Siendo director del Colegio Particular “Celendín” el profesor Víctor A. Camacho Marín, se procuró la nacionalización del Colegio a fin de solventar los gastos que hasta ese momento eran casi insolubles, especialmente el referente a salarios de los docentes y demás servidores.
Aprovecharon la presencia del Presidente de la República, Manuel Prado Ugarteche, en Cajamarca, para designar a una comisión presidida por el director del Colegio e integrada por los Srs. Aurelio Bazán Peralta, Segundo Aliaga Chávez y Leovigildo Pereyra, que viajó a la capital de departamento para solicitar la nacionalización. La tarea estuvo a punto de fracasar, el Secretario de la presidencia, les manifestó que la agenda de entrevistas ya estaba programada y no se poda alterar, pero gracias a los buenos oficios del escritor y periodista Manuel Pereira Chávez, “Perseo”, amigo del aludido personaje, se consiguió la entrevista con el presidente de la República. Manuel Prado ofreció atenderlos en cuanto llegase a Lima. La petición fue aprobada en el Congreso Nacional y por R.M. Nº 814. Se le puso el nombre de C.N. “Javier Prado”, en honor al hermano del presidente, filósofo e intelectual fallecido en 1921.
Nacionalizado el Colegio, se aseguró su estabilidad institucional, sin embargo tuvo necesidades de urgente solución, que fue preocupación constante de los directores que se sucedieron en el cargo, tales como: Local escolar, material didáctico, entre los más importantes.
Siendo el local una casa particular construida para vivienda familiar, no ofrecía las facilidades requeridas para local escolar, por lo que se tuvo que realizar una serie de adaptaciones, en la medida de las posibilidades económicas que brindaban la comunidad local y el Ministerio de Educación.
El director Estenio Torres empezó esta tarea: bajo su control se construyeron tres aulas, en el pabellón central, en 1948 con fondos proporcionados por la comunidad.
En 1954, con el director Leoncio Blanco se construyó el Salón de Actos, con fondos del Estado, pero la obra no quedó terminada, lo que fue labor de otros dirigentes.
En 1954, el director Eloy Arriola Senisse llevó a cabo la pavimentación del patio deportivo, con lo que se dio un gran auge a las actividades deportivas.
El profesor Eloy Arriola Senisse marca una época de oro en la vida institucional del Colegio “Javier Prado”. Su clara vocación orientada hacia la juventud lo llevó a la amistad con toda la gente y en especial con los alumnos, para quienes siempre tuvo un trato paternal y comprensivo. El gran momento del Colegio se vislumbró en el deporte, en las artes y en la preponderancia que alcanzó como alma máter de nivel provincial, incluso abarcando otra áreas de influencia como las provincias de Bolívar en La Libertad y algunos pueblos de las provincias amazonenses de Luya y Chachapoyas.
La gestión de Eloy Arriola Senisse se vio aureolada por una racha de éxitos a nivel interprovincial como la obtención del Campeonato Departamental de Fútbol y la célebre excursión a Chachapoyas en donde no solo vencieron en el deporte sino que, Guillermo Agustí, el joven tenor celendino, encandiló al público con su magistral interpretación del “Júrame” de María Grever. El respetable emocionado lo ovacionó de pie exigiendo repetición.
De esa época data la fotografía que en esta oportunidad insertamos, gracias a la amabilidad de Wálter Tavera Chávez.
De pie, César Augusto Díaz Dávila, Ruperto Díaz Acosta, Cap. Carlos de los Ríos, José Luis Fernández Peña, Uladislao Silva Merino, Arístides Merino Merino, Alfonso Peláez Bazán, Armando Salas Gamarra, Francisco Chávez Díaz y Manuel Silos Silva Pereyra.
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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Aprovecharon la presencia del Presidente de la República, Manuel Prado Ugarteche, en Cajamarca, para designar a una comisión presidida por el director del Colegio e integrada por los Srs. Aurelio Bazán Peralta, Segundo Aliaga Chávez y Leovigildo Pereyra, que viajó a la capital de departamento para solicitar la nacionalización. La tarea estuvo a punto de fracasar, el Secretario de la presidencia, les manifestó que la agenda de entrevistas ya estaba programada y no se poda alterar, pero gracias a los buenos oficios del escritor y periodista Manuel Pereira Chávez, “Perseo”, amigo del aludido personaje, se consiguió la entrevista con el presidente de la República. Manuel Prado ofreció atenderlos en cuanto llegase a Lima. La petición fue aprobada en el Congreso Nacional y por R.M. Nº 814. Se le puso el nombre de C.N. “Javier Prado”, en honor al hermano del presidente, filósofo e intelectual fallecido en 1921.
Nacionalizado el Colegio, se aseguró su estabilidad institucional, sin embargo tuvo necesidades de urgente solución, que fue preocupación constante de los directores que se sucedieron en el cargo, tales como: Local escolar, material didáctico, entre los más importantes.
Siendo el local una casa particular construida para vivienda familiar, no ofrecía las facilidades requeridas para local escolar, por lo que se tuvo que realizar una serie de adaptaciones, en la medida de las posibilidades económicas que brindaban la comunidad local y el Ministerio de Educación.
El director Estenio Torres empezó esta tarea: bajo su control se construyeron tres aulas, en el pabellón central, en 1948 con fondos proporcionados por la comunidad.
En 1954, con el director Leoncio Blanco se construyó el Salón de Actos, con fondos del Estado, pero la obra no quedó terminada, lo que fue labor de otros dirigentes.
En 1954, el director Eloy Arriola Senisse llevó a cabo la pavimentación del patio deportivo, con lo que se dio un gran auge a las actividades deportivas.
El profesor Eloy Arriola Senisse marca una época de oro en la vida institucional del Colegio “Javier Prado”. Su clara vocación orientada hacia la juventud lo llevó a la amistad con toda la gente y en especial con los alumnos, para quienes siempre tuvo un trato paternal y comprensivo. El gran momento del Colegio se vislumbró en el deporte, en las artes y en la preponderancia que alcanzó como alma máter de nivel provincial, incluso abarcando otra áreas de influencia como las provincias de Bolívar en La Libertad y algunos pueblos de las provincias amazonenses de Luya y Chachapoyas.
La gestión de Eloy Arriola Senisse se vio aureolada por una racha de éxitos a nivel interprovincial como la obtención del Campeonato Departamental de Fútbol y la célebre excursión a Chachapoyas en donde no solo vencieron en el deporte sino que, Guillermo Agustí, el joven tenor celendino, encandiló al público con su magistral interpretación del “Júrame” de María Grever. El respetable emocionado lo ovacionó de pie exigiendo repetición.
De esa época data la fotografía que en esta oportunidad insertamos, gracias a la amabilidad de Wálter Tavera Chávez.
Figuran sentados de izquierda a derecha: Dalila Marín Díaz, María Wenceslao Merino Díaz, César Pereira Chávez, Artemio Tavera Sorogastúa, Rvdo. Padre. Manuel Quiroz Velásquez, Director Eloy Arriola Senisse, Aureliano Rabanal Pereyra, Fulvia Chávez Sánchez, Francisco de Sales Chávez Pereyra y Uladislao Silva Sánchez.
De pie, César Augusto Díaz Dávila, Ruperto Díaz Acosta, Cap. Carlos de los Ríos, José Luis Fernández Peña, Uladislao Silva Merino, Arístides Merino Merino, Alfonso Peláez Bazán, Armando Salas Gamarra, Francisco Chávez Díaz y Manuel Silos Silva Pereyra.
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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