sean cómplices y muchas veces los ejecutores de toda suerte de destrucción del patrimonio. En la hora undécima ya es poco lo que se pueda hacer para parar con la destrucción del perfil urbano . En cambio, de aquí en adelante deberá de procurarse que los nuevos proyectos se adecúen al entorno urbano tradicional, ello no implica que estemos planteando hacer un remedo de la arquitectura vernácula típica de antaño, “lo moderno” no puede estar reñido con lo tradicional, dependerá de la capacidad profesional del proyectista que con su propuesta de diseño logre insertarla en el entorno urbano con la menor alteración posible.
El argumento para traerse abajo el inmueble podría haber sido su precaria situación con el consiguiente daño que hubiere podido causar, pero ello no pasa necesariamente por su destrucción pues pudo haberse llevado a cabo un proyecto de consolidación y su posterior adecuación a nuevo uso. Casos exitosos de este tipo de intervenciones en aéreas monumentales así lo ameritan.
En este estado de cosas quienes están preocupados con el tema de aquí en adelante tendrán que constituirse en fiscalizadores del proyecto que se pretenda ejecutar tras la demolición. Para ello será menester solicitar a la gerencia de desarrollo urbano que haga público el proyecto de la nueva edificación y que este sea sometido a consideración del INC o en su defecto al Colegio de Arquitectos de Cajamarca para evaluar su factibilidad y si guarda relación con el perfil de toda la plaza, manteniendo las escalas en cuanto a altura y guardando relación con la tipología de la arquitectura del entorno, eso nos lleva a considerar a priori que este no podrá exceder los dos pisos, teniendo como limite también las construcciones adyacentes.
Si hablamos de la salvaguarda del patrimonio monumental de nuestra ciudad, debemos hacer hincapié que se considera patrimonio no solamente a las construcciones o el trazo urbano de una ciudad sino también y de igual o mayor importancia el patrimonio natural, mucho del cual hace buen tiempo ya es recuerdo en Celendín, con algunas de sus colinas destruidas y otras en proceso de “urbanización” sin ningún control y sin criterios mínimos de seguridad y de habilitación urbana, de igual manera la pampa adyacente a la ciudad que formaba parte del planteamiento urbano de Celendín a la manera castellana; no debemos de olvidar que paralelamente al reparto de solares en la ciudad con sus respectivas huertas, se llevo a cabo el reparto de solares en la llamada “pampa chica” destinados para alfalfares, como también en la llamada “pampa grande” y reparto de solares de pan llevar en Llanguat y otros repartos en potreros y jalcas, como vemos pues Celendín fue planificada de manera orgánica teniendo en cuenta el sustento de su naciente población.
Como es notorio la ciudad ya está en el límite (al borde mismo) del “rio grande”, hay que recordarles a los que perdieron la memoria las inundaciones casi diluviales en la pampa. En el momento actual, en un mundo globalizado y con el incremento de una sociedad de consumo y de ocio. Al incrementarse el turismo, los paisajes toman una gran importancia y nos estamos refiriendo al paisaje natural como al paisaje resultante de la ocupación humana de un determinado territorio, así pues es menester relevar la importancia de la conservación de ambos.
Víctor S. Chávez Velásquez
Arq. C.A.P. 8120
Víctor S. Chávez Velásquez
Del tiempo
me importaba los dias con sol
tanto como las horas de lluvia inapelable…
En los dias con sol
Yo era dueño de la campiña
del río y de los arboles
de sus secretos y voces
de los gorriones pensativos y sus nidos
del palpitar de la yerba
del aire alucinado hasta ser flor
y del inmenso cielo…
Julio Garrido Malaver
me importaba los dias con sol
tanto como las horas de lluvia inapelable…
En los dias con sol
Yo era dueño de la campiña
del río y de los arboles
de sus secretos y voces
de los gorriones pensativos y sus nidos
del palpitar de la yerba
del aire alucinado hasta ser flor
y del inmenso cielo…
Julio Garrido Malaver
Era previsible que tal despropósito tarde o temprano se iba a consumar, en este caso en las mismísimas narices de los funcionarios del municipio de Celendín, y es una pena que los organismos competentes sean los últimos en enterarse, o en el peor de los casos sean cómplices y muchas veces los ejecutores de toda suerte de destrucción del patrimonio. En la hora undécima ya es poco lo que se pueda hacer para parar con la destrucción del perfil urbano . En cambio, de aquí en adelante deberá de procurarse que los nuevos proyectos se adecúen al entorno urbano tradicional, ello no implica que estemos planteando hacer un remedo de la arquitectura vernácula típica de antaño, “lo moderno” no puede estar reñido con lo tradicional, dependerá de la capacidad profesional del proyectista que con su propuesta de diseño logre insertarla en el entorno urbano con la menor alteración posible.
El argumento para traerse abajo el inmueble podría haber sido su precaria situación con el consiguiente daño que hubiere podido causar, pero ello no pasa necesariamente por su destrucción pues pudo haberse llevado a cabo un proyecto de consolidación y su posterior adecuación a nuevo uso. Casos exitosos de este tipo de intervenciones en aéreas monumentales así lo ameritan.
Celendín, el entorno bucólico legado por nuestros ancestros a punto de ser destruido por los neo celendinos (Foto archivo CPM)
En este estado de cosas quienes están preocupados con el tema de aquí en adelante tendrán que constituirse en fiscalizadores del proyecto que se pretenda ejecutar tras la demolición. Para ello será menester solicitar a la gerencia de desarrollo urbano que haga público el proyecto de la nueva edificación y que este sea sometido a consideración del INC o en su defecto al Colegio de Arquitectos de Cajamarca para evaluar su factibilidad y si guarda relación con el perfil de toda la plaza, manteniendo las escalas en cuanto a altura y guardando relación con la tipología de la arquitectura del entorno, eso nos lleva a considerar a priori que este no podrá exceder los dos pisos, teniendo como limite también las construcciones adyacentes.
Si hablamos de la salvaguarda del patrimonio monumental de nuestra ciudad, debemos hacer hincapié que se considera patrimonio no solamente a las construcciones o el trazo urbano de una ciudad sino también y de igual o mayor importancia el patrimonio natural, mucho del cual hace buen tiempo ya es recuerdo en Celendín, con algunas de sus colinas destruidas y otras en proceso de “urbanización” sin ningún control y sin criterios mínimos de seguridad y de habilitación urbana, de igual manera la pampa adyacente a la ciudad que formaba parte del planteamiento urbano de Celendín a la manera castellana; no debemos de olvidar que paralelamente al reparto de solares en la ciudad con sus respectivas huertas, se llevo a cabo el reparto de solares en la llamada “pampa chica” destinados para alfalfares, como también en la llamada “pampa grande” y reparto de solares de pan llevar en Llanguat y otros repartos en potreros y jalcas, como vemos pues Celendín fue planificada de manera orgánica teniendo en cuenta el sustento de su naciente población.
Como es notorio la ciudad ya está en el límite (al borde mismo) del “rio grande”, hay que recordarles a los que perdieron la memoria las inundaciones casi diluviales en la pampa. En el momento actual, en un mundo globalizado y con el incremento de una sociedad de consumo y de ocio. Al incrementarse el turismo, los paisajes toman una gran importancia y nos estamos refiriendo al paisaje natural como al paisaje resultante de la ocupación humana de un determinado territorio, así pues es menester relevar la importancia de la conservación de ambos.
Víctor S. Chávez Velásquez
Arq. C.A.P. 8120
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