Celendín, 1 de junio del 2008
Señor Alcalde de la provincia de Celendín
Ciudad
Señor Alcalde:
Esperando que nuestro Divino Hacedor lo ilumine para dotarlo de ideas y de la energía necesaria que todo buen gobernante debe tener, paso a decirle lo siguiente.
Soy un celendino-citadino de corazón y de sangre que estoy sumamente preocupado por los funestos sucesos que están aconteciendo en nuestra querida ciudad.
Nuestra ciudad, Señor Alcalde, es el producto de un acto premeditado y bien pensado de nuestros fundadores. Ellos, a través de su diseño y concepción urbanística y arquitectónica, al estilo español, quisieron legarnos toda una tradición y una identidad especial, la cual debe de ostentar todo celendino-citadino que se precie de serlo.
Actualmente nos encontramos ante el macabro hecho de que los propios "celendinos" ignorantes de este legado y por falta de una regulación rígida que norme el desarrollo urbano de nuestra ciudad, amparados bajo la falsa concepción del desarrollo y progreso, están destruyendo la fisonomía de nuestra ciudad y la están desnaturalizando, con burdas y desproporcionadas construcciones de concreto y ladrillos, con modelos de fachadas y cubiertas importadas de la costa y de otras culturas ajenas a la nuestra, las cuales rompen toda la armonía de la ciudad (Centro Histórico), con la que fue concebida y diseñada por nuestros fundadores.
No permitamos, Señor Alcalde, que un pueblo tan hermoso como es el nuestro, con tanta tradición y con una cultura sui-generis, pierda su identidad y toda esa esencia que nos legaron nuestros antepasados.
En este momento critico para la ciudad de Celendin, me veo obligado a reaccionar y proponer medidas para salvar a nuestra ciudad de una destrucción lenta pero inminente, es por esto que a usted, Señor Alcalde, le exijo, en nombre de todos los buenos celendinos, que dicte a través del Consejo Municipal, Reglas duras que pongan coto final a este proceso de mutación diabólica que actualmente esta padeciendo nuestro querido pueblo.
Personalmente me comprometo a servir en lo que considere necesario, así como a dotarlo de justificaciones y criterios históricos, futuristas, progresistas y técnicos para elaborar un serio "Plan de Reglamentación Para la Zona Monumental de la Ciudad de Celendín" y de los "Requisitos Arquitectónicos" a imponerse.
Paisano Celendino, te exhorto a unirte a esta cruzada por el bien de nuestra querida tierra, ya que nos encontramos en el punto exacto de un momento histórico, del que depende la conservación de lo nuestro. Si no reaccionamos, la historia nos juzgará como indolentes e indiferentes para con nuestra tierra.
Esperando encontrar eco en los verdaderos celendinos y celendinistas, me despido hasta otra oportunidad.
Atentamente,
B. Ing. Franz Lonardi Bazán Montoya
Señor Alcalde de la provincia de Celendín
Ciudad
Señor Alcalde:
Esperando que nuestro Divino Hacedor lo ilumine para dotarlo de ideas y de la energía necesaria que todo buen gobernante debe tener, paso a decirle lo siguiente.
Soy un celendino-citadino de corazón y de sangre que estoy sumamente preocupado por los funestos sucesos que están aconteciendo en nuestra querida ciudad.
Nuestra ciudad, Señor Alcalde, es el producto de un acto premeditado y bien pensado de nuestros fundadores. Ellos, a través de su diseño y concepción urbanística y arquitectónica, al estilo español, quisieron legarnos toda una tradición y una identidad especial, la cual debe de ostentar todo celendino-citadino que se precie de serlo.
Actualmente nos encontramos ante el macabro hecho de que los propios "celendinos" ignorantes de este legado y por falta de una regulación rígida que norme el desarrollo urbano de nuestra ciudad, amparados bajo la falsa concepción del desarrollo y progreso, están destruyendo la fisonomía de nuestra ciudad y la están desnaturalizando, con burdas y desproporcionadas construcciones de concreto y ladrillos, con modelos de fachadas y cubiertas importadas de la costa y de otras culturas ajenas a la nuestra, las cuales rompen toda la armonía de la ciudad (Centro Histórico), con la que fue concebida y diseñada por nuestros fundadores.
No permitamos, Señor Alcalde, que un pueblo tan hermoso como es el nuestro, con tanta tradición y con una cultura sui-generis, pierda su identidad y toda esa esencia que nos legaron nuestros antepasados.
En este momento critico para la ciudad de Celendin, me veo obligado a reaccionar y proponer medidas para salvar a nuestra ciudad de una destrucción lenta pero inminente, es por esto que a usted, Señor Alcalde, le exijo, en nombre de todos los buenos celendinos, que dicte a través del Consejo Municipal, Reglas duras que pongan coto final a este proceso de mutación diabólica que actualmente esta padeciendo nuestro querido pueblo.
Personalmente me comprometo a servir en lo que considere necesario, así como a dotarlo de justificaciones y criterios históricos, futuristas, progresistas y técnicos para elaborar un serio "Plan de Reglamentación Para la Zona Monumental de la Ciudad de Celendín" y de los "Requisitos Arquitectónicos" a imponerse.
Paisano Celendino, te exhorto a unirte a esta cruzada por el bien de nuestra querida tierra, ya que nos encontramos en el punto exacto de un momento histórico, del que depende la conservación de lo nuestro. Si no reaccionamos, la historia nos juzgará como indolentes e indiferentes para con nuestra tierra.
Esperando encontrar eco en los verdaderos celendinos y celendinistas, me despido hasta otra oportunidad.
Atentamente,
B. Ing. Franz Lonardi Bazán Montoya
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