Por Javier Díaz Vélez
Lima
¡Viva el Perú! ¡Viva la Justicia! ¡Somos libres, seámoslo siempre!
El felón que destruyó la Constitución de 1979 e instauró en 1992 una dictadura civil-militar, el asesino que para combatir el terrorismo demente de Sendero Luminoso no vaciló en cometer crímenes de lesa humanidad, el ladrón que se llevó por maletas enteras al extranjero cientos de millones de dólares, el venal que le compró su silencio a su cómplice Vladimiro Montesinos con la bonita suma de 15 millones de dólares, el ex presidente del Perú y ex candidato a una senaduría japonesa, el reo Alberto Kenya Fujimori, ha sido condenado y sentenciado en la fecha, por el asesinato de 24 inocentes y por el secuestro de dos personas, a ¡25 AÑOS DE PRISIÓN!
El tribunal especial que juzgó y sentenció en forma histórica al dictador. Lo presidió el juez César San Martín Castro y los integraron los vocales supremos Víctor Prado Saldarriaga y Hugo Príncipe Trujillo.
Estamos ante un momento histórico en el que hay que hacer un alto y pensar que, en medio de nuestras desgracias, la Justicia peruana le está dando una lección al mundo. Hoy las naciones nos contemplan y los tiranos y corruptos de toda laya, en todas las latitudes, piensan: "a mí también me pueden meter en la cárcel". No es casual que el organismo internacional de defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional, haya calificado la sentencia de "hito histórico".
El tribunal especial que juzgó y sentenció en forma histórica al dictador. Lo presidió el juez César San Martín Castro y los integraron los vocales supremos Víctor Prado Saldarriaga y Hugo Príncipe Trujillo.
Estamos ante un momento histórico en el que hay que hacer un alto y pensar que, en medio de nuestras desgracias, la Justicia peruana le está dando una lección al mundo. Hoy las naciones nos contemplan y los tiranos y corruptos de toda laya, en todas las latitudes, piensan: "a mí también me pueden meter en la cárcel". No es casual que el organismo internacional de defensa de los derechos humanos, Amnistía Internacional, haya calificado la sentencia de "hito histórico".
Los celendinos debemos enorgullecernos, además, por el hecho de que el hombre que condujo la acusación contra el ex dictador, el fiscal supremo José Peláez Bardales -eficazmente respaldado por su adjunto Avelino Guillén y todo su equipo-, sea un descendiente de paisanos. Una vez más los nuestros se ilustran a nivel nacional dejando en alto los principios y valores del viejo Celendín.
¡Se ha hecho justicia! Que en esta hora exaltante y gratificante para todos los demócratas del Perú, nuestro pensamiento vaya a las víctimas por cuyo asesinato fue juzgado el ex tirano, para ellos y para sus padres, hermanos, esposas e hijos. Para todos aquellos que, tras las masacres de La Cantuta y de Barrios Altos se quedaron por años hundidos en el dolor y en la desesperación de ver calumniados a sus seres queridos y de verse acusados ellos mismo de simpatizar con el terrorismo por reclamar la justicia y verdad.
Junto con ellos, también recordemos a los casi 70.000 peruanos muertos durante el conflicto interno, víctimas inocentes en su mayoría de la guerra demente desatada por Sendero Luminoso y de la represión ciega e ilegal desatada por las fuerzas armadas para reprimir a los maoistas. La mayor parte de esas víctimas fueron campesinos quechuahablantes, por cuyas muertes y sufrimientos los responsables aún no han pagado. El juicio que ha terminado hoy, y la sentencia contra el "político japonés" Alberto Kenya Fujimori Fujimori, es también un acto de justicia que los alcanza a ellos.
Hoy, 7 de abril de 2009, todas esas víctimas del terrorismo de Estado comienzan a descansar en paz. ¡La Justicia ha hablado! ¡Una justicia que debería actuar siempre así para hacer del Perú un país moderno, democrático, abierto al futuro!
¡Se ha hecho justicia! Que en esta hora exaltante y gratificante para todos los demócratas del Perú, nuestro pensamiento vaya a las víctimas por cuyo asesinato fue juzgado el ex tirano, para ellos y para sus padres, hermanos, esposas e hijos. Para todos aquellos que, tras las masacres de La Cantuta y de Barrios Altos se quedaron por años hundidos en el dolor y en la desesperación de ver calumniados a sus seres queridos y de verse acusados ellos mismo de simpatizar con el terrorismo por reclamar la justicia y verdad.
El fiscal supremo José Peláez Bardales, el adjunto Avelino Guillén y su equipo tuvieron a su cargo la histórica acusación contra el ex dictador.
Junto con ellos, también recordemos a los casi 70.000 peruanos muertos durante el conflicto interno, víctimas inocentes en su mayoría de la guerra demente desatada por Sendero Luminoso y de la represión ciega e ilegal desatada por las fuerzas armadas para reprimir a los maoistas. La mayor parte de esas víctimas fueron campesinos quechuahablantes, por cuyas muertes y sufrimientos los responsables aún no han pagado. El juicio que ha terminado hoy, y la sentencia contra el "político japonés" Alberto Kenya Fujimori Fujimori, es también un acto de justicia que los alcanza a ellos.
Hoy, 7 de abril de 2009, todas esas víctimas del terrorismo de Estado comienzan a descansar en paz. ¡La Justicia ha hablado! ¡Una justicia que debería actuar siempre así para hacer del Perú un país moderno, democrático, abierto al futuro!
Habla el fiscal supremo José Pélaez Bardales en Perú21 (video).
El momento del fallo: Peru21 (video).
3 comentarios:
Por Dios que me siento orgulloso de mi país este día. Se que no va a durar, pero hoy somos un país decente al que el mundo respeta. Los otros dictadorzuelos que pongan las barbas en remojo. Si el Perú ha condenado a 25 años a un presidente, también le puede ocurrir a otros.
Aunque la Fiscalía debió ratificar la condena de 30 años, el sólo hecho de la sentencia nos devuelve aires frescos y nuevos.
Los ladrones y corruptos (Confiep, empresarios transnacionales, Dionicio Romero, militares, etc. etc.) se afligen porque su mentor, Fujimori, el que enlodó la moral y la ética nacional, irá defitivamente a la cárcel, por sus crímenes.
El vocal presidente Cesar San Martín encontró en este juicio su oportunidad de vengarse, puesto que en el año 1993 fue destituido del Poder Judicial, quizá por error, con la institución corroída por la corrupción, como siempre; encima el vocal Víctor Prado pertenece al Partido Comunista. La sentencia juzga tan solo la relación impropia entre Fujimori y su ex asesor Vladimiro Montesinos.
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