Hace algunos años, algunos jefes de las antiguas tribus norteamericanas que ahora viven en las reservas en las que los confinaron los sucesivos gobiernos de Estados Unidos, abordaron un avión en el aeropuerto de Nueva York, rumbo a Europa. Al llegar al aeropuerto de Madrid, al ser interrogados por una agencia noticiosa sobre el motivo de su viaje con atuendo tan original, contestaron:
-Hemos venido a descubrir Europa.
De esta manera ironizaban el tan cacareando “descubrimiento” de su propia tierra, que por cierto ya estaba descubierta y poblada, por "conquistadores" de una cultura diferente que se tomaba las atribuciones del más fuerte para considerar “salvajes” o “incivilizados” a los "descubiertos", por el simple hecho de que eran diferentes.
El gesto de los jefes norteamericanos era, además, una forma de protesta por el hecho de que el acto prepotente de “descubrir”, se tradujo en el expolio y exterminio físico y cultural que sufrieron tantas civilizaciones de nuestro mundo antiguo, a manos de los “civilizados” y “cultos” europeos que nos dejaron consecuencias que hasta ahora estamos sufriendo.
Nuestro país ha sido, y es, víctima de muchos “descubrimientos”, que finalmente terminan con la desaparición de las etnias y culturas autóctonas "descuibiertas", con todo el acerbo cultural que poseían: arquitectura, cerámica, orfebrería, lenguas nativas, etc. Todos los actos vándálicos que los desarrollados "descubridores" practicaron, y practica, en nombre del rey, de la religión, de la civilización, o lo que fuera, llevaron, y llevan, al exterminio a muchos de nuestros compatriotas y a la extinción de su cultura.
Uno de los “descubrimientos” más sonados de la época moderna fue el de la ciudadela inca de Machu Picchu, acto perpetrado por el político estadounidense Hiram Bingham, en 1911. Digo perpetrado porque las ruinas había sido ya "descubiertas" por el hacendado Agustín Lizárraga, propietario de las tierras en donde se asentaban las famosas ruinas, a quien sus “indios” habían conducido al lugar en donde yacía oculta por la maleza de siglos la famosa ciudad de piedra.
Esta gracia del descubrimiento de Bingham nos costó caro, porque además de servirle como catapulta para hacerse elegir senador y personaje conocido en todo el orbe, Bingham se llevó “prestadas por 18 meses” las reliquias que encontró durante las excavaciones -un conjunto de objetos cuyo número y valor quizás nunca conoceremos- para que sean estudiadas en la Universidad de Yale. ¡Vaya si serían difíciles de estudiar estos objetos que la devolución ha demorado casi un siglo! Decididamente los gringos siempre nos hacen cholitos a los peruanos, por lo que, esta claro, debemos desconfiar de cualquier político que asuma las características del gringo, al punto de hablar estropajosamente. ¡Un gringo es un gringo, así se disfrace de cuy!
El escándalo es que los estudiantes de la Universidad de Yale necesitaban un siglo más para estudiar las piezas de Machu Picchu y que en el inicio del actual mandato de Alan García firmaron un convenio con una comisión, presidida por el súper ministro aprista Hernán Garrido Lecca, para postergar la devolución por cien años más. Menos mal que el presidente, como ya es costumbre en él -sino recordemos el caso del indulto a Crousillat-, rectificó la acción y exigió la devolución de las reliquias. Mucho más si, en este año en que se cumple el centenario del “descubrimiento” de Bingham, esto podía servirle como argumento político.
Esta intención explica la parafernalia con que fue recibido el primer lote de la devolución, con gran despliegue de fuerzas policiales, vehículos motorizados, enormes pancartas, altavoces y, por todos lados, el conocido logotipo que pretende engañar a los peruanos : “El Perú avanza”.
Definitivamente los políticos no tienen remedio, sobre todo los apristas, ahora que ven peligrar su existencia como partido, en el caso merecido de que no pasen la valla del 5 %, apelan a todo, a cualquier cosa. Con tal de hacerse reelegirse intentan cohechar al pueblo via regalos, se tarrajean con photoshop en sus fotos electorales, faltan a sus deberes congresales, usan las oficinas del congreso como locales de campaña y hasta comercian políticamente con las reliquias de Machu Picchu y su dudoso “descubrimiento”. Un “descubrimiento” que para nosotros solo existió en la mente sojuzgada de quienes creen que los extranjeros nos “descubren” y son mejores que los peruanos.
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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-Hemos venido a descubrir Europa.
De esta manera ironizaban el tan cacareando “descubrimiento” de su propia tierra, que por cierto ya estaba descubierta y poblada, por "conquistadores" de una cultura diferente que se tomaba las atribuciones del más fuerte para considerar “salvajes” o “incivilizados” a los "descubiertos", por el simple hecho de que eran diferentes.
El gesto de los jefes norteamericanos era, además, una forma de protesta por el hecho de que el acto prepotente de “descubrir”, se tradujo en el expolio y exterminio físico y cultural que sufrieron tantas civilizaciones de nuestro mundo antiguo, a manos de los “civilizados” y “cultos” europeos que nos dejaron consecuencias que hasta ahora estamos sufriendo.
Nuestro país ha sido, y es, víctima de muchos “descubrimientos”, que finalmente terminan con la desaparición de las etnias y culturas autóctonas "descuibiertas", con todo el acerbo cultural que poseían: arquitectura, cerámica, orfebrería, lenguas nativas, etc. Todos los actos vándálicos que los desarrollados "descubridores" practicaron, y practica, en nombre del rey, de la religión, de la civilización, o lo que fuera, llevaron, y llevan, al exterminio a muchos de nuestros compatriotas y a la extinción de su cultura.
Uno de los “descubrimientos” más sonados de la época moderna fue el de la ciudadela inca de Machu Picchu, acto perpetrado por el político estadounidense Hiram Bingham, en 1911. Digo perpetrado porque las ruinas había sido ya "descubiertas" por el hacendado Agustín Lizárraga, propietario de las tierras en donde se asentaban las famosas ruinas, a quien sus “indios” habían conducido al lugar en donde yacía oculta por la maleza de siglos la famosa ciudad de piedra.
Esta gracia del descubrimiento de Bingham nos costó caro, porque además de servirle como catapulta para hacerse elegir senador y personaje conocido en todo el orbe, Bingham se llevó “prestadas por 18 meses” las reliquias que encontró durante las excavaciones -un conjunto de objetos cuyo número y valor quizás nunca conoceremos- para que sean estudiadas en la Universidad de Yale. ¡Vaya si serían difíciles de estudiar estos objetos que la devolución ha demorado casi un siglo! Decididamente los gringos siempre nos hacen cholitos a los peruanos, por lo que, esta claro, debemos desconfiar de cualquier político que asuma las características del gringo, al punto de hablar estropajosamente. ¡Un gringo es un gringo, así se disfrace de cuy!
El escándalo es que los estudiantes de la Universidad de Yale necesitaban un siglo más para estudiar las piezas de Machu Picchu y que en el inicio del actual mandato de Alan García firmaron un convenio con una comisión, presidida por el súper ministro aprista Hernán Garrido Lecca, para postergar la devolución por cien años más. Menos mal que el presidente, como ya es costumbre en él -sino recordemos el caso del indulto a Crousillat-, rectificó la acción y exigió la devolución de las reliquias. Mucho más si, en este año en que se cumple el centenario del “descubrimiento” de Bingham, esto podía servirle como argumento político.
Esta intención explica la parafernalia con que fue recibido el primer lote de la devolución, con gran despliegue de fuerzas policiales, vehículos motorizados, enormes pancartas, altavoces y, por todos lados, el conocido logotipo que pretende engañar a los peruanos : “El Perú avanza”.
Definitivamente los políticos no tienen remedio, sobre todo los apristas, ahora que ven peligrar su existencia como partido, en el caso merecido de que no pasen la valla del 5 %, apelan a todo, a cualquier cosa. Con tal de hacerse reelegirse intentan cohechar al pueblo via regalos, se tarrajean con photoshop en sus fotos electorales, faltan a sus deberes congresales, usan las oficinas del congreso como locales de campaña y hasta comercian políticamente con las reliquias de Machu Picchu y su dudoso “descubrimiento”. Un “descubrimiento” que para nosotros solo existió en la mente sojuzgada de quienes creen que los extranjeros nos “descubren” y son mejores que los peruanos.
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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