Por Jorge Horna
Hace 36 años (el 1 de mayo de 1971) apareció en Celendín la inolvidable revista “Marañón”, publicación mensual que continuó más allá de los veinte números. El valor y méritos integrales de la misma merecen una reflexión aparte y que posteriormente será tratada en este medio.
En la sección informativa de Actualidad política internacional de “Marañón” puntualmente nos llegaban los artículos de Luis Antonio Rojas Failoc (LARF.), compactos comentarios que reflejaban horas de estudio y rígida investigación. Los problemas sociales de entonces eran su preocupación: la defensa de las decisiones soberanas de los sectores populares para labrar su destino; la exaltación justa de personalidades que estuvieron junto al pueblo en sus luchas; el enjuiciamiento crítico de instituciones mundiales o regionales (OEA, ONU, UNCTAD), cuyas actitudes alejadas del sentir popular, resultaban incongruentes por la serie de componendas con las potencias mundiales imperialistas.
LARF tenía fe en un porvenir mejor para la humanidad. Sociedades justas, libres, sin pobres ni excluidos, con derechos y necesidades elementales satisfechas para todos. Él mantuvo siempre en alto la esperanza de un mundo con hombres y mujeres realizados plenamente.
Es por eso que abordó desde una perspectiva social los asuntos de Vietnam que en 1973 logró su emancipación expulsando de su territorio al ejército norteamericano; celebró el establecimiento de relaciones diplomáticas del Perú con los países progresistas; expresó su admiración sincera por Ernesto Guevara “el Che” y la revolución cubana cuando Perú y Cuba en 1972 se vinculan también diplomáticamente. Allí están sus puntos de vista sobre el Grupo de los 77 y los países del Tercer Mundo, que enarbolaron banderas de liberación.
En las páginas de “Marañón” Antonio difundió sus palabras de aliento a los avances del Chile de Salvador Allende. Admiró la opción antifranquista de Pablo Picasso, quien usó su arte para denunciar los abusos y atrocidades del dictador español. Etc.
Antonio Rojas Failoc no militó ni perteneció a ningún partido político, su identificación fue con las batallas cotidianas, las penurias y la esperanza de los pueblos. Lamentablemente falleció en 1991 en plena madurez y cuando más podía haber aportado con su palabra y su esclarecido pensamiento.
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