El diario La Primera acaba de publicar una breve entrevista al escritor celendino Alfredo Pita, quien deja sentada su protesta por la terrible matanza que acaba de perpetrar el ejército y la policía en nuestro pueblo. Se menciono en la nota su poema Canto a Celendín, un texto escrito originalmente en homenaje a la resistencia de la juventud celendina, que tras la tragedia Alfredo ha dedicado a los Mártires de las Lagunas (CPM).
La Primera, Lima, viernes 6 de julio del 2012
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LA DIGNIDAD DEL VERSO
Por Marco Fernández
Escritor nacido en Celendín, Cajamarca, Alfredo Pita siente el dolor de sus paisanos tras la muerte de algunos de ellos esta semana antes de la declaración del estado de emergencia. En el muro de su cuenta de Facebook escribió Canto a Celendín, un poema en el que le habla a los “Jóvenes de Celendín, hombres y mujeres de mi tierra. / Ha llegado la hora, nuestra hora. / Estamos luchando por el agua y la vida / por el respeto del cielo y la tierra nuestros, / pero también, que lo sepan todos, / por nuestra dignidad amenazada. / Y por la dignidad de todo hombre, / y de toda mujer, / y de todo niño, / del grande y del pequeño, / en todo lugar, encumbrado o llano, de nuestro planeta”.
Escritor nacido en Celendín, Cajamarca, Alfredo Pita siente el dolor de sus paisanos tras la muerte de algunos de ellos esta semana antes de la declaración del estado de emergencia. En el muro de su cuenta de Facebook escribió Canto a Celendín, un poema en el que le habla a los “Jóvenes de Celendín, hombres y mujeres de mi tierra. / Ha llegado la hora, nuestra hora. / Estamos luchando por el agua y la vida / por el respeto del cielo y la tierra nuestros, / pero también, que lo sepan todos, / por nuestra dignidad amenazada. / Y por la dignidad de todo hombre, / y de toda mujer, / y de todo niño, / del grande y del pequeño, / en todo lugar, encumbrado o llano, de nuestro planeta”.
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Desde París, el escritor Alfredo Pita hace un llamado por la paz en Celendín, su tierra natal.
—Es un poema coyuntural, al estilo Chacho Martínez, o un artículo en forma de poema, al estilo Günter Grass.
—No escribo mucha poesía y menos indignada, pero los acontecimientos de Celendín han hecho brotar esos versos. A estas alturas no hago ya distinciones superfluas. Y me alegra que me hables de Chacho. No lo había pensado, pero leyendo mi poema, él hubiera reído, emocionado, sí, y me hubiera dado un abrazo.
—¿Tiene contacto con sus paisanos desde París?
—Nunca he roto lazos con mi pueblo. Tengo familiares allá; cualquiera de ellos ha podido ser víctima. Contra lo que cierta prensa en Lima dice, es la población rural y citadina, y sobre todo los jóvenes, la que masivamente defiende las fuentes de agua. Y lo han estado haciendo en forma pacífica. Disparar contra la gente con armas de guerra ha sido un crimen.
—¿Le hubiera gustado el poema a Arguedas?
—José María me hubiera alentado a escribir eso y otras cosas. Hay actos necesarios. De estar en Celendín, estaría con los manifestantes. Desde lejos, solo me queda la palabra. He estado considerando la posibilidad de escribirle a Ollanta Humala para reclamarle por la estafa, para que me devuelva mi voto, pero antes he querido hablarles a mis muertos. La metamorfosis kafkiana de Humala me tiene pasmado. No llego a comprender cómo un gobernante que se hizo elegir para defender a un pueblo termina asesinándolo. ¿Qué proceso químico o moral se ha dado en su cerebro? ¿Cómo puede explicar alguien el proceso que lo transformó de hombre de esperanza en verdugo de sus electores? No sé si Arguedas me hubiera ayudado a responder estas preguntas, pero sí, sin duda, a planteármelas.
—¿Qué es el Comité de Solidaridad con Cajamarca, en París?
—Es un comité surgido casi espontáneamente, luego de las primeras arremetidas del premier Óscar Valdés en Cajamarca. Es amplio y sólido; reúne a colectivos peruanos no partidarios, a colectivos franceses que trabajan por el medio ambiente y los derechos humanos, y coordina con similares en Europa. La misión fundamental es hacer llegar el mensaje del pueblo de Cajamarca a las opiniones públicas europeas; que el crimen de Yanacocha no se cometa en silencio, en el Perú, a escondidas. El Comité recibió hoy (el miércoles) un mensaje de Ima Súmac Humala, la hermana del presidente, que decía: “Les ruego que transmitan mi profunda solidaridad al pueblo heroico de Celendín”. Mira si no será un comité amplio.
—No escribo mucha poesía y menos indignada, pero los acontecimientos de Celendín han hecho brotar esos versos. A estas alturas no hago ya distinciones superfluas. Y me alegra que me hables de Chacho. No lo había pensado, pero leyendo mi poema, él hubiera reído, emocionado, sí, y me hubiera dado un abrazo.
—¿Tiene contacto con sus paisanos desde París?
—Nunca he roto lazos con mi pueblo. Tengo familiares allá; cualquiera de ellos ha podido ser víctima. Contra lo que cierta prensa en Lima dice, es la población rural y citadina, y sobre todo los jóvenes, la que masivamente defiende las fuentes de agua. Y lo han estado haciendo en forma pacífica. Disparar contra la gente con armas de guerra ha sido un crimen.
—¿Le hubiera gustado el poema a Arguedas?
—José María me hubiera alentado a escribir eso y otras cosas. Hay actos necesarios. De estar en Celendín, estaría con los manifestantes. Desde lejos, solo me queda la palabra. He estado considerando la posibilidad de escribirle a Ollanta Humala para reclamarle por la estafa, para que me devuelva mi voto, pero antes he querido hablarles a mis muertos. La metamorfosis kafkiana de Humala me tiene pasmado. No llego a comprender cómo un gobernante que se hizo elegir para defender a un pueblo termina asesinándolo. ¿Qué proceso químico o moral se ha dado en su cerebro? ¿Cómo puede explicar alguien el proceso que lo transformó de hombre de esperanza en verdugo de sus electores? No sé si Arguedas me hubiera ayudado a responder estas preguntas, pero sí, sin duda, a planteármelas.
—¿Qué es el Comité de Solidaridad con Cajamarca, en París?
—Es un comité surgido casi espontáneamente, luego de las primeras arremetidas del premier Óscar Valdés en Cajamarca. Es amplio y sólido; reúne a colectivos peruanos no partidarios, a colectivos franceses que trabajan por el medio ambiente y los derechos humanos, y coordina con similares en Europa. La misión fundamental es hacer llegar el mensaje del pueblo de Cajamarca a las opiniones públicas europeas; que el crimen de Yanacocha no se cometa en silencio, en el Perú, a escondidas. El Comité recibió hoy (el miércoles) un mensaje de Ima Súmac Humala, la hermana del presidente, que decía: “Les ruego que transmitan mi profunda solidaridad al pueblo heroico de Celendín”. Mira si no será un comité amplio.
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