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PRONUNCIAMIENTO DE LA PARROQUIA “NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN” DE CELENDÍN (CAJAMARCA. PERÚ)
POR EL AGUA Y EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y PARA TODOS
PRONUNCIAMIENTO DE LA PARROQUIA “NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN” DE CELENDÍN (CAJAMARCA. PERÚ)
POR EL AGUA Y EL DESARROLLO SOSTENIBLE Y PARA TODOS
La parroquia “Nuestra Señora del Carmen” de la provincia de Celendín, como toda la Iglesia, está conformada por personas con distintas opiniones y opciones en el campo social y político; pero hay algo irrenunciable: ningún creyente puede mostrarse indiferente ante la vida y sus circunstancias.
Como la de Jesús, nuestra misión es hacer presente el Reino de Dios en este mundo. Por eso todo lo humano nos interesa. Ahora estamos especialmente preocupados por la situación social que vivimos en Celendín y en toda la región Cajamarca, como consecuencia de la lucha en defensa del agua y la vida. Es por ello que los integrantes del Consejo Pastoral, en representación de nuestra parroquia, nos dirigimos a la opinión pública para manifestar lo siguiente:
1.- Nuestra fe en Dios, “Señor y dador de vida”, nos impulsa a acompañar a nuestro pueblo en la preocupación por la cantidad y calidad del agua y la defensa de los sistemas hídricos naturales, que hacen posible la vida humana, animal y vegetal.
2.- Denunciamos el cambio de postura del Presidente de la República, cuyo Gobierno ejecuta políticas contrarias a las promesas electorales por las que el pueblo le dio su confianza.
3.- Constatamos la falta de responsabilidad de las empresas mineras en la defensa de la vida, así como el daño causado al pueblo de Cajamarca y los abusos sobre muchas personas campesinas a las que, aprovechando su situación de pobreza, ofrecen dádivas a cambio de contar con su apoyo para sus intereses empresariales.
4.- Rechazamos que las empresas mineras puedan operar en cabeceras de cuenca, causando daños irreversibles para el ecosistema, con las consecuencias que eso acarrea en el presente y el futuro. Es por ello que consideramos que el Proyecto Conga no tiene viabilidad.
5.- Nos indigna el papel que están ejerciendo la mayoría de los Medios de Comunicación Social, informando de manera parcial y sesgada, favoreciendo tanto los intereses del Gobierno como los de las empresas mineras, calificando a los líderes y al movimiento social de protesta con términos despectivos, tachándolos de “radicales”, “extremistas”, “violentistas”,” terroristas”…
6.- Urgimos a la Policía Nacional del Perú, responsable del orden público, y al Ejército, con presencia innecesaria en nuestra provincia, a mantener una postura de serenidad y comprensión con un pueblo que no tiene otra pretensión que hacer oír su voz en defensa del agua y la vida. Asimismo, al pueblo le pedimos que se abstenga de caer en actos violentos como medio de reclamos.
7.- Frente a esta situación nos apropiamos de las palabras de los obispos de nuestro continente, que en Aparecida afirmaron que “la riqueza natural de América Latina y El Caribe experimenta hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo este proceso, tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza” (Aparecida, 473).
8.- Valoramos la constancia de nuestro pueblo en la siembra de semillas de unidad, presencia, esfuerzo generoso, rebeldía, participación, deseos de paz, capacidad de compartir y actitud de servicio manifestadas en las movilizaciones, vigilias, ollas comunes, trabajo desinteresado, colaboración económica y de víveres. Todo ello en un clima festivo, marcado por el dolor, pero con mucha esperanza, pues estamos convencidos que estas actitudes van a producir el fruto adecuado.
9.- Lamentamos los perjuicios ocasionados a la población por la intransigencia del Gobierno y las empresas mineras, especialmente en los aspectos económicos y educativos. Confiamos en que tales daños puedan resarcirse con el logro de las condiciones que faciliten una vida más saludable.
10.- Apostamos por un desarrollo sostenible que garantice la mejora de la calidad de vida para todos, desde el reparto equitativo de las riquezas y el respeto al Medio Ambiente
11.- Consideramos necesario que las personas y entidades que velan por el desarrollo sostenible de los pueblos abandonen posturas cerradas que dificulten lograr la solución que el pueblo demanda y estén disponibles para el acercamiento y la colaboración mutua, buscando siempre el bien de los ciudadanos, especialmente de los más necesitados.
12.- Ante la proximidad de nuestra fiesta patronal y considerando que el momento que vivimos no es el adecuado para celebrar como familia, hemos acordado, con dolor, reducir a sólo tres las celebraciones en honor a la Santísima Virgen del Carmen.
Concluimos pidiendo a Dios que nos ayude para que todos tengamos vida en abundancia, disfrutando de bienestar y desarrollo, con respeto a la naturaleza. Así el reino de justicia y paz sea signo de la presencia de Dios entre nosotros.
Celendín, 30 de junio de 2012.
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