Por Crispín Piritaño
Celendín
Los integrantes del colectivo Celendín Pueblo Mágico, CPM II, Celendín Resistente, Espina de Maram y Fuscán, somos opuestos, por principio, a toda actividad extractiva que, con afanes de lucro desmesurados, destruyan la biodiversidad ecológica que nos garantiza una forma digna de vida. Por esto no nos agravian ni molestan las opiniones de los pro mineros y felipillos en el sentido de que nosotros propiciamos la minería informal en Minas Conga. Los que predicen otro Tambogrande o Madre de Dios, en Minas Conga, simplemente no conocen la realidad geográfica de esta cabecera de cuenca y hablan por hablar.
Si partimos del principio que tanto los mineros “ilegales”, que no aportan nada al fisco, y los “legales”, que calman las pesadillas del gobierno con dólares, causan desastres IRREVERSIBLES al medio ambiente, nuestra actitud es coherente porque, ante todo, ambos grupos propician la explotación humana. Los primeros mediante la trata de niños esclavizados en las tareas mineras, y de niñas prostituyéndose en los tugurizados campamentos, y los otros mediante el uso de services que explotan a los campesinos pagándoles una miseria, mientras los “socios” de Yanacocha se embolsan jugosas ganancias.
No somos tontos. Sería ingenuo creer que los mineros informales son autogestionarios. La verdad es que ellos también son explotados por personajes siniestros como Eulogio Amado Romero, alias el “Come oro”, un congresista que para llegar a serlo no ha tenido más mérito que el tener dinero mal habido y acogerse al voto preferencial, una falla del sistema que permite que estos sujetos y otros ejemplares de esta aciaga fauna empañen la imagen del Congreso hasta convertirlo en un circo de fantoches, en una pocilga de mediocres.
Se equivocan pues opinantes profesionales como Mario Vargas Llosa cuando dicen que quienes estamos contra la minera Yanacocha estamos a favor de la minería "informal".
Los daños que ocasionan los mineros de una y otra laya los perpetran en lugares que la racionalidad y la cultura normalmente preservarían, como son las reservas naturales, en el caso de Madre de Dios, y las cabeceras de cuenca, como es el caso de Celendín, a donde Yanacocha pretende ampliar los daños que ya ocasionó en Cajamarca. Como vemos, ambos grupos lucran atentando contra la salud y el derecho a vivir en un ambiente sano de las poblaciones que han tenido la desgracia de tener recursos mineros en las entrañas de su tierra.
La brutal campaña del gobierno, en la que participa incluso la esposa del presidente, y de toda la prensa parametrada y genuflexa, encarnada en el fofo (físico y moral) Jaime Althaus y algunos de sus entrevistados, contra los mineros "informales", "ilegales", o lo que fueren, culpándolos de todos los males que engendra la minería, nos parecen desmesurados e incongruentes, porque es obvio que el mensaje subliminal que envían pretende santificar a las mineras transnacionales, presentándolas como si fueran empresas “responsables” que emplean métodos que preservan el medio ambiente y que llevan progreso a las comunidades que en realidad devastan y expolian.
La verdad de la milanesa es otra, que lo digan los sufridos pobladores y mineros explotados del centro y sur del Perú, los contaminados de Magdalena y Choropampa, los campesinos despojados de sus tierras por la avidez de Yanacocha y los mártires como Edmundo Becerra, que fueron asesinados por defender su derecho a vivir en comunión con la naturaleza.
Es patético el pataleo del gobierno y sus aliados contra los mineros "informales". Está claro que la existencia de esta actividad les sirven también como una cortina de humo para acallar la protesta generalizada en los medios políticos contra los privilegios que tendría el hermano del presidente en su nueva cárcel dorada. A esta protesta se han sumado en forma inexplicable los acólitos del fujimontescinismo, como si su jefe, el reo convicto y confeso, no hubiera dirigido la campaña de su hija desde la cárcel dorada de la DIROES. ¿Qué le dijo el tiesto a la olla?
Lo que en última instancia queda claro en este país que parece que nunca dejará de ser un lupanar es que los que atacan a los mineros "informales", por el momento lo hacen para poder privilegiar a los mineros "formales", que dañan al Perú pero pagan rico.
¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN. CONGA NO VA, Y NO VA!
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Celendín
Los integrantes del colectivo Celendín Pueblo Mágico, CPM II, Celendín Resistente, Espina de Maram y Fuscán, somos opuestos, por principio, a toda actividad extractiva que, con afanes de lucro desmesurados, destruyan la biodiversidad ecológica que nos garantiza una forma digna de vida. Por esto no nos agravian ni molestan las opiniones de los pro mineros y felipillos en el sentido de que nosotros propiciamos la minería informal en Minas Conga. Los que predicen otro Tambogrande o Madre de Dios, en Minas Conga, simplemente no conocen la realidad geográfica de esta cabecera de cuenca y hablan por hablar.
Si partimos del principio que tanto los mineros “ilegales”, que no aportan nada al fisco, y los “legales”, que calman las pesadillas del gobierno con dólares, causan desastres IRREVERSIBLES al medio ambiente, nuestra actitud es coherente porque, ante todo, ambos grupos propician la explotación humana. Los primeros mediante la trata de niños esclavizados en las tareas mineras, y de niñas prostituyéndose en los tugurizados campamentos, y los otros mediante el uso de services que explotan a los campesinos pagándoles una miseria, mientras los “socios” de Yanacocha se embolsan jugosas ganancias.
No somos tontos. Sería ingenuo creer que los mineros informales son autogestionarios. La verdad es que ellos también son explotados por personajes siniestros como Eulogio Amado Romero, alias el “Come oro”, un congresista que para llegar a serlo no ha tenido más mérito que el tener dinero mal habido y acogerse al voto preferencial, una falla del sistema que permite que estos sujetos y otros ejemplares de esta aciaga fauna empañen la imagen del Congreso hasta convertirlo en un circo de fantoches, en una pocilga de mediocres.
Se equivocan pues opinantes profesionales como Mario Vargas Llosa cuando dicen que quienes estamos contra la minera Yanacocha estamos a favor de la minería "informal".
Los daños que ocasionan los mineros de una y otra laya los perpetran en lugares que la racionalidad y la cultura normalmente preservarían, como son las reservas naturales, en el caso de Madre de Dios, y las cabeceras de cuenca, como es el caso de Celendín, a donde Yanacocha pretende ampliar los daños que ya ocasionó en Cajamarca. Como vemos, ambos grupos lucran atentando contra la salud y el derecho a vivir en un ambiente sano de las poblaciones que han tenido la desgracia de tener recursos mineros en las entrañas de su tierra.
Si comparamos la destrucción que provocan la minería "informal" y la "formal" veremos que se trata de la misma chola con diferente calz...ado. Lo de arriba lo hacen con ojotas y lo de abajo con calzado y cascos de minero.
La brutal campaña del gobierno, en la que participa incluso la esposa del presidente, y de toda la prensa parametrada y genuflexa, encarnada en el fofo (físico y moral) Jaime Althaus y algunos de sus entrevistados, contra los mineros "informales", "ilegales", o lo que fueren, culpándolos de todos los males que engendra la minería, nos parecen desmesurados e incongruentes, porque es obvio que el mensaje subliminal que envían pretende santificar a las mineras transnacionales, presentándolas como si fueran empresas “responsables” que emplean métodos que preservan el medio ambiente y que llevan progreso a las comunidades que en realidad devastan y expolian.
La verdad de la milanesa es otra, que lo digan los sufridos pobladores y mineros explotados del centro y sur del Perú, los contaminados de Magdalena y Choropampa, los campesinos despojados de sus tierras por la avidez de Yanacocha y los mártires como Edmundo Becerra, que fueron asesinados por defender su derecho a vivir en comunión con la naturaleza.
Es patético el pataleo del gobierno y sus aliados contra los mineros "informales". Está claro que la existencia de esta actividad les sirven también como una cortina de humo para acallar la protesta generalizada en los medios políticos contra los privilegios que tendría el hermano del presidente en su nueva cárcel dorada. A esta protesta se han sumado en forma inexplicable los acólitos del fujimontescinismo, como si su jefe, el reo convicto y confeso, no hubiera dirigido la campaña de su hija desde la cárcel dorada de la DIROES. ¿Qué le dijo el tiesto a la olla?
Lo que en última instancia queda claro en este país que parece que nunca dejará de ser un lupanar es que los que atacan a los mineros "informales", por el momento lo hacen para poder privilegiar a los mineros "formales", que dañan al Perú pero pagan rico.
¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN. CONGA NO VA, Y NO VA!
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