viernes, 11 de noviembre de 2011

CANTACLARO: A no bajar la guardia

Por Constante Vigil
Celendín
Cuando aún no se apagan los ecos de la protesta multitudinaria con la que Celendín y otras provincias de Cajamarca, expresaron su rotundo rechazo a la transnacional minera Newmont Minning Co. Alias Yanacocha, alias Minas Conga y sus cómplices de Buenaventura en sus aviesas intenciones de destruir los acuíferos que dan sustento a la cuenca de los ríos Sendamal- La Llanga en Celendín, Pumagón en Bambamarca, y Cajamarca en La Encañada, debemos detenernos a hacer un análisis de la nueva situación.

La redención de un alcalde que debe asumir plenamente su responsabilidad con el pueblo que lo eligió.

En primer nos alegra esta protesta masiva porque significa el despertar del pueblo en la defensa de sus recursos y su integridad. Justo cuando creíamos que el poblador celendino había perdido esa capacidad de rebelión, de decirle no al abuso y a la prepotencia que engendra el dinero, recogemos con orgullo esta muestra de valor que ha permitido al pueblo unido hacer retroceder a los depredadores que bajo la bandera de la ambición se proponían acabar con una cuenca rica en microclimas cada una con su fauna y flora. Saludamos a todos los ciudadanos y dirigentes de las diferentes organizaciones por hacer posible la protesta.

Los celendinos protestan contra la minera depredadora.

En esta defensa se nos va la vida, porque no se trata de oponernos a las inversiones por el solo prurito de oponernos, se trata de cuidar la herencia de responsabilidad que dejaremos a nuestros descendientes, bajo el lema de que el oro no se come, el agua sí. Estemos seguros que el oro se lo llevarán las transnacionales y dejarán migajas a la pequeña élite a la que aspiran muchos celendinos felipillos que hoy se proclaman promineros. Para el resto del pueblo no quedará nada. Así como se lee: NADA CONTAMINADA.
El caso de Yanacocha es referente: llegaron con mil promesas a desaparecer las lagunas de Cajamarca prometiendo el oro y el moro. Al cabo de 16 años de explotación, de mentiras, intoxicaciones, muerte de dirigentes, contaminación y toda suerte de tropelías, Cajamarca sigue divagando entre los más bajos índices de pobreza en el Perú. Nada, pues, se ha ganado. Por el contrario, se ha perdido terrenos para la ganadería, recursos hídricos para la agricultura y la moral que siempre caracterizó a un pueblo pujante como el cajamarquino.

La protesta de los desengañados de Yanacocha en Cajamarca.

Con este triste palmarés se presentaba Yanacocha, esta vez bajo el alias de Minas Conga, a pretender hacer lo mismo con los celendinos, a quienes empezó a trampear desde el principio, corrompiendo a funcionarios, fraguando reuniones con sus parciales, impidiendo la libre expresión de los opositores, despojando a los pequeños propietarios con compras fraudulentas de sus terrenos y hasta convirtiendo en cómplices involuntarios a los artistas e intelectuales pusilánimes que vendieron su alma al diablo.
Cuando todos parecían felices con la irrupción de la minera en nuestras vidas fue CPM la primera que levantó su voz de protesta a través de un artículo escrito por mi persona el 11 de noviembre de 2007, bajo el título de “Los felipillos en Cajamarca”. En él dábamos la primera clarinada de alerta sobre las criminales intenciones de Newmont Minning con respecto a los recursos minerales de la provincia. Decimos esto, no con el ánimo de buscar el reconocimiento de la población, lo hacemos por que lo que nos animó desde el principio fue el amor al terruño que nos vio nacer, al que llevamos grabado a fuego en el corazón.

La protesta masiva de los celendinos en defensa del agua.

Nos alegra que nuestra prédica haya calado en la conciencia de los celendinos y se hayan decidido por fin lanzarse a las calles para defender lo nuestro y obligar a las autoridades, desde el mismo gobierno a respetar y honrar sus promesas pre electorales. Ese es el mayor premio par nosotros. Pero es menester estar vigilantes, en guardia y permanecer activos y unidos en defensa de nuestros derechos.
Debemos asumir este momento con responsabilidad, porque los ojos del mundo están contemplando nuestra heroica batalla. Ayer mismo veía en las redes que el prestigioso diario francés Le Monde dedicaba un artículo a la lucha de los celendinos por conservar su derecho a vivir honestamente, con salud y preservar el privilegiado en que podamos vivir con dignidad. La protesta de miércoles solo ha sido el inicio de una larga guerra que tendremos que afrontar. Estamos seguros que el pueblo celendino y todo aquel que tenga una gota de sangre shilica, esté en cualquier parte del mundo, estará apoyando esta noble causa.

¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN! ¡VIVA EL AGUA QUE ES VIDA!
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