Por Crispín Piritaño
Celendin
No cabe duda que el APRA es el partido más experimentado de la escena política nacional, pero lo es más en cuanto a mañosería, marrullería, triquiñuelas y zancadillas al adversario. “Más sabe el diablo por viejo, que por diablo”, reza un refrán, y nada más certero en lo referente al partido que sirve a Crazy Horse.
Tras el desastre de Bagua, era obvia la caída del gabinete Simon y sobre todo de la incapaz ministra Cabanillas. El partido de la estrella sabía que en la interpelación inevitable por parte del Congreso, iban a perder por mayoría. Caía el gabinete y, de paso, peligraba su opción a la presidencia del nuevo Congreso.
Duchos en el manejo de estos casos, aprovecharon las destempladas protestas de congresistas de la oposición, quienes reclamaban la nulidad de los decretos 1064 y 1090 por inconstitucionales, para suspenderlos en sus funciones y asegurarse así mayoría en la votación, porque no estaban seguros, esta vez, de la complicidad de los congresistas fujiratistas.
Cuando se derogan los decretos en cuestión y todo lo fecho y actuado vuelve a fojas cero, todos creían que los suspendidos volverían a sus funciones pues reclamaban algo que el congreso había sancionado. Pero no contaban con la astucia del APRA que los mantuvo suspendidos por dictamen de la Comisión de “Ética” que integran entre otros Luis Galarreta del partido de Rey Rey, Elizabeth León Minaya de UPP, Daniel Robles del APRA y Karina Beteta, quien en nombre de la ética condecoró a la urraca Magaly Medina. Es decir…
No muy seguros del efecto que causaría esta jugada en la opinión pública, esperaban un milagro y les cayó de perillas no uno, sino tres: la muerte de Michael Jackson, de Farrah Fawcett y el asesinato de la cantante Alicia Delgado. Esto les permitió mantener, como siempre, dopado al pueblo. Los peruanos se desentendieron de la interpelación y no pasó nada. Tanto el Premier y la incapaz ministra siguen precariamente asidos a su cargo colgados de una rama al borde del abismo.
Como si Dios nos castigara por haber tenido la torpeza de elegir a Crazy por segunda vez, sucede el show mediático montado por la prensa adicta al régimen en torno a la supuesta autoría intelectual de Abencia Meza en el asesinato de Alicia Delgado. Aprovechan esta densa cortina de humo y ¡zaaas! liberan a Rómulo León Alegría, alias “LA RATA”, el famoso diestro de los aceitados faenones en las concesiones petroleras de la selva. Como se ve, con Alan la corrupción avanza…
Con Crazy en el poder, todo puede suceder, él como el fiero Ares de la mitología griega que tenía dos perros de presa llamados Deimos y Fobos, Crazy los tiene en las personas de Jorgito del Castillo y Mauricio “Munster”, ellos se dedican a morder a los congresistas opositores y a la prensa independiente. Encima, al momento de liberar a LA RATA nos enviaron a la portátil aprista con cartelones que rezaban: “Rómulo León, símbolo de honradez, trajo progreso al país” ¿Cómo? ¡No, no puede ser! ¡Qué tal faenón! Dios nos coja confesados..¡aaaggg!
Mientras sigamos idiotizados, dopados, por la prensa sensacionalista, nos revolcarán como a muñeca en chiquero, y sin lugar a reclamo, porque pasadas las 24 horas la mercadería no tiene lugar a devolución.
Celendin
No cabe duda que el APRA es el partido más experimentado de la escena política nacional, pero lo es más en cuanto a mañosería, marrullería, triquiñuelas y zancadillas al adversario. “Más sabe el diablo por viejo, que por diablo”, reza un refrán, y nada más certero en lo referente al partido que sirve a Crazy Horse.
Tras el desastre de Bagua, era obvia la caída del gabinete Simon y sobre todo de la incapaz ministra Cabanillas. El partido de la estrella sabía que en la interpelación inevitable por parte del Congreso, iban a perder por mayoría. Caía el gabinete y, de paso, peligraba su opción a la presidencia del nuevo Congreso.
Duchos en el manejo de estos casos, aprovecharon las destempladas protestas de congresistas de la oposición, quienes reclamaban la nulidad de los decretos 1064 y 1090 por inconstitucionales, para suspenderlos en sus funciones y asegurarse así mayoría en la votación, porque no estaban seguros, esta vez, de la complicidad de los congresistas fujiratistas.
Cuando se derogan los decretos en cuestión y todo lo fecho y actuado vuelve a fojas cero, todos creían que los suspendidos volverían a sus funciones pues reclamaban algo que el congreso había sancionado. Pero no contaban con la astucia del APRA que los mantuvo suspendidos por dictamen de la Comisión de “Ética” que integran entre otros Luis Galarreta del partido de Rey Rey, Elizabeth León Minaya de UPP, Daniel Robles del APRA y Karina Beteta, quien en nombre de la ética condecoró a la urraca Magaly Medina. Es decir…
No muy seguros del efecto que causaría esta jugada en la opinión pública, esperaban un milagro y les cayó de perillas no uno, sino tres: la muerte de Michael Jackson, de Farrah Fawcett y el asesinato de la cantante Alicia Delgado. Esto les permitió mantener, como siempre, dopado al pueblo. Los peruanos se desentendieron de la interpelación y no pasó nada. Tanto el Premier y la incapaz ministra siguen precariamente asidos a su cargo colgados de una rama al borde del abismo.
Como si Dios nos castigara por haber tenido la torpeza de elegir a Crazy por segunda vez, sucede el show mediático montado por la prensa adicta al régimen en torno a la supuesta autoría intelectual de Abencia Meza en el asesinato de Alicia Delgado. Aprovechan esta densa cortina de humo y ¡zaaas! liberan a Rómulo León Alegría, alias “LA RATA”, el famoso diestro de los aceitados faenones en las concesiones petroleras de la selva. Como se ve, con Alan la corrupción avanza…
Con Crazy en el poder, todo puede suceder, él como el fiero Ares de la mitología griega que tenía dos perros de presa llamados Deimos y Fobos, Crazy los tiene en las personas de Jorgito del Castillo y Mauricio “Munster”, ellos se dedican a morder a los congresistas opositores y a la prensa independiente. Encima, al momento de liberar a LA RATA nos enviaron a la portátil aprista con cartelones que rezaban: “Rómulo León, símbolo de honradez, trajo progreso al país” ¿Cómo? ¡No, no puede ser! ¡Qué tal faenón! Dios nos coja confesados..¡aaaggg!
Mientras sigamos idiotizados, dopados, por la prensa sensacionalista, nos revolcarán como a muñeca en chiquero, y sin lugar a reclamo, porque pasadas las 24 horas la mercadería no tiene lugar a devolución.
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