jueves, 21 de julio de 2011

HISTORIA: En el fragor de la Guerra Civil Española

TRES CAJAMARQUINOS CONTRA FRANCO
Por Jorge Pereyra
Un día como hoy, hace 75 años, en 1936, en España, empezaron las hostilidades entre el bando fascista y el republicano, desencadenándose esa hecatombe histórica que fue la Guerra Civil.
Esta contienda fue un conflicto social, político y militar que se desencadenó en la Madre Patria con el intento de golpe de estado lanzado por una parte del ejército contra el gobierno de la Segunda República Española. La carnicería duró casi tres años, en los cuales las potencias nazis y fascistas de Europa experimentaron sus armamentos y tácticas y permitieron el triunfo de su engendro español. Concluyó el 1 de abril de 1939, con el último parte de guerra firmado por el general Francisco Franco, declarando su victoria y estableciendo así, de hecho, su feroz dictadura en la tierra de Unamuno y Cervantes, tiranía que iba a durar tres décadas y media.
La Guerra Civil Española ha sido considerada como el sangriento preámbulo de la Segunda Guerra Mundial pues sirvió de campo de pruebas para las potencias del Eje (Alemania, Italia, Japón y Portugal), además de que supuso un desenlace entre las principales ideologías políticas que pugnaban por imponerse en Europa y que necesariamente entrarían en conflicto poco tiempo después: el fascismo, la democracia liberal y los diversos movimientos revolucionarios de izquierda (socialistas, comunistas, anarquistas y trotskistas).
Francisco Franco y su ejército sublevado recibieron la ayuda de Alemania a través de la Legión Cóndor, el grupo aéreo que bombardeó y asesinó indefensas poblaciones civiles como Guernica, bombardeo que fuera inmortalizado en una pintura magistral de Pablo Picasso.

Las Brigadas Internacionales integradas por jóvenes de diversos países que lucharon en defensa de la República Española.

Por su parte, el dictador italiano Benito Mussolini envió un ejército de 90.000 hombres en apoyo de los falangistas españoles.
La causa del pueblo español contaba con la simpatía del mundo entero, de todas las conciencias que rechazaban el militarismo fascista, pero este apoyo fue endeble, en todo caso insuficiente. Para empezar, las democracias europeas dudaron en entrar de lleno en el conflicto, para evitar la conflagración con Alemania. No hicieron sino postergarla.
LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
La juventud del mundo, en cambio, sí se hizo presente en la defensa del pueblo español. Voluntarios extranjeros de 54 países agrupados en las famosas Brigadas Internacionales llegaron a España para combatir junto al ejército democrático de la Segunda República.
Las Brigadas participaron en la defensa de Madrid, en las batallas de Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel, Aragón y del Ebro.
Según el historiador Andreu Castells, llegaron a participar en total 59.380 brigadistas extranjeros, de los cuales 15.000 quedaron para siempre enterrados en el suelo español.
No eran soldados y estaban constituidos en su gran mayoría por obreros, intelectuales, estudiantes, artistas, periodistas, poetas y escritores. De Estados Unidos llegó la Brigada Lincoln. Hubo asimismo brigadistas de Canadá, Inglaterra y de América Latina. Este rol es atribuible a creadores como César Vallejo y Pablo Neruda, que se batieron con su pluma y agitando las conciencias. La nacionalidad más numerosa fue siempre la francesa, con una cifra cercana a los 10.000 hombres, fundamentalmente de la zona de París. En sus filas estuvo el escritor André Malrau.

Una de las obras de Armando Bazán acerca de Vallejo con quien compartió los avatares en la España de la Guerra Civil.

LOS BRIGADISTAS CAJAMARQUINOS
Cajamarca también estuvo presente en esa contienda, en lo que yo he llamado la Brigada Catequil, a través de la participación del poeta celendino Armando Bazán Velásquez y de los estudiantes cajamarquinos Juan Napoleón Valera Florián y Absalón Vergara Ortiz. Por supuesto, cientos de cajamarquinos más participaron con su corazón en este conflicto.
Valera y Vergara eran muy jóvenes, y ambos llegaron a Barcelona para estudiar Medicina, pero el estallido de la guerra intestina en la Madre Patria los sorprendió. Animados por su gran sensibilidad social, ambos decidieron quedarse en España para luchar contra el fascismo, abrazando la noble causa del pueblo español.
Al final de la guerra, con el triunfo del bando fascista, Juan Valera fue hecho prisionero y recluido en un campo de concentración durante 5 años, hasta 1944, año en que Armando Bazán consiguió que fuera amnistiado gracias a su cargo de secretario privado del presidente Manuel Prado Ugarteche.
Absalón Vergara, en cambio, cayó luchando en las trincheras, durante el bombardeo fascista de la ciudad de Barcelona en 1938. Allí ofrendó su vida, en defensa de la causa anarquista de Catalunya.
Sus restos descansan en España, la tierra que él tanto amó y por la que dio su vida y su juventud.
Ojalá algún día, el gobierno regional de Cajamarca coloque una placa en su tumba para manifestar que los cajamarquinos no hemos olvidado su heroico sacrificio.

1 comentario:

Jorge >Horna dijo...

Excelentes datos indagados por el amigo Jorge Pereya Salas.

Cajamarca y sus provincias deberían sentirse honrados por la accción intelectual y emoción social de aquellos jóvenes que en la búsqueda de concretizar sus ideales de libertad y justicia expusieron y ofrendaron los mejoree años de su vida al lado de los alzados españoles por la democracia y un mundo mejor.

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