Por Crispín Piritaño
Celendín
Leyendo los comentarios que algunos aventureros hacen acerca de la crítica situación que se cierne como una tenebrosa amenaza sobre Cajamarca, específicamente en la zona que alimenta hídricamente Minas Conga, hemos tenido vergüenza ajena, pues nos causa estupor un personajillo que en algún momento el Apra improvisó como director de la UGE de Celendín, cuando, su triste comentario lo rubrica así, no tiene más de dos dedos de frente y carece de la perspectiva histórica que debe caracterizar a una autoridad educativa, de cualquier nivel que fuere. Creer que los mercenarios de la policía y el ejército han tomado Celendín, Bambamarca y Cajamarca para cuidar el orden es sencillamente ingenuo y candoroso. No empleo el calificativo de infantil por respeto a nuestros niños que seguramente están en otro pie.
Todo el Perú se ha dado cuenta de las desesperadas maniobras del presidente Ollanta, que mintió y traicionó en Cajamarca para ungirse como el títere de las transnacionales mineras que solo pueden delinquir en el Perú con sus sistemas criminales y contaminadores de nuestra niñez, porque en otros países están prohibidos de operar. El inepto Valdés no tiene más argumentos que imponer por la fuerza un proyecto que rechaza el 90 % de los cajamarquinos por la siniestra performance que ha perpetrado Yanacocha en Cajamarca.
A un limitado de intelecto como él no le atemoriza la perspectiva de un nuevo baguazo que bañe de sangre otra vez al Perú en donde las víctimas sean los de abajo y los inermes, porque los prepotentes van bien armados, protegidos y con licencia para matar si la ocasión y la impunidad lo requieren. El pretexto es defender el orden de los extremistas que buscan el atraso del país.
La presencia de los uniformados mentales solo tiene una razón: imponer por la fuerza el proyecto. Y es que Yanacocha siempre jugó con trampa en Cajamarca. Primero hizo aprobar como sea, en los últimos instantes del gobierno de Crazy Horse un EIA a todas luces falso y alejado de la realidad de Minas Conga. Segundo, el peritaje no ha partido de cero como debía ser sino que pretende corregir lo hecho y fecho por Yanacocha.
La verdad de la milanesa es que, como todos los políticos implicados en este asunto tuvieron fractura de mano bajo la mesa, tienen que cumplir con ese compromiso desleal al Perú y en especial a todos los habitantes que tienen la desgracia de poseer recursos minerales en su subsuelo. Sino ¿Por qué creen que Doe Run se porta prepotente en La Oroya y pretende que todos los peruanos indemnicemos a los niños afectados irreversiblemente por el plomo, cuando a esta misma empresa el gobierno norteamericano le ha aplicado una multa que corresponde a más de treinta millones de dólares por cada niño enfermo?
Los únicos que están de acuerdo con que Yanacocha siga contaminando y destruyendo a Cajamarca son los felipillos y los títeres que han hecho algún negocio con la minera. Los despojados, campesinos que sufrirán las consecuencias y el público consecuente con el papel que le compete como ciudadano responsable del futuro de su terruño está en completo desacuerdo y dispuesto a emprender la resistencia pacífica como arma contra la prepotencia y el entreguismo del estado, así con minúscula, porque no actúa como tal.
Celendín
Leyendo los comentarios que algunos aventureros hacen acerca de la crítica situación que se cierne como una tenebrosa amenaza sobre Cajamarca, específicamente en la zona que alimenta hídricamente Minas Conga, hemos tenido vergüenza ajena, pues nos causa estupor un personajillo que en algún momento el Apra improvisó como director de la UGE de Celendín, cuando, su triste comentario lo rubrica así, no tiene más de dos dedos de frente y carece de la perspectiva histórica que debe caracterizar a una autoridad educativa, de cualquier nivel que fuere. Creer que los mercenarios de la policía y el ejército han tomado Celendín, Bambamarca y Cajamarca para cuidar el orden es sencillamente ingenuo y candoroso. No empleo el calificativo de infantil por respeto a nuestros niños que seguramente están en otro pie.
Todo el Perú se ha dado cuenta de las desesperadas maniobras del presidente Ollanta, que mintió y traicionó en Cajamarca para ungirse como el títere de las transnacionales mineras que solo pueden delinquir en el Perú con sus sistemas criminales y contaminadores de nuestra niñez, porque en otros países están prohibidos de operar. El inepto Valdés no tiene más argumentos que imponer por la fuerza un proyecto que rechaza el 90 % de los cajamarquinos por la siniestra performance que ha perpetrado Yanacocha en Cajamarca.
A un limitado de intelecto como él no le atemoriza la perspectiva de un nuevo baguazo que bañe de sangre otra vez al Perú en donde las víctimas sean los de abajo y los inermes, porque los prepotentes van bien armados, protegidos y con licencia para matar si la ocasión y la impunidad lo requieren. El pretexto es defender el orden de los extremistas que buscan el atraso del país.
La presencia de los uniformados mentales solo tiene una razón: imponer por la fuerza el proyecto. Y es que Yanacocha siempre jugó con trampa en Cajamarca. Primero hizo aprobar como sea, en los últimos instantes del gobierno de Crazy Horse un EIA a todas luces falso y alejado de la realidad de Minas Conga. Segundo, el peritaje no ha partido de cero como debía ser sino que pretende corregir lo hecho y fecho por Yanacocha.
La verdad de la milanesa es que, como todos los políticos implicados en este asunto tuvieron fractura de mano bajo la mesa, tienen que cumplir con ese compromiso desleal al Perú y en especial a todos los habitantes que tienen la desgracia de poseer recursos minerales en su subsuelo. Sino ¿Por qué creen que Doe Run se porta prepotente en La Oroya y pretende que todos los peruanos indemnicemos a los niños afectados irreversiblemente por el plomo, cuando a esta misma empresa el gobierno norteamericano le ha aplicado una multa que corresponde a más de treinta millones de dólares por cada niño enfermo?
Los únicos que están de acuerdo con que Yanacocha siga contaminando y destruyendo a Cajamarca son los felipillos y los títeres que han hecho algún negocio con la minera. Los despojados, campesinos que sufrirán las consecuencias y el público consecuente con el papel que le compete como ciudadano responsable del futuro de su terruño está en completo desacuerdo y dispuesto a emprender la resistencia pacífica como arma contra la prepotencia y el entreguismo del estado, así con minúscula, porque no actúa como tal.
¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN. CONGA NO VA Y NO VA!
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