Por Hugo Salinas
En 2004
Xstrata compró una compañía minera de vanadio (WindimurraVanadium) para luego
cerrarla inmediatamente. Centenas de trabajadores australianos fueron
despedidos pero, a través de sus otras compañías de vanadio, Xstrata ganó un
dineral gracias a que el precio internacional del mineral subió. A las
multinacionales no les interesa más que el dinero.
¿Sabía usted
que el Director Ejecutivo de Xstrata gana más de cinco millones de dólares por
año? Si él, que es un simple empleado, gana así, ¿cuánto ganarán sus
accionistas? Las utilidades de Xstrata, durante el año 2011, han sido de más de
8 mil millones de dólares.
Desde la
invasión española, los grupos dominantes, nacionales y extranjeros, se imponen
a sangre y fuego, con la complicidad de los gobernantes. Es el caso, una vez
más, deXstrata en Espinar. ¿Hasta cuándo, los encargados de salvaguardar el
orden público serán impunes en la matanza de quienes deben proteger? ¿Hasta
cuándo soportaremos gobernantes que masacran a su pueblo?
Es una
historia negra de cinco siglos. De ser una civilización pujante se convirtió en
un pueblo sometido y depravado. Los felipillos como Ollanta pululan. Ellos se
venden al mejor postor con el fin de subir su posición social y económica de
“clase media superior”. Hijos de la plebe, nativos e inmigrantes, que
traicionan y venden a sus hermanos en aras de un beneficio personal.
No debemos
soportar más que hermanos maten y hieran de bala a hermanos, con
el propósito de defender a los opresores; a aquellos que, a manos llenas,
se llevan nuestros recursos naturales y el sudor de nuestra gente. No debemos
soportar más que nuestros esfuerzos y nuestras vidas sirvan a un modelo de
desarrollo que beneficia únicamente a las grandes multinacionales.
Es hora de
ponerse de pie, y de crear un modelo de desarrollo que brinde una igualdad de
oportunidades a todos los habitantes del país. Podemos hacerlo. Tenemos que
hacerlo. Ayer lo hicimos, ¿por qué no ahora? Debemos recuperar nuestra
autoestima, nuestra dignidad de ser humano. El orgullo de ser una persona, una
individualidad, y no una simple bestia de carga.
El problema
no radica solamente en la defensa del medio ambiente. No engañemos ni nos
engañemos. Es algo más profundo, más humano. Debemos salir de esta forma de
vida que genera un comportamiento egoísta, inhumano y depredador. Que alienta
el desprecio por el otro, en donde cualquier medio es válido para “salir
adelante”. El problema no es solamente ambiental. Es toda una forma de vida, de
sociedad y de economía. La debemos transformar.
Nunca hemos
sido pordioseros para ir, por el mundo, vendiendo nuestra propia patria. ¿Acaso
hemos visto a un presidente norteamericano ir por el mundo vendiendo su patria
para salir de la crisis? Eso es obra de gente abyecta como Humala, García,
Toledo, Fujiimori… que solamente piensan en el interés personal. Gente de la
más rastrera que merece el castigo más furibundo que su propio pueblo le debe
infligir. A él y a sus acólitos. Todos ellos son responsables y, por
consiguiente, merecen la misma sanción. El cuento de la “orden superior” es un
taparrabo.
Debemos
volver a tomar la rienda de nuestra propia economía. Y ello significa
desarrollar una actividad económica orientada a resolver las necesidades
básicas de la población, incrementar su bienestar y mejorar su cuadro de vida.
Una actividad económica al servicio de quienes conforman el tejido social del
país, sin distinción alguna: blancos, amarillos y negros, serranos, costeños y
selváticos. Una actividad económica que beneficie a todos.
Un llamado a
los dirigentes. Las luchas defensivas es una claudicación. Las luchas
reformistas desvían la atención sobre los problemas de fondo. Nuestra economía
requiere transformación. Es necesario eliminar el mecanismo que genera las
grandes desigualdades socio-económicas, y que facilita que la mayor parte del
valor agregado por nuestro pueblo sea acaparado por las multinacionales. Es
necesario acelerar la instalación de formas de trabajo que nos permita, al más
breve plazo, producir con una tecnología, ciencia y arte de nivel
internacional.
Y no
olvidemos, mientras un sector de la población gane a las justas para
sobrevivir, el resto de la población tendremos salarios y formas de vida de
países del Tercer Mundo. Porque el nivel de vida de nuestros hermanos “pobres”,
es el que tira los salarios de toda la población hacia abajo. Y si las
multinacionales codician nuestros recursos naturales, no es solamente por
eso, sino también porque la mano de obra para explotarla es una de las más baratas
del mundo.
No seas
egoísta, individualista. Has realizado tantos esfuerzos durante toda tu vida
para, al final, seguir siendo uno más de un país del Tercer Mundo. ¿Comprendes?
No vendas el futuro de tus hermanos por la ilusión de ser millonario. Tenemos
que romper con ese comportamiento y esos mecanismos que generan ese
comportamiento. Tenemos que construir una economía y una sociedad que tenga
rostro humano, de solidaridad y de paz.
El ser
humano ha demostrado, a lo largo de su Historia, que es capaz de enfrentar los
retos más inimaginables. Nuestros antepasados lo han logrado. ¿Por qué,
nosotros, no podríamos enrumbar nuestras vidas en favor de nosotros mismos?
Cusco, 1 de
junio del 2012
¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN! ¡CONGA NO VA, Y NO VA!
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