Para Jorge Antonio Chávez
Querido Jorge:
Veo que al final de su interesante e informada carta, nuestro amigo Alvaro Bazán se pregunta de qué sirvió el esfuerzo de Alfredo Pita y de otros paisanos, que en julio 2007 le solicitaron al alcalde de Celendín que preserve la ciudad. Es una buena pregunta, que hay que comentar.
Reunión de celendinos con el alcalde Juan Tello
En segundo lugar, que sirvió de mucho, pues fue un jalón más en el largo esfuerzo por crear conciencia sobre el deterioro de nuestro pueblo y de su medio ambiente, lucha en la que hemos estado solos tú, yo y unos cuantos celendinos responsables más, únicamente apoyados por la asociación Celendín Pueblo Mágico, que no cesa en esta lucha desde hace más de dos años.
Hoy, si finalmente hemos pasado de la prédica y la resistencia a una reacción más concreta es gracias a los esfuerzos de los que durante un tiempo araron solos y aparentemente en el mar. Hoy ya no estamos solos, ahora somos un frente celendino y en buena hora.
Sobre la famosa reunión de agosto de 2007 hay que decir que, en realidad, el alcalde y sus concejales sólo se tomaron un tiempo para seguir con la misma dinámica destructora e irresponsable del equipo municipal anterior. La destrucción del pueblo como unidad arquitectónica y urbanística no sólo ha continuado sino que se ha acelerado en los últimos meses. El alcalde Tello nos engañó, pues, cuando nos dijo que iba a promulgar una ordenaza reglamentando la construcción para preservar la fisonomía del pueblo.
Graves sospechas pesan ahora sobre el origen de las fortunas que compran las viejas casonas de Celendín. Así mismo, sobre las motivaciones de las autoridades que autorizan su demolición y la construcción de horripilantes remedos de edificios costeños en el pueblo, como el que surge actualmente en una esquina de la Plaza Mayor.
La respuesta tiene que ser múltiple: técnica (ver si el Reglamento Nacional de Costrucciones, al que alude Alvaro, está siendo aplicado), judicial (denunciar las violaciones legales que se hayan cometido, incluidos los casos de prevaricato, en caso de que sea cierto, por ejemplo, que el concejal que aprueba los proyectos es el mismo que los prepara para los propietarios) y política (hacer lo necesario para que estas malas autoridades nunca vuelvan a ser reelectas).
Para ello vamos a seguir apoyando la valiente campaña que ya hace más de dos años lanzó la página de los celendinos, Celendín Pueblo Mágico, y, por supuesto, estimulando por todos medios la organización de la resistencia civil, en el pueblo mismo, de los celendinos que han dicho basta y que están dispuestos a enfrentar a las autoridades felonas.
Como Alvaro Bazán, como el doctor Mario Chavez, de la Asociación Celendina de Trujillo, como los que hoy se organizan en el pueblo mismo en el Movimiento de Identidad Celendín, y tantos otros paisanos conscientes, dispuestos a defender la magnifica ciudad que nos dejaron nuetros antepasados, estoy listo para juntar fuerzas, para sumarme al empeño. Unámonos para derrotar a los enemigos de Celendín, a sus bárbaros destructores.
Un gran abrazo.
Alfredo Pita
PS/ Creo que es urgente plantear ante el Poder Judicial un recurso de amparo para detener la actual destrucción, antes de otras y más contundentes medidas.
Querido Jorge:
Veo que al final de su interesante e informada carta, nuestro amigo Alvaro Bazán se pregunta de qué sirvió el esfuerzo de Alfredo Pita y de otros paisanos, que en julio 2007 le solicitaron al alcalde de Celendín que preserve la ciudad. Es una buena pregunta, que hay que comentar.
La respuesta es doble. En primer lugar habría que decir que sirvió de poco, si nos atenemos al comportamiento del alcalde Juan Tello, que prometió mucho e hizo todo lo contrario; aunque en un primer momento, quienes asistieron a la reunión -el escritor Jorge Díaz Herrera, tú mismo, pues estuviste presente, y el que suscribe, entre otros-, tuvimos la impresión de que el alcalde entendía nuestros argumentos y se hacía cargo de la tarea histórica que tenía entre las manos y que era preservar Celendín.
Reunión de celendinos con el alcalde Juan Tello
Hoy, si finalmente hemos pasado de la prédica y la resistencia a una reacción más concreta es gracias a los esfuerzos de los que durante un tiempo araron solos y aparentemente en el mar. Hoy ya no estamos solos, ahora somos un frente celendino y en buena hora.
Sobre la famosa reunión de agosto de 2007 hay que decir que, en realidad, el alcalde y sus concejales sólo se tomaron un tiempo para seguir con la misma dinámica destructora e irresponsable del equipo municipal anterior. La destrucción del pueblo como unidad arquitectónica y urbanística no sólo ha continuado sino que se ha acelerado en los últimos meses. El alcalde Tello nos engañó, pues, cuando nos dijo que iba a promulgar una ordenaza reglamentando la construcción para preservar la fisonomía del pueblo.
Graves sospechas pesan ahora sobre el origen de las fortunas que compran las viejas casonas de Celendín. Así mismo, sobre las motivaciones de las autoridades que autorizan su demolición y la construcción de horripilantes remedos de edificios costeños en el pueblo, como el que surge actualmente en una esquina de la Plaza Mayor.
La respuesta tiene que ser múltiple: técnica (ver si el Reglamento Nacional de Costrucciones, al que alude Alvaro, está siendo aplicado), judicial (denunciar las violaciones legales que se hayan cometido, incluidos los casos de prevaricato, en caso de que sea cierto, por ejemplo, que el concejal que aprueba los proyectos es el mismo que los prepara para los propietarios) y política (hacer lo necesario para que estas malas autoridades nunca vuelvan a ser reelectas).
Para ello vamos a seguir apoyando la valiente campaña que ya hace más de dos años lanzó la página de los celendinos, Celendín Pueblo Mágico, y, por supuesto, estimulando por todos medios la organización de la resistencia civil, en el pueblo mismo, de los celendinos que han dicho basta y que están dispuestos a enfrentar a las autoridades felonas.
Como Alvaro Bazán, como el doctor Mario Chavez, de la Asociación Celendina de Trujillo, como los que hoy se organizan en el pueblo mismo en el Movimiento de Identidad Celendín, y tantos otros paisanos conscientes, dispuestos a defender la magnifica ciudad que nos dejaron nuetros antepasados, estoy listo para juntar fuerzas, para sumarme al empeño. Unámonos para derrotar a los enemigos de Celendín, a sus bárbaros destructores.
Un gran abrazo.
Alfredo Pita
PS/ Creo que es urgente plantear ante el Poder Judicial un recurso de amparo para detener la actual destrucción, antes de otras y más contundentes medidas.
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