Por Crispín Piritaño
Celendín
Las estrategias de la transnacional Newmont Mining Co, alias Yanacocha y sus cómplices de Buenaventura van desde comprar autoridades locales, corromper a jueces venales, azuzar a los comerciantes que lloran cuando pierden, relanzar cadáveres políticos, pagar mercenarios policiales y, por supuesto, alquilar a periodistas sin ley para que canten como puedan, como los famosos músicos de la aldea. Uno de estos plumíferos, llamémoslo así, es el gordo físicamente y fofo moralmente Jaimito "Jimmy" Althaus, quien tiene por misión despotricar desde el canal de El Comercio contra los defensores del medio ambiente, a quienes adjudica los epítetos de comunistas, extremistas, retrógrados y todo el arsenal que a su despecho le puede ocurrir.
Este Jaimito no es de los chistes de siempre en el colegio, sino todo lo contrario, ya me entienden. Hemos visto la entrevista que en su programa sabatino le hizo a otro Jaimito, a Jaime Antezana, un autodenominado especialista en temas de narcotráfico y nos horroriza la perversa e inicua intención de Althaus, que pretende "vraeizar" (excúseme el neologismo) a la zona de influencia de Minas Conga, tildando esta vez a los defensores de la naturaleza de narcotraficantes. Ha sido patente y desesperada la intención del mofletudo seudoperiodista por encauzar la perorata infundada del "especialista", al que le ha puesto incluos las palabras en la boca para que afirme que el narcotráfico financia a los dirigentes de la protesta cajamarquina.
Pero no basta con quererlo para ser un pendejo cantor, señorito Althaus. Hay que tener maña, ñeque y gracia, virtudes de las que usted carece completamente.
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Antezana dice, como si fuese una novedad, que el narcotráfico es la actividad principal actividad de muchos cajamarquinos que han escogido una ruta poco frecuentada entre Celendín, Bambamarca, Chota y Chiclayo para exportar ingentes cantidades de cocaína y látex hacia los mercados del extranjero. Todo el Perú sabe que el narcotráfico es una lacra que enloda al país ante la opinión mundial y se da principalmente en las zonas aledañas a la ceja de selva, a lo largo de la Cordillera de los Andes, de sur a norte. ¿Cuál es la primicia? En sus novedosos estudios de Geografía peruana, Althaus descubre ahora que parte del territorio de Cajamarca se ubica en ceja de selva, precisamente, lo que explica el narcotráfico, que ha existido desde las primeras décadas del siglo pasado.
El torvo intento del sonzo de la clase periodística, que pretende enlodar y criminalizar la justa protesta de los cajamarquinos, emparentándola con el narcotráfico, es una maniobra peligrosa para quienes luchan por sus derechos y por el medio ambiente, pues busca justificar cualquier exceso de la policía. Excesos que pueden ir a más, después de lo que estamos viendo en el transcurso del paro indefinido contra Yanacocha: policías pateando las ollas comunes, agrediendo a las mujeres, baleando a los manifestantes, apaleando a los periodistas que cubren los acontecimientos y amedrentando con su funesta presencia a las poblaciones de Cajamarca, Bambamarca y Celendín.
El Perú es, a no dudarlo, el país de los improvisados en donde aparecen especialistas en las cosas más disparatadas, sin que nadie sepa en dónde ni cómo adquirieron estas especializaciones. El infable Antezana se pretende "senderólogo" y especialista en narcotráfico y busca ser constantemente entrevistado por un ramillete de parcializados medios de comunicación que le doran el diploma de "experto" en el tema. Para ello, está claro, hace lo que tiene que hacer: entona la melodía que a los dueños de estos medios les gusta escuchar. En su caso, Antezana entona, lanzando "gallitos" y con voz meliflua una sucia partitura salpicada de notas: "cocaleros, narcotráfico, terrorismo, campesinos, senderistas, farcarización”. Y todo por los huesos que le lanzan los poderosos en medio de su festín.
Ni siquiera el Jaimito entrevistador siente respeto por el Jaimito entrevistado, eso se ve de lejos, por la forma como lo trata y manipula. Pero ahí están, cumpliendo con su servicio feudal obligatorio, porque la bolsa de monedas manda, y la bolsa la tiene el patrón, mejor dicho, don Roque.
Pero no les resulta fácil el cometido a este par de músicos inescrupulosos. No basta con lanzar infundios para desvirtuar una protesta que se está generalizando a nivel planetario. Asistimos a diario a hechos y manifestaciones que nos hablan de la reprobación que la megaminería provoca en el mundo. Lo ha comprobado el presidente Ollanta Humala en su reciente y patética visita a Europa, donde fue interpelado, nada menos que en pleno Parlamento Europeo, por sus inconsecuencias, traiciones y abusos en Cajamarca y Espinar. Somos testigos de la valiente protesta de Ima Súmac Humala desde París, señalando que el torpe accionar del inepto Valdés está hundiendo la aceptación por la población del gobierno de su hermano. “Los hechos muestran que el señor Valdés no sabe lo que es sentarse en una mesa y negociar con otra persona. No tiene esa capacidad". También calificó de “inaceptables” las expresiones del titular de Justicia, Juan Jiménez, quien consideró que “las personas que se oponen a Conga son comunidades radicales o comunistas”. “Este tema va más allá de cuestiones ideológicas, no es cuestión de derechas o de izquierda. Es una cuestión de derechos humanos (…) No creo que se pueda tener un ministro de Justicia que sostenga tales barbaridades”. Pero a voces alturadas y firmes como las de Ima Súmac, los Jaimitos les hacen ascos.
La lucha contra Yanacocha y sus lacayos, lease Jaimitos, prosigue en Cajamarca. En el exacto sentido de la realidad y de la Historia es urgente que el presidente Humala despierte del sueño narcótico que le ha inducido, no se sabe cómo, la derecha bruta y achorada de siempre. Es urgente el alejamiento de la jefatura del gabinete, de Valdés, ese otro músico de la aldea, desafinado como los de arriba e inepto a más no poder. Urge la desmilitarización de Cajamarca y un interlocutor válido e inteligente para iniciar un diálogo que parta de cero y no de los aviesos y tramposos parches al EIA de Yanacocha, como lo propone, mientras se desbarranca, el premier Valdés. Así no juega Perú.
Celendín
Las estrategias de la transnacional Newmont Mining Co, alias Yanacocha y sus cómplices de Buenaventura van desde comprar autoridades locales, corromper a jueces venales, azuzar a los comerciantes que lloran cuando pierden, relanzar cadáveres políticos, pagar mercenarios policiales y, por supuesto, alquilar a periodistas sin ley para que canten como puedan, como los famosos músicos de la aldea. Uno de estos plumíferos, llamémoslo así, es el gordo físicamente y fofo moralmente Jaimito "Jimmy" Althaus, quien tiene por misión despotricar desde el canal de El Comercio contra los defensores del medio ambiente, a quienes adjudica los epítetos de comunistas, extremistas, retrógrados y todo el arsenal que a su despecho le puede ocurrir.
Este Jaimito no es de los chistes de siempre en el colegio, sino todo lo contrario, ya me entienden. Hemos visto la entrevista que en su programa sabatino le hizo a otro Jaimito, a Jaime Antezana, un autodenominado especialista en temas de narcotráfico y nos horroriza la perversa e inicua intención de Althaus, que pretende "vraeizar" (excúseme el neologismo) a la zona de influencia de Minas Conga, tildando esta vez a los defensores de la naturaleza de narcotraficantes. Ha sido patente y desesperada la intención del mofletudo seudoperiodista por encauzar la perorata infundada del "especialista", al que le ha puesto incluos las palabras en la boca para que afirme que el narcotráfico financia a los dirigentes de la protesta cajamarquina.
Pero no basta con quererlo para ser un pendejo cantor, señorito Althaus. Hay que tener maña, ñeque y gracia, virtudes de las que usted carece completamente.
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Antezana, el desafinado músico de la aldea |
El torvo intento del sonzo de la clase periodística, que pretende enlodar y criminalizar la justa protesta de los cajamarquinos, emparentándola con el narcotráfico, es una maniobra peligrosa para quienes luchan por sus derechos y por el medio ambiente, pues busca justificar cualquier exceso de la policía. Excesos que pueden ir a más, después de lo que estamos viendo en el transcurso del paro indefinido contra Yanacocha: policías pateando las ollas comunes, agrediendo a las mujeres, baleando a los manifestantes, apaleando a los periodistas que cubren los acontecimientos y amedrentando con su funesta presencia a las poblaciones de Cajamarca, Bambamarca y Celendín.
El Perú es, a no dudarlo, el país de los improvisados en donde aparecen especialistas en las cosas más disparatadas, sin que nadie sepa en dónde ni cómo adquirieron estas especializaciones. El infable Antezana se pretende "senderólogo" y especialista en narcotráfico y busca ser constantemente entrevistado por un ramillete de parcializados medios de comunicación que le doran el diploma de "experto" en el tema. Para ello, está claro, hace lo que tiene que hacer: entona la melodía que a los dueños de estos medios les gusta escuchar. En su caso, Antezana entona, lanzando "gallitos" y con voz meliflua una sucia partitura salpicada de notas: "cocaleros, narcotráfico, terrorismo, campesinos, senderistas, farcarización”. Y todo por los huesos que le lanzan los poderosos en medio de su festín.
Ni siquiera el Jaimito entrevistador siente respeto por el Jaimito entrevistado, eso se ve de lejos, por la forma como lo trata y manipula. Pero ahí están, cumpliendo con su servicio feudal obligatorio, porque la bolsa de monedas manda, y la bolsa la tiene el patrón, mejor dicho, don Roque.
Pero no les resulta fácil el cometido a este par de músicos inescrupulosos. No basta con lanzar infundios para desvirtuar una protesta que se está generalizando a nivel planetario. Asistimos a diario a hechos y manifestaciones que nos hablan de la reprobación que la megaminería provoca en el mundo. Lo ha comprobado el presidente Ollanta Humala en su reciente y patética visita a Europa, donde fue interpelado, nada menos que en pleno Parlamento Europeo, por sus inconsecuencias, traiciones y abusos en Cajamarca y Espinar. Somos testigos de la valiente protesta de Ima Súmac Humala desde París, señalando que el torpe accionar del inepto Valdés está hundiendo la aceptación por la población del gobierno de su hermano. “Los hechos muestran que el señor Valdés no sabe lo que es sentarse en una mesa y negociar con otra persona. No tiene esa capacidad". También calificó de “inaceptables” las expresiones del titular de Justicia, Juan Jiménez, quien consideró que “las personas que se oponen a Conga son comunidades radicales o comunistas”. “Este tema va más allá de cuestiones ideológicas, no es cuestión de derechas o de izquierda. Es una cuestión de derechos humanos (…) No creo que se pueda tener un ministro de Justicia que sostenga tales barbaridades”. Pero a voces alturadas y firmes como las de Ima Súmac, los Jaimitos les hacen ascos.
La lucha contra Yanacocha y sus lacayos, lease Jaimitos, prosigue en Cajamarca. En el exacto sentido de la realidad y de la Historia es urgente que el presidente Humala despierte del sueño narcótico que le ha inducido, no se sabe cómo, la derecha bruta y achorada de siempre. Es urgente el alejamiento de la jefatura del gabinete, de Valdés, ese otro músico de la aldea, desafinado como los de arriba e inepto a más no poder. Urge la desmilitarización de Cajamarca y un interlocutor válido e inteligente para iniciar un diálogo que parta de cero y no de los aviesos y tramposos parches al EIA de Yanacocha, como lo propone, mientras se desbarranca, el premier Valdés. Así no juega Perú.
¡FUERA YANACOCHA DE CELENDIN! ¡CONGA NO VA, Y NO VA!
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