Por Jorge A. Chávez Silva, “Charro”
La fotografía que escribimos esta vez es un enigma para nosotros. Por más que hemos averiguado entre los pocos que sobreviven de ese momento, no hemos podido averiguar la identidad del difunto, pero sospechamos que es alguien ligado al entonces Colegio Nacional Javier Prado, seguramente algún pariente de la familia Chávez Díaz, a juzgar por los asistentes ¿Acaso es el sepelio del profesor Luis Rojas Rengifo? El gesto desolado de Hilda Rojas Chávez parece indicarlo así. No nos atrevemos a afirmarlo con certeza.
La escena corresponde al año 1956 y se desarrolla en el actual cementerio de Celendín, hasta donde ha llegado en hombros de los alumnos de la promoción “Artemio Tavera Sorogastúa” y el párroco Manuel Quiroz Velásquez, también profesor del Colegio reza el respectivo responso antes de proceder al entierro.
Debió ser alguien muy querido, los rostros de los dolientes lo expresan así, con una solemnidad que sobrecoge, las coronas de flores naturales, llevadas por los niños de la familia, son típicos de la época y el cerro tutelar Jelig, bajo el cielo encapotado, seguramente en el mes de mayo, sirve de marco a la patética escena.
Hemos reconocido a las siguientes personas: al padre Manuel Quiroz Velásquez, al carpintero Idelso Díaz, padre de Raúl Díaz Acosta que está a su lado, Jorge Narciso Rojas Failoc, Tomás Alberto Castañeda Romero, Emilio Moscoso Pereyra llevan en hombros el ataúd, atrás se asoman Doña Emperatriz Díaz de Chávez, Magno Mariñas Abanto, el fiscal Vergara, don Lorenzo Silva Marín y entre los niños dolientes, hemos reconocido a Betty Chávez Chávez, Hilda Rojas Chávez y Angelita Chávez Chávez.
La fotografía que escribimos esta vez es un enigma para nosotros. Por más que hemos averiguado entre los pocos que sobreviven de ese momento, no hemos podido averiguar la identidad del difunto, pero sospechamos que es alguien ligado al entonces Colegio Nacional Javier Prado, seguramente algún pariente de la familia Chávez Díaz, a juzgar por los asistentes ¿Acaso es el sepelio del profesor Luis Rojas Rengifo? El gesto desolado de Hilda Rojas Chávez parece indicarlo así. No nos atrevemos a afirmarlo con certeza.
La escena corresponde al año 1956 y se desarrolla en el actual cementerio de Celendín, hasta donde ha llegado en hombros de los alumnos de la promoción “Artemio Tavera Sorogastúa” y el párroco Manuel Quiroz Velásquez, también profesor del Colegio reza el respectivo responso antes de proceder al entierro.
Debió ser alguien muy querido, los rostros de los dolientes lo expresan así, con una solemnidad que sobrecoge, las coronas de flores naturales, llevadas por los niños de la familia, son típicos de la época y el cerro tutelar Jelig, bajo el cielo encapotado, seguramente en el mes de mayo, sirve de marco a la patética escena.
Hemos reconocido a las siguientes personas: al padre Manuel Quiroz Velásquez, al carpintero Idelso Díaz, padre de Raúl Díaz Acosta que está a su lado, Jorge Narciso Rojas Failoc, Tomás Alberto Castañeda Romero, Emilio Moscoso Pereyra llevan en hombros el ataúd, atrás se asoman Doña Emperatriz Díaz de Chávez, Magno Mariñas Abanto, el fiscal Vergara, don Lorenzo Silva Marín y entre los niños dolientes, hemos reconocido a Betty Chávez Chávez, Hilda Rojas Chávez y Angelita Chávez Chávez.
¡SOLANO OYARCE, DEVUELVE LA CALLE QUE LE ROBASTE A CELENDIN!
1 comentario:
me da gusto que exista un blog donde se difunda la historia de celendin, bueno aunque nunca viaje por esos lugares, tengo mucho interes en saber de el pues soy descendiente shilico, mi abuelito nacio y vivio alla siempre me gustaba las historias que me contaba de celendin, su nombre era idelso chavez aliaga me gustaria saber un poco mas de mi familia shilica, espero que me responda y me pueda hablar un poco mas de la familia chavez aliaga
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