Alguna gente hasta nos ha tildado de cobardes por criticar la labor del Comité pro Feria y ya no queríamos abundar en comentarios sobre el tema, porque ¿cómo convencer a un fanático que Fujimori no se llevó al Perú en maletines? No hay más sordo que el que no quiere oír. Pero nos ha llegado un sabroso comentario de un turista que nos brinda un testimonio imparcial de lo que sucedió en Celendín en las fiestas. Un texto que nos pareció tan sincero y jocoso que no hemos resistido la tentación de publicarlo. Después de esto, huelgan comentarios acerca de la labor del Comité de marras. Esta es la impresión que deja Celendín a un turista que nos visita. Y punto (NdlR).
¿POR QUÉ, CELENDÍN?
Por Percy Llaque
Celendín, Celendín, después de esperar un año regresé a ti, con mucha ilusión y sobre todo muy bien acompañado.
Jueves 29 de julio del 2010, partí hacia el lindo Celendín en compañía de mi amigo Danilo de Trujillo, mi primo Juan Carlos de Lima y Jorge Luis, que iba alegrando la fiesta desde que lo recogimos de su casa.
Antes de continuar este relato me gustaría hacerles notar que esta nueva crónica está dedicada especialmente a la gente de Celendín y sobretodo a sus autoridades, que al parecer no leyeron mi crónica anterior, donde a Celendín la catalogo como una de las mejores provincias del Perú.
Bueno, llegamos a La Encañada, tomamos un par de cervezas para ir acostumbrando el cuerpo a la fiesta, seguimos por un camino TODAVIA NO EMPISTADO, una muestra del gran desinterés de sus gobernantes, que lo único que no se les podría criticar es por el excesivo frio que hizo este año, ya que eso no depende de ellos.
Luego de 2 horas 55 minutos de viaje llegamos a nuestro destino y aquí comienza la historia que es necesario relatar.
Primero, ¿me creerán que no encontrábamos el hospedaje que habíamos reservado, porque no se a qué “inteligente” alcalde o regidor se le ocurrió llenar las principales calles de Celendín de ambulantes? ¡De veras! Las principales calles, que otrora le daban belleza a Celendín,, no las hallamos. No sabíamos en qué laberinto habíamos entrado y tuvimos que sacar nuestro equipaje e ir a pie, hasta dar con el hospedaje.
Luego, la segunda sorpresa, la falta de agua, todo Celendín estaba sin agua, ¡así que, ni hablar!, tuvimos que comprar diez botellas de agua mineral. Cómo es posible que justo para la fiesta no haya agua. Señor Alcalde de Celendín. Espero que este leyendo este relato para que se dé cuenta de la pésima gestión que está haciendo en su provincia.
Llegó la noche y después de una caja de cerveza y un ron para el frio, esperamos a ver que ofrecían los del Comité de Fiesta en la Plaza, ya que se estaba armando un pequeño tabladillo y los equipos de sonido estaba a volumen 100… ¿Y qué creen? Tres tipos con cara de arrepentidos de su anterior vida subieron al escenario, guitarra en mano, ¡a cantar alabanzas a Dios! No estoy en contra de la religión, pero ¡cómo se les ocurre, en plena fiesta de Celendín, hacer una presentación evangélica en la Plaza de Armas! Cuando la mayoría de visitantes había ido a bailar, a tomar, a disfrutar de la fiesta, la bulla que hacían los evangélicos era tan fuerte que hasta el Grupo 5 quería comprar ese equipo de sonido. Para colmo, el enfermo que estaba con el micro con su voz cavernosa le decía a la gente: ¡HERMANOOOOOSSSS, NO TOMEEEEENNNNN, NO BAILEEEENNN, ESO ES MALOOOOOOOOO! ¡DIOS LES VA A CASTIGAAAAAAARRRR! ¡YO ESTOY SALVO PORQUE DEJE DE TOMAAAAAAARRRRRR!, tremendo borracho debe haber sido. Ya me imagino cómo habrá bebido antes, y quién sabe si hasta ahora, para andar berreando así… ¿Dónde quedó la otrora clara inteligencia de los celendinos? Señores, cada cosa a su tiempo. Con esa imaginación enferma, a la Virgen del Carmen pronto lo sacarán en el Corso de Carnaval. Para completar la noche, mi primo Juan no se cansaba de decirme ¡oye, y donde está la pileta iluminada… jajajaja!
Al fin, plan de 11 de la noche, se cansaron de hacernos remorder la conciencia. En el patio de la Municipalidad estaban tocando nuestros adorados y engreídos ZANCUDOS DE CELENDÍN y ni hablar, los que sacaron cara por Celendín este año, a mi parecer, fueron ellos.
Al día siguiente, ay, al día siguiente, ¡hubiese preferido no levantarme...! Bueno, fuimos a tomar unas cervecitas a la Plaza (porque para eso es la fiesta), nos dio la 1 y a alquilar nuestro asiento a la Plaza de Toros. ¡Dios Mío! Conseguí asiento en la cuarta fila, nada mas y nada menos que a 35 soles, donde sólo pude ver los sombreros de los de adelante y los pies de los de encima (los del palco). Yo pensé -como el año pasado estuve adelantito- que la plaza era espectacular, pero ahora entiendo porque a un mucha gente no le gusta. Regresamos al hotel, descansamos un ratito y a la Plaza, a esperar el Baile del Grupo 5 y mi primo seguía fregando con lo de ¿oye..., y la pileta iluminada...? Espero que el alcalde y el Comité de Fiesta sigan leyendo esto.
Al fin, dentro de la fiesta, el Grupo 5 como siempre excelente, y dije, hora de comprar la cerveza. ¡Por las barbas de mi abuelo! ¿De quién fue la idea de comprar cerveza? ¡No puede ser lo que está pasando, llamen a la policía! ¿La policía…, jajaja? ¡Virgencita del Carmen!:
Cerveza en caja………………… 84.00 Soles, si quieres
Bueno, qué vamos a hacer… Compra nomas, ¿quéeeeeeeeeeee, QUARAAAA, cerveza QUARA?, ¡Váyanse al carajo!, y discúlpenme la expresión, esto era un robo! Son unos abusivos. ¿Qué pasa, Celendín, así tratas a tu gente y a los turistas?
De cólera, más que de alegría salimos del baile a las 5 de la mañana. Llegamos al Hotel Raymi Huasy… MALDITA SEA, no había la llave. Fuimos al cuarto y qué creen, nos había robado…. Tres cámaras digitales, dos casacas, nuestros sombreros shilicos que habíamos comprado, toda la plata que dejamos para los tres días siguientes y hasta un paquete de cigarros…
-Señor, señor, ¿dónde está el dueño?
-¿¡Qué pasa, que pasa….!?
-¡Señor, nos han robado….!
-¡Y yo, qué tengo que ver! No es mi problema, ¿por qué no cuidan sus cosas?
-¡QUÉ COSA!
Juan tranquilízate, vamos a poner la denuncia
-¿A quién...?
-¡A la policía...!
--Me estás vacilandooo…!
¡Qué decepción, Celendín, qué decepción! A dormir, mañana nos vamos de acá, dijeron mis amigos. Yo, avergonzado de todo lo que les había contado de Celendín, tan opuesto a todo lo que estábamos viviendo.
Más tranquilos, al despertar, a despedirse de Celendín. Como yo adoro a las corridas de toros, vamos a la plaza… ¿Otra vez?, dijo Juan… Si, por favor, que ya nos vamos en la noche. ¡30 soles adelante! Nos cayó cáscaras de maní, cerveza y hasta orines de un niño, No podíamos tomar fotos con la única cámara que nos sobro porque la plaza estaba llena de basura y salían horribles.
¡Qué pena, señores! Me hubiese gustado escribir otro relato, volverles a contar de nuestra hermosa estadía en Celendín, visitar a la señora Ermilita, pariente de Jorgito y a sus hijos, inolvidables amigos como son Jorge Terrones, el popular diablo, y a su hermano César y a su señor padre, don Jorge Terrones; disfrutar la rica patita en fiambre, preparadas por el señor Oswaldo Silva, disfrutar de nuestra rica salchicha celendina, pero lamentablemente Celendín está pasando por el peor gobierno de su historia. Lástima, para otra vez será… Si es que volvemos. Lo más anecdótico es que la policía se ha puesto a pedir documentos a todos los pasajeros de las agencias a la entrada de Baños del Inca, cuando la fiesta ya acabó y cuando los choros ya regresaron a su tierra. Otra vez las cosas fuera de su tiempo.
Les vamos a pedir a los evangélicos que cantaron en la plaza de armas que den un concierto sólo para el alcalde y la policía, pero en carnaval...
Percy Llaque
E-mail: taxman_att@hotmail.com
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¿POR QUÉ, CELENDÍN?
Por Percy Llaque
Celendín, Celendín, después de esperar un año regresé a ti, con mucha ilusión y sobre todo muy bien acompañado.
Jueves 29 de julio del 2010, partí hacia el lindo Celendín en compañía de mi amigo Danilo de Trujillo, mi primo Juan Carlos de Lima y Jorge Luis, que iba alegrando la fiesta desde que lo recogimos de su casa.
Antes de continuar este relato me gustaría hacerles notar que esta nueva crónica está dedicada especialmente a la gente de Celendín y sobretodo a sus autoridades, que al parecer no leyeron mi crónica anterior, donde a Celendín la catalogo como una de las mejores provincias del Perú.
Bueno, llegamos a La Encañada, tomamos un par de cervezas para ir acostumbrando el cuerpo a la fiesta, seguimos por un camino TODAVIA NO EMPISTADO, una muestra del gran desinterés de sus gobernantes, que lo único que no se les podría criticar es por el excesivo frio que hizo este año, ya que eso no depende de ellos.
Luego de 2 horas 55 minutos de viaje llegamos a nuestro destino y aquí comienza la historia que es necesario relatar.
Primero, ¿me creerán que no encontrábamos el hospedaje que habíamos reservado, porque no se a qué “inteligente” alcalde o regidor se le ocurrió llenar las principales calles de Celendín de ambulantes? ¡De veras! Las principales calles, que otrora le daban belleza a Celendín,, no las hallamos. No sabíamos en qué laberinto habíamos entrado y tuvimos que sacar nuestro equipaje e ir a pie, hasta dar con el hospedaje.
Luego, la segunda sorpresa, la falta de agua, todo Celendín estaba sin agua, ¡así que, ni hablar!, tuvimos que comprar diez botellas de agua mineral. Cómo es posible que justo para la fiesta no haya agua. Señor Alcalde de Celendín. Espero que este leyendo este relato para que se dé cuenta de la pésima gestión que está haciendo en su provincia.
Llegó la noche y después de una caja de cerveza y un ron para el frio, esperamos a ver que ofrecían los del Comité de Fiesta en la Plaza, ya que se estaba armando un pequeño tabladillo y los equipos de sonido estaba a volumen 100… ¿Y qué creen? Tres tipos con cara de arrepentidos de su anterior vida subieron al escenario, guitarra en mano, ¡a cantar alabanzas a Dios! No estoy en contra de la religión, pero ¡cómo se les ocurre, en plena fiesta de Celendín, hacer una presentación evangélica en la Plaza de Armas! Cuando la mayoría de visitantes había ido a bailar, a tomar, a disfrutar de la fiesta, la bulla que hacían los evangélicos era tan fuerte que hasta el Grupo 5 quería comprar ese equipo de sonido. Para colmo, el enfermo que estaba con el micro con su voz cavernosa le decía a la gente: ¡HERMANOOOOOSSSS, NO TOMEEEEENNNNN, NO BAILEEEENNN, ESO ES MALOOOOOOOOO! ¡DIOS LES VA A CASTIGAAAAAAARRRR! ¡YO ESTOY SALVO PORQUE DEJE DE TOMAAAAAAARRRRRR!, tremendo borracho debe haber sido. Ya me imagino cómo habrá bebido antes, y quién sabe si hasta ahora, para andar berreando así… ¿Dónde quedó la otrora clara inteligencia de los celendinos? Señores, cada cosa a su tiempo. Con esa imaginación enferma, a la Virgen del Carmen pronto lo sacarán en el Corso de Carnaval. Para completar la noche, mi primo Juan no se cansaba de decirme ¡oye, y donde está la pileta iluminada… jajajaja!
Al fin, plan de 11 de la noche, se cansaron de hacernos remorder la conciencia. En el patio de la Municipalidad estaban tocando nuestros adorados y engreídos ZANCUDOS DE CELENDÍN y ni hablar, los que sacaron cara por Celendín este año, a mi parecer, fueron ellos.
Al día siguiente, ay, al día siguiente, ¡hubiese preferido no levantarme...! Bueno, fuimos a tomar unas cervecitas a la Plaza (porque para eso es la fiesta), nos dio la 1 y a alquilar nuestro asiento a la Plaza de Toros. ¡Dios Mío! Conseguí asiento en la cuarta fila, nada mas y nada menos que a 35 soles, donde sólo pude ver los sombreros de los de adelante y los pies de los de encima (los del palco). Yo pensé -como el año pasado estuve adelantito- que la plaza era espectacular, pero ahora entiendo porque a un mucha gente no le gusta. Regresamos al hotel, descansamos un ratito y a la Plaza, a esperar el Baile del Grupo 5 y mi primo seguía fregando con lo de ¿oye..., y la pileta iluminada...? Espero que el alcalde y el Comité de Fiesta sigan leyendo esto.
Al fin, dentro de la fiesta, el Grupo 5 como siempre excelente, y dije, hora de comprar la cerveza. ¡Por las barbas de mi abuelo! ¿De quién fue la idea de comprar cerveza? ¡No puede ser lo que está pasando, llamen a la policía! ¿La policía…, jajaja? ¡Virgencita del Carmen!:
Cerveza en caja………………… 84.00 Soles, si quieres
Bueno, qué vamos a hacer… Compra nomas, ¿quéeeeeeeeeeee, QUARAAAA, cerveza QUARA?, ¡Váyanse al carajo!, y discúlpenme la expresión, esto era un robo! Son unos abusivos. ¿Qué pasa, Celendín, así tratas a tu gente y a los turistas?
De cólera, más que de alegría salimos del baile a las 5 de la mañana. Llegamos al Hotel Raymi Huasy… MALDITA SEA, no había la llave. Fuimos al cuarto y qué creen, nos había robado…. Tres cámaras digitales, dos casacas, nuestros sombreros shilicos que habíamos comprado, toda la plata que dejamos para los tres días siguientes y hasta un paquete de cigarros…
-Señor, señor, ¿dónde está el dueño?
-¿¡Qué pasa, que pasa….!?
-¡Señor, nos han robado….!
-¡Y yo, qué tengo que ver! No es mi problema, ¿por qué no cuidan sus cosas?
-¡QUÉ COSA!
Juan tranquilízate, vamos a poner la denuncia
-¿A quién...?
-¡A la policía...!
--Me estás vacilandooo…!
¡Qué decepción, Celendín, qué decepción! A dormir, mañana nos vamos de acá, dijeron mis amigos. Yo, avergonzado de todo lo que les había contado de Celendín, tan opuesto a todo lo que estábamos viviendo.
Más tranquilos, al despertar, a despedirse de Celendín. Como yo adoro a las corridas de toros, vamos a la plaza… ¿Otra vez?, dijo Juan… Si, por favor, que ya nos vamos en la noche. ¡30 soles adelante! Nos cayó cáscaras de maní, cerveza y hasta orines de un niño, No podíamos tomar fotos con la única cámara que nos sobro porque la plaza estaba llena de basura y salían horribles.
¡Qué pena, señores! Me hubiese gustado escribir otro relato, volverles a contar de nuestra hermosa estadía en Celendín, visitar a la señora Ermilita, pariente de Jorgito y a sus hijos, inolvidables amigos como son Jorge Terrones, el popular diablo, y a su hermano César y a su señor padre, don Jorge Terrones; disfrutar la rica patita en fiambre, preparadas por el señor Oswaldo Silva, disfrutar de nuestra rica salchicha celendina, pero lamentablemente Celendín está pasando por el peor gobierno de su historia. Lástima, para otra vez será… Si es que volvemos. Lo más anecdótico es que la policía se ha puesto a pedir documentos a todos los pasajeros de las agencias a la entrada de Baños del Inca, cuando la fiesta ya acabó y cuando los choros ya regresaron a su tierra. Otra vez las cosas fuera de su tiempo.
Les vamos a pedir a los evangélicos que cantaron en la plaza de armas que den un concierto sólo para el alcalde y la policía, pero en carnaval...
Percy Llaque
E-mail: taxman_att@hotmail.com
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
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1 comentario:
Es una pena, lo relatado por nuestro amigo y paisano ; pero es cierto lo que narra y muchas cosas más , como celendino ratero (voy por ratos) no otra cosa , deja mucho que desear la presentación de la ciudad, la falta de salubridad , la falta de seguridad, cualquier autoridad con cuatro dedos de frentes ubiese minimamente invertido en hornato y salubridad ; o quizá el hecho de mantenerse ocupado en su nueva campaña política lo descuido "Don Juancito"; Creo que éste mal ya está terminando y un llamado a los próximos gobernantes , el pueblo les delega poderes para luchar por sus intereses y también para mantener viva su tradición y cultura.
un 20 para nuestro paisano observador
atte
pata rajada
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