Realmente, la tarea de reconstrucción de nuestra pequeña historia es difícil, y lo es más si no contamos con la colaboración decidida de los paisanos que puedan proporcionarnos datos acerca de identidades, documentos, hechos, etc., que nos puedan ayudar en nuestra tarea. Juega en contra nuestra la circunstancia que muchas personas de generaciones anteriores no naveguen en la red, ya por desconocimiento o desinterés -No, yo ya no estoy para eso, esas son cosas de muchachos- solemos decir en descargo. El aporte de estas personas es valiosísimo. Cuánta información se esconde en ellos, y seguramente se perderá para siempre con su adiós definitivo.
¿Qué pone tan serias a estas niñas celendinas de mediados del siglo XX?
¿La realidad social y económica del pueblo por entonces? ¿Hemos cambiado al respecto?
¿La realidad social y económica del pueblo por entonces? ¿Hemos cambiado al respecto?
¿Cómo remediar esta situación? Debemos apelar a la responsabilidad de los celendinos para que colaboren en una operación de hormigas: imprimir las fotografías que publicamos en CPM, mostrarlas a sus mayores para su reconocimiento y escribirnos a: celendinpm@gmail.com , nosotros de inmediato publicaremos sus aportes. Estamos seguros que la originalidad de nuestro pueblo y su historia bien valen este esfuerzo conjunto.
Muchos de nuestros colaboradores nos ayudan en ese aspecto, entre ellos podemos mencionar a las señoras Magda Aliaga Bardales, Esperanza Chávez Pereyra, Arminda Silva Collantes y Rosario Barrera Cáceres, a los señores Javier Chávez Silva, David Camacho Sánchez, Manuel Sánchez Aliaga, Juan Chávez Paredes, Segundo Porfirio Rojas Briones y Jorge Alberto Novoa Abanto, que nos han proporcionado valioso material con su respectiva información. Esperamos que este ejemplo cunda y encienda el afán de los celendinos por rescatar nuestra historia e identidad.
En la fotografía que publicamos en esta oportunidad, correspondiente a la Promoción 1948 de la Escuela de Mujeres Nº 82, bajo la tutoría de la recordada maestra Odilia Villanueva. Sólo hemos podido reconocer a la poetisa Elva del Carpio Merino Chávez, penúltima de las sentadas en primera fila, a Esperanza Díaz Acuña y a Gardenia Peláez Pérez en tercera fila. Rogamos pues a los familiares de estas niñas del ayer, envíen su colaboración identificando a sus seres queridos para su publicación. Ello es una deuda que tenemos con el pueblo que nos vio nacer.
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